Poetas del sur de Texas. Parte III

Presentamos la tercera parte del dossier Poetas del sur de Texas preparado por Erika Said Izaguirre. Se trata de una muestra de poesía del lugar con más afluencia e influencia hispana en Estados Unidos y que se conforma por todas las ciudades que están al sur de Texas, más específico por aquellas al sur de Houston. En esta antología se incluyen poetas originarios de México, Chile, Colombia, Honduras y Estados Unidos, que escriben en español y actualmente viven en Houston, College Station, San Antonio, McAllen, Brownsville y Donna, Texas. Otro factor importante de la muestra es la diversidad de poéticas, todas ellas con inquietudes de identidad, por el hecho de vivir entre dos tierras, entre dos idiomas y entre dos culturas, así como preocupaciones propias del momento histórico, pues hay una brecha de casi medio siglo entre el poeta más grande en edad, nacido en 1930, y el más joven, que nació en 1990.        

 

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John Dávila 

 

 

John Dávila

 

 

DEBAJO DE ESTE BORRÓN DE LUZ UN CAMPO

 

El humo de una delgada nube

borra la luna incompleta por completo

 

aquí no hay poesía solamente preguntas

y yo nada interesado con

los secretos de ciertas piedras en órbita

o los acontecimientos de aquella ciudad

caliente en la distancia

y que parece una playa de luces

 

únicamente pienso preguntar esto: pájaro negro

¿por qué estás solo disolviendo como sombra

sobre la silueta de una cerca? ¿Y yo?

 

 

 

 

MUSEOS DE LA SANGRE

 

pase la noche paseando a Dios por los muy humanos museos de la sangre

diciendo así y así y así

tienes que estirarte fino y delgado

como susurro

sentir el dolor moderno de la vida moderna

que se acuesta por encima del claustrofóbico

pesado y con su hierro de entierro

 

y más y más y más y más

 

quien dijo que la tierra era plana?

 

se aplana más con cada vuelta           con cada plaga

 

las pulgas de la semana sueñan con una gran bahía blanca

mientras soñamos con lluvia

si Dante y Shakespeare dividen el mundo

no queda ni una sola piedra desnuda que codiciar

 

y se abandona el disco                                              el meridiano

en busca de una roca en que afilar nuestro silencio

infiernitos que ocupar

otra pesadez  que nos espera como una ciudad desierta

o un claro o campo al que no se nos permite ir

donde el duende

bastardo de la musa

.                       rueda por los suelos

atrapado como cosa primitiva en el gran ojo de un otoño eterno

 

donde mi Cristo         mudo              abierto como ave

tan alto como una llaga color cielo

se desata del negro moño de la cruz

y se queda un rato hablándonos en verso de su juventud

 

aquí en la vaciedad de la nueva mañana que endurece

su plata

aquí donde me estiro fino y delgado como susurro

bajo el signo de un nuevo dolor

y busco rocas entre otros pretendientes al mundo dividido

 

 

 

 

LAS PRIMERAS LÍNEAS DE 7 POEMAS QUE NUNCA TERMINÉ

 

1 de “Oda a un gato feo”

Se sienta en la oscuridad de su propio corazón

Por lo que dura la canción

Después de la música echa una amapola por la boca

Como maullido efervescente

 

2 de “Los perros metafísicos”

y no termino el mundo cuando mordí a nuestro Señor

y huí llevándome lo que podía a un lugar del cual no

tengo memoria / si hubo martillazo de luz no dio con

mi clavo /

 

3 de “Ciertas resurrecciones”

Cuidado como renaces

El mundo está peligrosamente

Pesado con soldados de primera

 

4 de “Una última manera de mirarle a un pájaro negro”

Ala rota en la rota noche

El gato acecha entre saltos de grillo enmudecido

 

5 de “Ícaro lo piensa dos veces”

El sol arrastra su navaja por el mar

 

6 de “Absurda manera de hablar acerca de la tragedia”

Los ojos encierren su nieve que alumbra un poco…

El cuerpo, medio comido por palabras que no pueden ser

Más que palabras, se hace camino y el camino ciudad.

