Poesía centroamericana actual: Gustavo Campos

Presentamos algunos poemas de Gustavo Campos que es poeta, narrador y ensayista. Nació en 1984 en Honduras. Ha publicado los libros de poesía Habitaciones sordas (Editorial Letra Negra, Guatemala, 2005), Desde el hospicio (Editorial Nagg y Nell, Honduras, 2008), Bajo el árbol de Madeleine (edición digital). Su novela se llama Los inacabados (Editorial Nagg y Nell, 2010).

 

 

 

 

Paisajes fracturados

Las ideas producen pavor.

A. Artaud

 

 

Me asignaron ser el último heredero de la peste y respiré en lo más hondo,

en lo más hondo 

de un sol caído. Suspiré la brisa en la miseria y me llamaron monstruo.

Monstruo porque donde hubo rostros imaginé el mío.

Monstruo porque de mis suspiros cenizas recibieron.

Jamás me interesó hablar de pobres.

Siempre oscurecí los nombres y me enternecieron los locos.   

Me eligieron yerro y pecado.

Fui capaz de corromper al hombre.

La corrupción del hombre borra la huella del fracaso.

Monstruo porque dejé la amapola en la piedra,

la piedra en la sombra, su sombra en la luz.

Fui mi umbral de ruina

y mis sobras la tierra

y mis lenguas la vida.

Monstruo al fin y al cabo porque ninguna estructura  

pudo acreditarme; porque jamás supliqué a la sombra

no derramarse

en los párpados rojos

de un pueblo que sabía la hora exacta de su muerte.

No dejé a un pueblo mirar por mis ojos.

La esperanza castiga los sueños opresores.

Soñar es un obstáculo, no un principio.

Y destruí, porque ese era mi comienzo. Mi destino. Devolver la belleza a la belleza

despojándola de su silueta estilizada de pústulas y úlceras de mármol de carne saludable.  

Y la escuché gritar. Después gemir. La violación es un acto de absoluta sinceridad.

El pensamiento es mi verdugo. 

Grité un poema y nació la ciudad. Un valle de zorzales y ángeles zanates.

Me juzgaron despectivos…

…y me aislé.

Una variedad de voces fluyó y éste acto fue su inicial argumento contra mí.

Hoy mis ojos sin vida miran sin regreso. Monstruo. ¿Para quién?

Monstruo sin mayor explicación. 

El implacable verdugo degolló el sentido.

Ningún silencio pudo. Ningún grito. Ningún cuerno pudo asemejársele. 

La conciencia es un destino inevitable.

¿Quién en este mundo soplará el cuerno de la catástrofe?

¿El hombre? Pero sí él debe desaparecer sin llegar a alzarse.

Aparecer dentro de la imagen.

Debe volver en otros ecos.

Ha sido el pensamiento… He sido. Me obligaron…

La confesión es invención del hombre. Y ese camino debe ser borrado.

Una vida ajena es un viaje anticipado.

Algunos lo entendieron,

pero un hombre repitió las frases que debían olvidarse.

Las mismas de ataño. Y dijo, solemne, apocalíptico, angustiado, trágico:

Me asignaron ser el último heredero de la peste y respiré en lo más hondo,

en lo más hondo 

de una orquídea, cuerno de luz y sangre…sol de un valle!

 

(de Bajo el árbol de Madeleine, 2008)

 

 

 

 

De tigres y otros signos

 

aparentemente no había cima que alcanzar

H. Michaux

 

pero yo conozco un tigre que se resignó a rugir frente al mar

su gesto vencido de olas relamidas

desaparecía ante las piedras como el signo en la carencia

un hombre era el tigre y su ahogo el mar

he visto cómo cabalgan los hombres hechos de un trazo

los he visto en un vano intento subir la escalinata de sombras

y borrar egoístas su único rasgo

¿dónde está su fuerza, en la fatiga?

hombres que escalan el vacío se desarman

los he vito poner el pie sobre la oruga y transformarse

los he visto en la misma situación de un hombre que se masturba después del acto

sobre una hamaca o dentro de un cuadro abrazarse

crecerse

subir una colina hasta desintegrarse

el destino del hombre es desaparecer sin llegar a alzarse

en ambas direcciones divergirse

pero aparece un dedo dentro de la imagen

antes de disolverse aparece

le ha faltado el presente en su vida

no había llegado siquiera a conocerse

se ha fallado a sí mismo

a veces piensa que es hora de reponerse

hombres se retuercen en la imagen

dan señal desagradable

pero yo conozco un hombre azotado por el mar

y ese hombre azotado ante el rugido imperecedero

se decía a sí mismo:

para estar enamorado

sé lo que es estar vacío

 

(de Del comienzo de los hombres, 2010)

 

 

 

 

Q20

 

el escarabajo negro azulado, el

de los pensamientos.

Celan

No soy más poeta, sino un hombre.

Seguid mi construcción entonces.

[…]

Escarabajo azul.

Las lágrimas son libres.

Y la sonrisa es tuya como un campo libre.

Y el amor es tuyo en este valle de muerte.

Escarabajo azul.

La poesía muere cuando muere alguien.

Las avenidas van y vienen.

En el tiempo convergen las calles.

A cien metros la cantina. A diez metros la muerte.

Escarabajo azul.

Es cierto, la poesía cuando no muere tiene guantes forenses.

El moderno edificio ¿Sabes dónde se esconde?

Diríase que en una ciudad se protege el misterio.

Como el tiempo que está sin tiempo.

Escarabajo azul. Escarabajo.

Las pestañas crujen como robles.

Escarabajo azul. Escarabajo.

Deja que los hombres conversen.

Un lirio desciende.

Y es mecido por su madre en el viento.

