Sobre Morirás lejos

Presentamos un iluminador texto de la narradora, dramaturga y guionista  Glafira Rocha (Culiacán, 1974) sobre las interpretaciones detrás de la novela Morirás lejos de José Emilio Pacheco.

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Morirás lejos: una multiplicidad de interpretaciones

 

 

A. Morirás lejos:  el acto creativo.

 

¿Cómo se construye una novela? ¿Qué elementos debe contener? ¿Cuándo se dice que una novela es novela? El acto creativo en la literatura es transportar la imaginación, a la comprensión y posteriormente a la palabra, a la letra. Morirás lejos de José Emilio Pachecho escrita hace 47 años (1967) es un claro ejemplo del proceso creativo que lleva cualquier escritor, por lo menos, en la narrativa, pues se trata de una novela que se sitúa en el puente entre la imaginación y la palabra.

Según Artur Koestler[1], en su libro sobre el acto de la creación existen tres fases para este proceso:

Fase lógica : en la cual se suceden la formulación del problema, la recopilación de datos relativos a ese problema y una primera búsqueda de soluciones. (tema)

Fase intuitiva : es la mas importante del proceso, puesto que se genera en el subconsciente del creador,(imaginación) el problema se va haciendo autónomo, antes de ser elaborado y comenzar la incubación de la solución, maduración de las opciones, durante un periodo que a veces puede ser extenso en la etapa de maduración, se produce la iluminación, (características del rayo)  es decir la manifestación de la solución.

Fase critica : durante la cual el inventor se entrega al análisis de su descubrimiento, procede a la verificación de la validez del mismo y le da los últimos toques.

            Una analogía con este acto, bien puede el proceso de la elaboración de una película, donde se realizan las distintas tomas, en muchos casos sin guardar un orden cronológico. Esta parte del trabajo se asemeja a la fase intuitiva, dado que la producción es abundante con respecto de la obra terminada. A continuación, viene el montaje, en el que interviene la evaluación y decisión. De esta manera, la creación no puede reducirse a un eslabón de la cadena, que va del presentimiento hasta el producto final, sino la cadena entera.

En el caso de Morirás lejos, se podría decir, que nos quedamos en el proceso de montaje donde las piezas se unen, pero, por sí mismas ya tienen un sentido propio y no necesitan un asidero para adquirir una comprensión. Partamos de uno finales, porque no por ello, se revelará el enigma de la obra. En el siguiente párrafo es probable que se encierre la idea esencial de esta novela o lo por lo menos lo que considero quería el autor: “Porque todo es irreal en este cuento. Nada sucedió como se indica. Hechos y sitios se deformaron por el empeño de tocar la verdad mediante una ficción, una mentira. Todo irreal, nada sucedió como aquí se refiere. Pero fue un pobre intento de contribuir a que el gran crimen nunca se repita” (157)

Este es sólo uno de los desenlaces posibles de la novela, sin embargo, podría ser perfectamente el principio. La novela parte de la premisa: de que es una historia ya mil veces contada, pues en una línea argumental nos habla de la destrucción de Jerusalén por el poder de Roma, la destrucción del gueto de Varsovia por el poder alemán, el holocausto, por ello, el autor nos refiere a que se trata de un pobre intento de contribuir a que el gran crimen nunca se repita, por otro lado, la segunda línea que se desprende, es la de dos personajes que se encuentran situados en la Ciudad de México, cuyas características nunca estarán del todo definidas, estas dos líneas al parecer se unen y abren una tercera.

            Entonces,¿cómo contar una historia ya mil veces contada? Morirás lejos arranca con la ambigüedad entre el narrador y los protagonistas. Los personajes no tienen un nombre claro, no se sabe a qué se dedican, lo único relevante es que uno de ellos lee el periódico en la banca de un parque y el otro lo observa desde la ventana de un edificio. A partir de estos detalles se abre una infinita posibilidad de hipótesis. (Cuando uno como escritor asiste a un taller de narrativa especifican que debes tener perfectamente claros a tus personajes: ¿quién es?,¿qué hace? ¿edad? ¿rasgos físicos? Etc.) En esta novela, esos aspectos carecen de importancia, porque a medida que como lectores avanzamos en la obra, vamos descubriendo la metamorfosis de los personajes. El hombre de la banca es llamado por el autor “Alguien” y “eme” es aquel quien observa. Alguien puede ser una víctima del progreso, un corruptor de menores, un padre sin hijo, un amante desdeñado, un nostálgico, un escritor aficionado, un dramaturgo. Lo anterior podrían ser meras especulaciones del hombre que lo observa y que se siente perseguido por ese hombre que lee el aviso oportuno en “El Universal”. Así, los pormenores carecen de sentido y lo realmente importante es que por algún motivo o razón los personajes se encuentran ahí.

