La senda de Samai: Gary Daher

Presentamos una selección de La senda de Samai (2013), del poeta boliviano Gary Daher (1956). Quien ha publicado libros como: Poemas y Silencios (1992), Los Templos (1993), Tamil (1994),  Territorios de Guerra (2007) o Viaje de Narciso (2009), entre otros.

 

 

 

 

 

 

 

 

A Melquisedec, rey de Salem

 

 

 

 

El camino del fuego

 

 

 

Uno

Si algo tengo que decir en esta obra tiene que ver con el año 1300. Dante ayudado por Virgilio, inicia el camino por el infierno.

 

Dos

Hay nombres sagrados, nombres que no se pronuncian, aunque de repente se descubran en toda su magnificencia.

 

Gran metáfora es el verbo «ser» en lengua aimara, no se lo dice ni se lo escribe; pero está, porque es fundamental.

 

Si en la lengua olvidada de Adán se pronuncian los nombres de las cosas, éstas aparecen o desaparecen inmediatamente, según.

 

Llamar no es suficiente, se debe vibrar en la misma vibración de lo llamado.

 

Tres

Es muy grave ser puente e ignorar el río.

 

Cuatro

Fuerte es aquél que, conociendo su fragilidad, toma lo mejor de sí para controlar el carro de sus cuerpos.

 

Cinco

El hombre que se conoce a sí mismo está más cerca de la muerte, y esa es su esperanza.

 

Un honroso camino se traza a través del valle de la muerte. Al que triunfa, se le sirve vida en copa de oro.

 

La muerte del corazón oscuro, situado en el mismo lugar izquierdo que todos conocen, devela al corazón ardiente que habita en su interior.

 

 

Diez

Solo el corazón humano es capaz de toda la oscuridad, de permanecer en las profundas tinieblas.

 

La vida es la esencia que no sabes ver, porque el lago de tu corazón permanece sucio.

 

Once

La rosa, cuyos pétalos buscamos, persiste en sus espinas. Saber tomarla sin mancillar es sabiduría.

 

 

 

 

La puerta dorada

 

 

Ocho

El presente absoluto

donde tu nombre lo abarca todo

me salva

del horror del mundo.

 

 

Diez

Todo lo que se profana nos oscurece.

 

Doce

Si caminas el parque por las noches, descubrirás que el alma de los árboles necesita de luciérnagas para vivir.

 

La sombra también cree que ama al árbol con gran profundidad.

 

Catorce

Todo esto lo sé por el jaguar que me habita.

 

Diecisiete

Aprendí del agua a transformar, o destruir, según la magia que de ella se use.

 

Veinticuatro

A ratos hasta la rata ronronea.

 

 

 

El espíritu del agua

 

 

Dos

Si repito a los demás es porque los he aprendido de memoria y los necesito, cuando los necesito, como si fueran mi sangre.

 

Tres

El filósofo depende de la verdad, el poeta es tocado por la verdad.

 

Cuatro

El vislumbrar la maravilla, apenas es verificar algo de su deslumbrante traje, como una premonición o como un resplandor.

 

Seis

Leer y escribir con el fuego de la conciencia ha sido, es y será siempre subersivo.

 

 

 

Libélula del tiempo

 

 

Cuatro

Hay demasiados ecos en la caverna de Platón.

 

Seis

La blancura de la iglesia de Curaguara de Carangas guarda en su seno los colores del paraíso, pero también los del infierno.

 

Siete

Cuando el sol arrecia, la mayor virtud de la selva es la sombra.

 

Diez

Y entonces tomé el oro de la noche…

 

 

 

 

 

 

Datos vitales

Gary Daher (1956) Poeta, narrador y ensayista boliviano. En poesía, ha publicado Poemas y Silencios (1992), Los Templos (1993), Tamil (1994), Desde el otro lado del oscuro espejo (1995), Cantos desde un campo de mieses (2001, 2006), Oruga Interior (2006), Territorios de Guerra (2007), Viaje de Narciso (2009), La senda de Samai (2013), además del trabajo poético Errores compartidos (1995), en coautoría con Ariel Pérez y Juan Carlos Quiroga. En novela, ha publicado El Olor de las llaves(1999), El huésped (2004) y El lugar imperfecto (2005). En ensayo, En busca de la piedra y el agua (2005) y en traducciones, el libro Safo y Catulo: poesía amorosa de la antigüedad (2005). Trabajos suyos se han reproducido en diversas antologías, diarios y revistas bolivianas y extranjeras. En 1976 recibió el Primer Premio Jóvenes Escritores; en 1994 el Primer Premio Nacional de Crítica Literaria Walter Montenegro; y en 2004 una mención del Premio Nacional de Poesía “Yolanda Bedregal”.

 

 

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