No pude estar cuando ella moría.

 

7 de “Culto incompleto”

Amar es rendir culto incompleto a un dios quebrantable

Y mantener limpio un altar de vidrio

Por lo que dura una vela

 

 

 

 

Datos vitales

John Dávila (San Antonio, Texas, 1983). Es estudiante del Doctorado en Inglés por la Universidad de Luisiana en Lafayette, donde está por terminar su tesis doctoral sobre la traducción de la imagen poética.

 

 

 

 

Octavio Quintanilla 

 

Octavio QuintanillaOctavio QuintanillaOctavio Quintanilla

Octavio QuintanillaOctavio Quintanilla

 

ELEGÍA

 

Cuando murió mi abuelo

un cuervo llegó a mi mano

con un agujero en la frente.

 

Era de noche, y al cuervo

sólo lo blanco de los ojos

le brillaban.  Cuando murió,

 

un suspiro llegó a mi cama,

y el traje negro, comprado

para cuando tuviéramos un muerto,

se lo puse al hueco

que me nació en la boca.

 

Cuando muera mi madre

el gemido del alba

quebrará la ventana.

Será la última vez

que la escucharé pidiéndome

que la entierre en mi memoria

con los ojos abiertos.

 

 

 

 

ANTISEDUCCIÓN

 

Esta noche trepo tu cama

como desconocido.

Te ordeno que me llames “Pablo.”

Te pregunto: ¿En dónde están tus tobillos?

¿En dónde tu cintura?

 

Tú que desaguas cicatrices en mi pecho.

Tú que eres funda para las cenizas del alma.

Tú que te acuestas con el esqueleto de la lluvia.

 

Apagas la brasa de tu beso

mientras te alimentas por mi boca.

Te ruego: Ya no te suicides

en el pensamiento.

Te grito: Ya no quiero la hostia de tu sexo,

la sopa de alfileres que me sirves cada noche.

 

Por eso te doy:

El ojo gris del terror

El vidrio con pedazo de carne

Uno de mis siete dedos de mi mano izquierda

El pájaro sin infancia

El cansancio de los gusanos

El tren que siempre va sin pasajeros

La caricia que le dice “no” al orgasmo

La esperma que naufraga sin rumbo

El olor de la saliva que se convierte en sombra en tus pechos

Te doy el pensamiento degollado.

 

 

 

 

TREINTA Y SEIS

 

Todo empieza mal.

 

El todo de encontrar tu adolescencia

en la bolsa de basura.

 

Este día, las moscas negras de tus ojos cafés

y los libros que nunca leíste, duermen

como tumbas.

 

Mueres del castigo que la vida todavía te pide.

 

Vives en la salida del día siguiente, enloqueciendo

en los senos sin leche

de las jóvenes.

 

Todo acaba mal.

 

Los poemas que aún no escribes

te queman las manos;

la amante que piensas conocer

se suicida.

 

Te chingaste.

 

El dolor te llena

la boca de dientes.

 

Por un instante te olvidas de las enfermeras

que te limpiarán el culo

cuando envejezcas.

 

Te emborrachas.

 

Acabas mal.

Tu nombre se vuelve crimen.

 

 

 

Datos vitales

Octavio Quintanilla (Harlingen, Texas, 1983). Sus poemas han aparecido en revistas literarias como Salamander, RHINO, Alaska Quarterly Review y Huizache. Su primera colección de poesía If I Go Missing fue publicada por Slough Press en el verano del 2014. Es asesor docente de la revista The Thing Itself Literary Journal y trabaja como profesor de Literatura Inglesa en Our Lady of the Lake University de San Antonio.

 

 

 

Rossy Evelin Lima 

 

 

Rossy Evelin Lima

 

 

AGUACAMINO

 

Que pueda recoger el río con mis manos

para guardarlo en mi boca,

que su corriente me abra camino

en la soledad del silencio.

Que los cilindros que se levantan

como una llaga en la orilla

sean una zampoña que alabe al cóndor,

y que si se ha olvidado al cóndor

mis alas sean la sombra que acaricia las dos patrias.