Heidegger nos dice que el Dasein u hombre tiene tres existenciarios, es decir, características ontológicas que lo constituyen, nos habla de una disposición afectiva o estado de ánimo, de la comprensión de la cual emana la interpretación, es decir, que no se puede interpretar algo, sin antes comprenderlo y por último el lenguaje. Esto implica, que estamos atravesados por estos tres aspectos. Hago este símil con la novela de Pacheco pues su obra maneja estas tres características en Alguien y eme, es decir, que están humanizados. Ambos se van transformando según el estado de ánimo y la comprensión que tienen del mundo, ya que finalmente apelando de nuevo a este filósofo alemán somos seres arrojados al mundo. El elemento que faltaría en los personajes de Morirás lejos es el lenguaje como habla, porque conocemos sus pensamientos a través del narrador, es decir, que no existe una introspección y no hay un diálogo externo todo se queda varado en el pensamiento, en el recuerdo, en la memoria.

 

B. Morirás lejos: pensamiento y memoria.

 

Si bien, contamos con una estructura que nos es inherente, la aristotélica: principio, medio, desenlace, que nos viene por nuestra propia condición de humanos: nacer, desarrollarnos y morir. Aunque diría Heidegger “En el nacer ya nos va la muerte” , pero arranquemos de que para buscar un “orden” lógico se parte de un principio, medio y fin, sin embargo, para buscar un orden, tiene que haber antes un desorden, el desorden de nuestro propio pensamiento o de la memoria. En el libro El cerebro y el mundo interior de Mark Solms y Oliver Turnbull, se dice que: “El término memoria cubre muchas funciones mentales diferentes, pues algunas veces consideramos la memoria como el acto de recordar. Este aspecto de la memoria es la reminiscencia, el traer a la mente algún hecho aprendido con anterioridad o un suceso vivido. Otras veces el término ‘memoria’ se refiere no al proceso de traer conocimiento almacenado en la mente sino, más bien, al conocimiento almacenado en sí. Este significado de memoria denota la parte de la mente que contiene rastros de influencia del pasado que persisten en el presente. El término memoria también se emplea en conexión con el proceso de adquirir conocimiento, es decir, el proceso de aprender o memorizar” El procesamiento de la memoria se divide en tres etapas, la codificación que significa la adquisición de nueva información, el almacenamiento que se describe como retener información y la recuperación que es trae la información a la memoria. Pacheco se refiere a este procedimiento de manera indirecta en las siguientes líneas: “Porque nadie puede revivir lo no vivido, sin embargo, puede experimentarlo a través del recuerdo de los otros, a través de la historia, de las lecturas, de las películas” En el momento en que adquirimos una nueva información nos la apropiamos y la revivimos como si fuese nuestra o no. Por ello, Morirás lejos no se trata de un libro más que habla sobre los judíos sino que en su misma estructura nos dice la imposibilidad de abordar un tema tan complejo, por lo que se duda, se especula y hay una dificultad de la palabra, porque tal vez, ni las palabras pueden ser clarificadoras cuando se habla de torturas, de laceraciones en la vida de los otros y en la nuestra. Nos dicen Solms y Turnbull “ Todos reconstruimos en forma automática la realidad que percibimos a partir de los modelos que hemos guardado en la memoria. No percibimos el mundo de nuevo en cada momento del día ni tratamos una vez más de discriminar los objetos reconocidos y descifrar palabras significativas de la estridencia indiferenciada de estímulos que constantemente nos afectan. Proyectamos nuestras expectativas (los productos de nuestras experiencia previas) en el mundo todo el tiempo, y de esta manera principalmente construimos en lugar de percibir el mundo que nos rodea. Así, el mundo de nuestra experiencia cotidiana está apartado de la “realidad misma”. Eme y Alguien construyen un mundo a partir de la realidad que les es impuesta por el autor. ¿Será Alguien un detective privado contratado por las víctimas de eme cuando era un apóstol de la medicina futura e intentaba aniquilar la memoria?

“Nada puede aproximarse siquiera a la espantosa realidad del recuerdo” aparece en la página 89 de Morirás lejos, y páginas antes dice: “ En el encierro la única escapatoria es la imaginación” o “Las digresiones – que no vienen al caso excepto como una forma de rehuir momentánea e inútilmente el justo final de una subhistoria que pertenece a otra mucho más vasta y lamentable, tanto que mejor sería no hubiese ocurrido para que las cosas no llegaran al presente extremo y por añadidura ni siquiera se formulasen estas acotaciones conjeturales” (p53)