Bajo el sol yacen los cuerpos.

Bajo el sol se hunden.

Aquí sólo la noche florece.

¡Ah! ¡Las nuevas calles…!

Es preciso recordar que donde

un hombre muere,

estuvo la mano de otro hombre…

Las pestañas crujen como robles.

Un lirio es mecido por su madre en las afueras del valle.

Escarabajo azul. Escarabajo negro.

Una montaña nos vigila con sus árboles.

La noche se hunde en los bordes de la muerte.

Se hunde en lo profundo del instante.

Escarabajo azul. Escarabajo negro. Gris es el nombre.

Recordemos el abrazo sólo cuando es preciso recordarlo.

¿Nos bastan nuestros ojos para creer en el milagro?

¿Nos bastan para cargar un hombre?

Los lirios descienden en el valle.

Descienden. Escarabajo azul. Y más escarabajos.

Cruel es la poesía y cruel la cruz.

Las lágrimas son libres.

Pero tu sonrisa no.

Ya no es tuya como un campo libre.

La pérdida es la otra sombra que envuelve al hombre.

Como robles crujen.

Se rompen como robles. Se rompen las pestañas.

La ternura es un lago limpio y el viento ha sangrado.

Pero el tiempo tiene la otra mano de la muerte.

El sol muere y las hojas mueren al morir un pájaro.

El hombre es ausencia.

La corbata guía al hombre al automóvil y el timón lo guía hasta su casa.

Su casa es como la muerte.

Una gota se abalanza. Ya viene. Ya viene. Descansa.

Los escombros corren calle abajo.

Calle abajo está la muerte.

Las mujeres mueren a manos de un borracho.

La avaricia se cuece en la humedad.

Escarabajo azul. Escarabajo negro.

El edificio es más grande que la sombra, pero más débil.

Viene para abajo. Ya viene.

La sombra asola la música que se mezcla en las calles.

La madre camina con sus pies de mármol la desesperanza.

Y los lirios descienden. Caen.

Y el niño es mecido como un edificio que se cae.

Catástrofe. Azul escarabajo.

Es cierto, la poesía muere cuando muere alguien.

Pero por lo menos deja que los hombres conversen en las calles.

Sic. […]

Amo, creo y espero;

y poesía, no destrucción, necesita el hombre.

(En la edad del poder, inédito, 2012)

 

 

 

 

Retrato de quien espera un pájaro

Seguid vuestro camino

como yo sigo el mío.

Jacques Prévert

 

Nunca me conmovió el dolor de un desconocido.

Egoístamente

hice mis retratos de hombre atribulado;

había algo bello en desanimarme,

en ignorar,

¿pero qué es el bien?

¿cuál el egoísmo?

Nunca me conmovió el dolor de un desconocido.

Vi sueños borrándose en las calles, como pavimento cubierto

de tendidos cuerpos fríos y

destruidas cajas.

Caminé sin inmutarme, borracho,

pensando en mis fracasos,

esperando que uno de ellos reclamara mis entrañas,

mi sangre,

y se fuera sonriendo, amargo, como yo,

a esperar un pájaro, una llaga,

un llanto.

(de Desde el hospicio, 2008)

 

 

 

Datos vitales

Gustavo Campos es poeta, narrador y ensayista. Nació en 1984. Estudia la Carrera de Letras con especialidad en Literatura en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). Ha publicado los libros de poesía Habitaciones sordas (Editorial Letra Negra, Guatemala, 2005), Desde el hospicio (Editorial Nagg y Nell, Honduras, 2008), Bajo el árbol de Madeleine (edición digital), la novela Los inacabados (Editorial Nagg y Nell, 2010). En el 2006 la Secretaría de Cultura, Artes y Deportes publicó una versión anterior de la novela que se acreditó el tercer lugar en el certamen nacional de relato “Premio Hibueras 2006”. Compiló el libro Entre el parnaso y la maison. Muestra de la nueva narrativa sampedrana. (Editorial Nagg y Nell, 2011). Coeditó la antología de poetas hondureños y cubanos Cuarta dimensión de la tarde (2011) junto a los poetas Otoniel Natarén y Rafael Vilches. El libro de relatos Katastrophé (2012). Ha sido representante estudiantil en el Festival Interuniversitario Centroamericano de Cultura y las Artes “FICCUA”: Nicaragua, 2007; Panamá, 2011. Gestor y promotor cultural y artístico. Laboró en la Secretaría de Cultura, Artes y Deportes. Coordina 2 importantes blogs de difusión de las letras hondureñas: “Torre trunca” (poesía) y “El arca” (narrativa). Parte de su obra ha sido publicada en revistas impresas o virtuales tanto a nivel nacional como extranjero. Incluido en la antología: “Puertas abiertas. Antología de poesía centroamericana” (Fondo de Cultura Económica de México, 2011) y en “4M3R1C4 2.0” Novísima poesía latinoamericana (México, 2012). Han sido incluidos poemas suyos en la Revista Caravelle. (Université de Toulouse 2 Le Mirail. Francia. 2011). Traducido al portugués. En 2010 fue invitado a participar en el proyecto “1975”. Antología-catálogo del futuro de la literatura en español. 50 autores representativos de la producción literaria joven de América Latina y España, nacidos después de 1975. Por el crítico Jorge Carrión. Subvencionado por la AECID (Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo) y el apoyo de Casa América y del Instituto Cervantes. España. Finalmente, debido a la crisis económica mundial, el proyecto no se realizó. Fue miembro fundador de los colectivos de literatura y arte: mimalapalabra, “Poetas del Grado Cero” y “La hermandad de la Uva”, de los que actualmente ya no forma parte. Ha publicado ensayos, artículos y reseñas en boletines universitarios así como en revistas culturales.

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