Que la casa abandonada en el sur

nunca apague su antorcha,

desde la nueva tierra alcanzo a ver

el humo de la nostalgia,

del aguacamino.

Ese humo trae mariposas cada año,

y mi corazón las sigue

gritando Papalotzin hasta que despierto.

Que por entre el suelo y el aire

mi cuerpo sea siempre frontera,

que mi lagrima deje de ser lagrima,

que estos ojos dejen de ser ojos,

que sean espejos anchos y viajeros.

 

 

 

 

SUBO A LA MURALLA

 

El mar cubre toda la arena con ventaja

sin alcanzar los pies de la humanidad hundida

la arena es aún más eterna que el mar en fuga

en fugacidad de sal

en fugacidad de cielo

en fugacidad de vida

lo que me resta del mar

lo sostengo con una mano

mármol azul resquebrajado

aluminio fácil

de reflejo ciego

a ciegas voy con el mar

y el viejo reflejo

sosteniendo el mar con una mano

se multiplican las herencias de la arena

la siento lijando mis esquinas

el angulus ridet en donde siento

el aguamar tocándome

mientras yo me escapo

a la muralla más alta de aquel día.

 

 

 

 

ISIS

 

No hay una partícula de mí que te reconozca

Estos árboles que habito responden

con un crujir de ramas terrenal.

Yo no conozco tu paraíso,

mi deseo es caminar hacia los cielos

llena de plumas de quetzal y cuetlasúchitl.

Perdón, mis ojos no son como los tuyos,

no se imponen sobre un rostro,

dividiéndolo en tres planos,

mis ojos son de un negro distinto,

son de promesa perdida,

conquista cegadora,

olvido infértil.

No tengo la nariz perfecta,

mi boca está llena de sonidos explosivos

que acarician lengua paladar y dientes.

Te veo y siento tan sólo simpatía,

admiro tus ropas, tu cabello lacio

cayendo sobre tus hombros,

tu mano extendida que me ofrece

el ankh de larga vida,

pero bien conozco yo las cruces,

tatuado sobre la piel llevo el icnocuicatl

que me recuerda que la cruz libera y encadena.

Te observo, sentada, con tu rostro

perdido hacia el oeste, sonriéndonos,

pensando que en el nuevo mundo

te seguiremos venerando

como reina de los dioses,

pero yo por ti apenas siento simpatía,

no tengo nada tuyo,

el ankh que me ofreces

para mí es una cruz más

pegada a una estatua fría.

 

 

 

Datos vitales

Rossy Evelin Lima (Veracruz, Veracruz, 1985). Traductora, escritora y lingüista autora de Ecos de Barro (2013). Ha sido publicada en cinco antologías y diversas revistas literarias en los Estados Unidos, México, Canadá, Venezuela, Argentina y España. Recibió el premio Gabriela Mistral 2009 por la Asociación Nacional Honoraria Hispánica, así como tres primeros lugares en poesía a nivel local e internacional. Autora premiada por el International Latino Book Award 2014.

 

Erika Said Izaguirre 

 

 

 

Erika Said Izaguirre

 

INSOMNIOMANCIA (POEMA EN SEIS ACTOS)

 

1

 

En la triste clarividencia del insomnio

opto por el no saber

pero ya es muy tarde

he  interpretado la desdicha

que se asoma en rostros ajenos

los párpados con sus ayeres

la vida que ellos sufren

yo la sufro

yo sé

 

El insomnio me lo revela:

esta voracidad de historias y entenderlas

con una audacia que atemoriza

me ha dejado  d e s a (l) r m a d a

 

 

2

 

Ahí estaba yo sentada frente a la pantalla

interpolando tragedias repetidas hasta el cansancio

(justo como esta frase: hasta el cansancio)

todos los Edipos

todas las Helenas

todos los putos Aquiles y sus valentonadas

ahí estaba yo mirándolos desde el asiento de cine

buscando significado a los gestos

en que el actor revela algo suyo

y del personaje y del otro personaje y del guionista y del director

 