            Al apelar a dos personajes cuya identidad se desconoce, estos se empiezan a construir como cualquier proceso mental, pero al igual que todo, hay errores, lo que nos lleva a corregir, aumentar o iniciar de nuevo, por ello, en Morirás lejos hay un sentido de reconstrucción, los personajes se erigen en el camino y se desechan las posibilidades que no nos servirán para el producto final deseado. Así, “eme” se convierte en un científico que experimenta con humanos torturándolos, Alguien puede ser un dramaturgo que escribe una obra corta llamada “Salónica”. En el proceso creativo, es mejor tener la mayor cantidad de información para posteriormente tirarla, por lo regular, se hacen dos novelas pero sólo aparece a la luz una. Una es el producto final, pero la otra se compone del material que se retiró. En el caso de esta novela el proceso se complejiza porque el material recabado no tiene que ver con una experiencia directa, sino con el recuerdo de otros. Por ello el narrador duda de manera frecuente porque no puede aplicar a sus personajes un recuerdo que antes no tuvo él y le llegó de segunda mano.

Se mencionaba tanto en el apartado  A como al principio de este apartado, que una vez que se asimila el pensamiento como desordenado habrá que darle un orden. Una vez que discurrimos se tomará lo que nos es representativo para el fin de nuestra obra. ¿cómo estructurar estos pensamientos? Podría hacerse a la manera común aristotélica o a la manera en la que la propia obra nos lo pide. Este es el caso de Morirás lejos y tal vez por ello, ha sido tomada como una novela experimental, pues su estructura es la desestructura. Se le puede comparar con aquello que aparece en el capítulo 62 de Rayuela de Julio Cortázar:

“…así, al margen de las conductas sociales, podría sospecharse una interacción de otra naturaleza, un billar que algunos individuos suscitan o padecen, un drama sin Edipos, sin Rastignacs, sin Fedras, drama impersonal en la medida en que la conciencia y las pasiones de los personajes no se ven comprometidas más que a posteriori. Como si los niveles subliminales fueran los que atan y desatan el ovillo del grupo comprometido en el drama”.

Julio Cortazar, Rayuela, Cáp. 62

O con aquello que dijo Louis de Aragon. “Un texto para el que no tenemos clave. Ni si quiera se sabe quién es el héroe,  positivo o no. Hay una serie de encuentros de gentes que uno olvida apenas las  ha visto y de otras gentes sin interés que reaparecen todo el tiempo. Ah, qué mal hecha está la vida. Uno trata de darle una significación general. Uno trata. Pobre diablo.”

Morirás lejos es una novela que podría compararse con el pensamiento propio, es decir, donde el discurrir toma su  curso, sin embargo, en la medida que avanzamos ese orden se va tejiendo de manera que adquiere un sentido. No se trata de una novela lineal, los saltos en el tiempo nos recuerdan a otras obras como Rayuela (63) y Farabeuf  (65) publicadas en la misma década. Lo que nos lleva a pensar que existía una búsqueda en este sentido, donde la historia misma fuera estructurándose y amalgamándose con el contenido, donde toda lógica formal se perdiera dando como resultado una obra única. Con ello, el pensamiento creativo transgrede los límites del pensamiento formal. Recordemos que existen tres niveles de pensamiento, el de las ideas, el de los juicios y el del raciocinio. La cadena completa consiste en percibir el mundo a través de los sentidos, posteriormente formar un juicio de éste y por último razonar para llegar a expresarnos por medio del lenguaje escrito u oral, ya que, nuestra mente puede ligar un aprendizaje con otro para obtener nuevos. En el caso de Morirás lejos esta cadena se deseslabona, las fichas se revuelven y tenemos un resultado singular. Por ello, los desenlaces pueden ser infinitos y se apela más a la estructura natural del pensamiento que es la de crear hipótesis y conjeturas. 

 

c. Morirás lejos: hipótesis y especulación

 

El acto creativo muchas de las veces es una especulación en donde se plantean varias hipótesis, pero finalmente nos quedamos con una, en Morirás lejos José Emilio Pacheco se queda con todas. Antes de continuar, analicemos la palabra especular que viene del latín especulari, quiere decir, registrar, mirar con atención algo para reconocerlo y examinarlo. Meditar reflexionar con hondura, teorizar. Perderse en sutilezas e hipótesis sin base real. O bien, significa, perteneciente o relativo a un espejo. Semejante a un espejo y en esto me concentro porque en esta novela entramos en un laberinto de espejos donde no se sabe quién es el que mira: un hombre que ve a otro hombre que siente que lo está mirando y que a su vez ellos son mirados por el autor y como lectores somos partícipes del vouyerismo, convirtiéndonos también en mirones para sacar nuestras propias hipótesis. Ahora bien, una hipótesis es una suposición de algo posible o imposible para sacar de ello una consecuencia. Es aquella que se establece provisionalmente como base de una investigación que puede confirmar o negar la validez de aquella.

Las hipótesis planteadas en la novela nos pueden llevar a la idea de que en realidad todo se trata de una alucinación y no hay nadie en el parque leyendo el periódico, es el discurrir de una mente que pasa de una imagen a otra sin control, ni orden. “Alguien se divierte imaginando. Alguien pasa las horas de espera imaginando” (p.45)

            La imaginación es parte nodal en esta novela, habrá que aclarar la diferencia que esta palabra tiene con la fantasía, pues la palabra phantasia en griego se puede traducir de distintas maneras como “acción de mostrarse”, “aparición” o ”representación”. Así, la fantasía fue considerada como una acción de la mente por la cual se producen imágenes. Etimológicamente, imaginación proviene de imagen, de presentación, de aparición. Hay un juego con la idea de representación en el sentido de que se trataría de una combinación de elementos preexistentes provenientes de las percepciones. Así, re-presentación hablaría de una nueva presentación de imágenes. Aún hoy en día no hay una diferencia clara en estas dos palabras, pero podría decirse que la imaginación toma de herramienta a la fantasía para poder mostrarse. Por ello, cuando Pacheco nos dice “ Alguien se divierte imaginando” no se trata sólo de ese personaje llamado “Alguien” sino se trata del mismo autor que imagina las diversas posibilidades de narrar una historia. Existe pues, una realidad frente a la imaginación y a su vez una imaginación que se transforma en realidad, que finalmente es aquello que llamamos ficción. Un imaginado que imagina, especula y saca sus hipótesis. “ Por más que eme quisiera prolongar al infinito las hipótesis: años de encierro le mostraron a él tan impaciente, la inofensiva y consoladora utilidad de las narraciones: desde el habitante de las cavernas hasta el último todos necesitamos de alguna forma de ellas. Y eme, como se dijo, preferiría continuar indefinidamente jugando con las posibilidades de un hecho muy simple: A vigila sentado en la banca de un parque, B lo observa tras las persianas: pues sabe que desde antes de Scherezada las ficciones son un medio para postergar la sentencia de muerte” (48,49) También las narraciones nos sirven para hacer catarsis de aquello que no logramos asir y nos inventamos un mundo en donde lo ocurrido jamás pasó o simplemente ocurrió de manera distinta, por ello, hay un sin fin de posibilidades de contar una misma historia.

 

Lo relevante de la narrativa de Pacheco es que al igual que puede escribir una novela como Morirás lejos, con un carácter innovador, escribe una novela corta como Las batallas en el desierto cuyo entramado es lineal y puede ser el argumento perfecto para una obra cinematográfica. Sus cuentos van desde la sencillez a la complejidad y viceversa. Morirás lejos va más allá de ser una novela experimental para convertirse en la creadora de un nuevo lenguaje como lo dijo Carlos Fuentes el 1969. Morirás lejos atrapa a sus lectores con las formas verbales que el autor maneja mediante las transgresiones sintácticas y mediante el empleo de diferentes géneros. En Morirás lejos, su primera novela, José Emilio Pacheco indagó dentro del pensamiento, de la memoria y observó al señor eme y a Alguien, quienes a su vez se observaban. Eme como un pasado nazi, soporta el encierro que lo lleva a la paranoia, al desequilibrio mental y se siente perseguido por todo aquel que se vislumbra ante su ventana. Alguien, sentado en una banca, puede ser un perseguidor o la representación encarnada del miedo de eme, alguien que imagina que es imaginado. Mediante esta introspección José Emilio Pacheco nos ofrece su interpretación del mundo, cuya realidad puede ser oscilante, pues no hace falta haber sido víctima del holocausto o un oficial de la GESTAPO  para que nuestra imaginación nos lleve a indagar en el recuerdo de aquellos que sí lo vivieron y mezclarlo con nuestra realidad. Esto nos lleva a decir que en  Morirás lejos pueden existir un sin fin de interpretaciones dependiendo de la imaginación de cada lector, por ello, la novela puede ser tomada como:

D: una obra que podría tomarse como un manual del escritor.

E: una obra ya mil veces contada.

F: una novela histórica.

G: una ficción interactiva.

H: una especulación: no hay personajes, no hay historia, no hay novela

I: C y D.

J: Ninguna de las anteriores.

K: Todas las anteriores.

Finalmente todo esto es también mera especulación.  No cabe duda, uno trata de darle significación a la obra de los otros, uno trata, pobre diablo.

 


[1] Koestler, Arthur, (Budapest 1905-Londres 1983) Nación en Hungría y estudio en la Universidad de Viena antes de dedicarse a ejercer el periodismo. Se hizo famoso por su novela Darkness at Noon (1940). Publicó El Acto de la Creación en 1964.

 

 

 

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