Tanto choque de cinismos

e historias en las que me reflejo

como si no tuviera vida

y viviera la de otros

 

 

3

 

Libros, espejos, mensajes en las redes sociales

personas anónimas generan respuestas idiotas

y pierden su importancia en un segundo

gotas de lluvia convirtiéndose en charcos

charcos convirtiéndose en nada

-(todos hemos sido estrellas fugaces, después de todo)

o (las palabras no son nada sin respuesta, después de todo)-

 

 

4

 

Este vicio de ser tantas yo encarnadas en ellos

este observar y observar y equivocarme y acertar

hasta ir acertando más veces (unos le dicen madurar)

es lo que he perseguido año tras año

de lo que me arrepentiría a la hora de mi muerte

si creyera en algún Dios genérico

 

A veces me siento culpable

de no sentirme culpable

 

 

5

 

Quisiera poder ignorar

con la ignorancia de las niñas

y así creer en un Dios genérico

vivir en la inamovilidad de la hierba o de las algas

mas sin embargo

pienso

y duele

cada pensamiento me corta como una sierra

me aísla           me envuelve en un mar agitado

porque ya no entiendo lo que digo

porque lo que digo es lo que pienso

cada maldito recuerdo del pasado de los otros

que solamente viví en mis sueños

es síntoma de este insomnio clarividente

estoy tan enferma

tan lúcida que enloquezco (unos le llaman neurosis)

-¿me entenderás tú, leyendo en un día o noche cualquiera

seguramente a una hora que no serán las 4:49 de la madrugada?-

 

 

6

 

Quiero dormir

ser yo

ser un sueño

no ser

no comer

no tener ganas

quiero desconectarme de esta máquina

que proyecta una realidad alterada

soy un cinematógrafo

agotado por reproducir imágenes

quiero quedar en blanco o en negro

quiero dormir

no pensar

no querer

no ser

hablarte

para no suponer que te hablo

desde este estúpido asiento

 

 

 

 

UN MUNDO FALSARIO

 

“She looks like the real thing.

She tastes like the real thing.

My fake plastic love”

RADIOHEAD

 

Para Bekka

 

Me he venido a vivir a la orilla de un lago

falso

los hombres lanzan peces para luego pescarlos

falsos

y yo desde mi balcón alimento a las garzas

que emigrarán tras el verano

se guardarán las hormigas

secará el palo de rosa

como el césped y las hojas de estos árboles

yo también me marchitaré con el otoño

seré mujer-serpiente mudando de piel

repulsiva

límpida

con su horrible forma de ser bella

mi patética forma de ser maravillosa

ansiosa por la vida y acercándome a la muerte

más y más cada minuto

desenfrenada

como automóvil que no se detiene ante las vías

de un tren en marcha -la vida-

cercanísimo  -la muerte-

explosivo al impacto conmigo

como  todas las cosas de este mundo falso

 

Tuuu tuuu anuncia el tren

de pequeña ese sonido era mi canción de cuna

hoy me precipito rumbo al lago

que no es hondo

es falso

pero sabe ahogar

 

 

 

Datos vitales

Erika Said Izaguirre (Ciudad Madero, Tamaulipas, México, 1985). Autora de iPoems: poemas en shuffle (2013). Es licenciada en Letras Españolas por la Universidad Autónoma de Chihuahua y candidata a la Maestría de Artes en Español por la University of Texas, San Antonio. Becaria del Proyecto de Estímulos a la Creación y el Desarrollo Artístico de Tamaulipas, ganó el primer lugar del concurso binacional de cuento Letras en el Estuario y mención honorífica en el certamen de cuento infantil Rosa de Castaño. Expuso en la exhibición de pintura y poesía visual Mírame Bien de la UNAM. Coordinó el taller literario Sin Musa de la UACH. Su obra de ficción, poesía y ensayo aparece en revistas como Playboy México (2014) y antologías como Along the River II (VAO, 2012), El infierno es una caricia (Fidaura, 2011), Grito de mujer: poesía rebelde (Cascada de Palabras, 2011), México lindo y querido (Homo Scriptum, 2011) y Aquella voz que germina: retrospectiva de la poesía tamaulipeca (Gobierno de Tamaulipas, 2010).

 

 José Chapa Valle 

 

José Chapa Valle

 

 

 

LENGUAS MUERTAS

 

I

 

Somos guerreros de Macedonia,

marchamos con los ojos vendados

a la conquista de un imperio arenoso, un imperio

de lagunas que evapora

el solo deseo de saciar la sed.

 

Dejamos atrás, en Gaugamela, medio millón de hombres

que el rey persa

nunca podrá sepultar. Sus guardias le abrirán la garganta

por traicionar su propia nobleza.

 

Pero esta guerra ya no es contra los hombres.

Nuestro enemigo es el desierto

y ahora mismo nos devora.  Es un ejército de sal

que abarca el horizonte, territorio

donde el sol se desangra, donde llueve

la sangre del sol.

 

Según los profetas

éste enemigo

asesinó al mar

en un tiempo de titanes.

 

II

¿Qué siente un hombre que ve

por primera vez

un elefante, tres elefantes

galopando hacia él

con jinetes de armadura sobre el lomo, qué imagina

sino su propia ciudad

en llamas, su rostro reflejado en las columnas de los templos,

sin ojos, con la boca abierta; qué siente un hombre al escuchar

ese alarido animal, ese temblor

de tierra; si acaso le da tiempo la estampida,

qué le pide al dios de la violencia, qué oración

puede afilar

su lengua bizantina?

 

 

III

 

Escapamos de nuestro general

y en la punta de Italia cambiamos nuestra armadura

por pasaje hacia Egipto. Los piratas que nos llevaron

a través del mar

no hablaban nuestra lengua, y aun así entendimos

que no era el metal de nuestras cofias

ni el filo vertical de nuestras armas

el objeto de su ambición; nos llevaban a Egipto para vendernos

como esclavos. Ninguno de nosotros protestó

pues ya estábamos atados a un trabajo

y no puede haber,

ni en Memphis ni Galia,

trabajo más duro que matar.

 

La travesía fue larga

y cada tanto mirábamos las olas

para pensar en las legiones, qué fuego llevarían hasta los pueblos,

qué tierra regarían con la sangre

de aquellos que les opusieran.

 

Nada significaba eso, en el mar,

donde los muertos simplemente

se tiran por la borda.

[Lenguas Muertas]

 

 

IV

 

Aníbal cruzó los Alpes

y trajo consigo las bestias. Hombres pintados de azul,

que feroces en su desnudez, gritaban por los huesos

calcinados de su linaje. Trajo elefantes, flacos y con pupilas tristes,

enfermos por la terquedad. Caballos cubiertos de hierro negro,

más negro que la sangre, con flores doradas en la frente. Aníbal cruzó

los Alpes, y trajo consigo la barbarie.

 

¿Cuántos romanos yacían

sobre los bancos del río Trebbia

cuando el sol se puso? ¿Fue Aníbal

quién lo hirió

o fue la vista de tantos hijos con la carne abierta,

vaciándose en el agua, y los mercenarios ibéricos

bebiéndola despacio

lo que mató al sol ese día?

 

Aníbal cruzó los Alpes

y trajo consigo la histeria.

Las mujeres se volvieron frígidas

entre las sábanas de Roma,

los viejos ayunaron, los niños dejaron de dormir

y el senado secretamente

se despidió de su república.

 

Su nombre se multiplicaba

en infinitos labios: Aníbal,

Aníbal como lamento,

Aníbal como  promesa.

 

 

 

Datos vitales

José Chapa Valle (Mission, Texas, 1990). Es autor del poemario Pájaros de Pólvora, impreso en 2009 bajo el sello editorial La Fragua. Sus poemas han aparecido en revistas literarias de México y Estados Unidos, entre ellas Luvina,  Tierra Adentro, Mandorla y Acentos Review. Fue becario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Coahuila en el periodo 2010-2011. Radica en McAllen, Texas.

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