Presentamos una reseña del poeta catalán Ricard Mirabete (Barcelona, 1971) sobre MAL, el más reciente libro de poemas de Jordi Vallas Pozo (Barcelona, 1970) publicado recientemente en español e italiano. Jordi Vallas Pozo estuvo como invitado en el Segundo Encuentro Internacional de Poesía Ciudad de México, celebrado el noviembre pasado.
EL MAL DE JORDI VALLS ATRAVIESA FRONTERAS
por Ricard Mirabete
El poeta Jordi Valls (Barcelona, 1970) nos ofrece con Mal -libro publicado en 2013 y este año traducido al español y al italiano- una visión de conjunto sobre la realidad histórica y social de Europa y también de Cataluña. Hace poco volvió de México dónde ha participado como poeta invitado al Encuentro Internacional de Poesía Ciudad de México, junto con cuarenta y cinco poetas de todo el mundo. El número de cuarenta y cinco es un homenaje a los estudiantes desaparecidos hace unos meses, de los que aun no han aparecido los cuerpos.
El propósito principal de Mal está en el hecho de asumir el pasado europeo -la construcción histórica y cultural a lo largo del siglo XX y al mismo tiempo su destrucción a partir de las dos guerras mundiales y el autoritarismo político instaurado en Alemania, Rusia, Itália y España. Nuestro poeta ha llegado a una síntesis conceptual y poética que le permite recrear y explicar por medio de la poesía nuestra realidad europea común. En Mal (Barcelona: Editorial Meteora, 2013) hay un fondo de historia, de arte, de poesía europea y americana que cabe tener en cuenta y que compartimos a un lado y otro de los continentes europeo y americano. Por esta razón su traducción simultanea al español, por un lado, porque el contenido de la obra traspasa fronteras y pisa los territorios naturales de su propuesta poética. La obra ya forma parte, de esta manera, del corpus literario y cultural de la Península Ibérica e Hispanoamérica con la edición española de Mal (Granada: Valparaíso, 2015). Por otro lado, la traducción italiana de la obra permite insertar Male (Venafro: Edizioni Eva, 2015) en el imaginario colectivo de los ciudadanos y lectores italianos, que se sentirán cercanos a la temática y estética de Jordi Valls.
No seremos tan atrevidos como lo es el poeta con sus versos, pero podemos ofrecer una visión de conjunto de Mal a partir de los conocimientos y la experiencia literaria del traductor de la obra al español, el poeta y critico literario José García Obrero (Santa Coloma de Gramenet, 1973) y de los poetas Iban L. Llop y Giuseppe Napolitano (Milturno, 1949), que conocen de primera mano el mundo literario italiano. A los tres escritores les hemos pedido que expliquen a los lectores sus impresiones sobre la obra y recepción en España e Italia especialmente.
José García Obrero es un poeta colomense que vive desde hace algunos años en Córdoba. A menudo vuelve a Cataluña y participa en actos literarios y recitales poéticos. Representa un puente entre la poesía catalana y la castellana ya que, a parte de escribir poesía en las dos lenguas, también escribe crítica literaria en diversas revistas catalanas y españolas. Conoce en profundidad las dos tradiciones poéticas y por esta razón ha sabido trasladar los poemas de Jordi Valls a la lengua de Góngora con una naturalidad y excelencia admirables. Hemos querido, pues, saber las impresiones literarias sobre la obra de Valls, de quien destaca sobre todo su vocación universal: “tiene una serie de características que se encuentran de manera excepcional en un poeta (si tenemos en cuenta que se trata de un poeta relativamente joven) y que, cuando aparecen, transciende los ámbitos inmediatamente generacionales y geográficos. Estas cualidades son, en primer lugar, la capacidad de utilizar la anécdota, el detalle casi imperceptible, con los que tensa el arco de las emociones para que el pensamiento se hunda en la profundidad de las raíces filosóficas y culturales occidentales. En segundo lugar, y en este punto está relacionado con la anterior, la capacidad de extraer de cualquier referencia cultural, ya sea de la mitología clásica, la religión, la pintura o la fotografía, la materia primera del poema y conseguir que fluya por estos vasos comunicantes que van de lo infinitesimal a lo infinito, y viceversa, con naturalidad. En tercer lugar, el conocimiento exhaustivo que Valls posee de las diversas tradiciones poéticas, le sirve como ariete para abrir las puertas que le conducen a explorar territorios nuevos, arriesgarse y experimentar; una sólida base desde la cual elevar la rica complejidad de su poética. En cuarto lugar, sus señales de identidad, el origen, le sirve de centro: un punto de partida y un asidor desde el que abre su poesía hacia ámbitos internacionales. Finalmente, y este aspecto acaba de configurar la singularidad excelente de su obra, Valls es un autor que atesora una gran capacidad de producción sin renunciar a unos estándares de calidad extraordinarios. El resultado de todos los puntos mencionados eleva la obra de Valls a la de un clásico de la actualidad”. A lo largo de la obra poética de Valls -que cuenta con once títulos con el último L’illa misteriosa (Barcelona: Meteora, 2015)- hemos sabido detectar su gran conocimiento de la poesía española. Hay una naturalidad y una concisión léxica que se hermana a la expresión poética de poetas españoles como ahora Machado y Lorca, por ejemplo. Según García Obrero, Valls, tiene en buena consideración los autores de la generación del 27: “No té se decir hasta que punto (y eso es muy interesante de Valls) su poesía bebe más de la tradición española o de la catalana, sinceramente. Respecto a la española, lo sitúo claramente en un cierto barroquismo de raíz gongoriana, que cruza el simbolismo de Darío y de Juan Ramón Jiménez; al mismo tiempo la relación con Antonio Machado, esta capacidad de transitar por superficies transparentes para mostrar la profundidad de la naturaleza humana, es muy importante. También el surrealismo de César Vallejo, del Lorca de Poeta en Nueva York, de Cernuda, pero sobretodo hay una deuda básica con la Generación del 27 en general y con la debacle que supondrá para la poesía en todos los niveles. Más cercanos en el tiempo, conviene que citemos a Caballero Bonald, Barral, el toque culturalista de los novísimos; algunos enfoques que García Montero o Vicente Gallego establecieron en la llamada poesía de la experiencia… la lista es larguísima”.
Mal es un libro conceptual y al mismo tiempo marcado por una gran plasticidad. Las referencias de pensamiento y pictóricas son constantes, en conjunto nos muestra una cosmovisión muy particular: “Se basa en la consciencia pues es importante no perder la lucidez, su raíz y el origen de las cosas que le preocupan o bien que le incitan a hacerse preguntas. Valls construye de manera sólida porque no pierde de vista su centro: como un derviche, puede girar alrededor, abrir círculos concéntricos, alejarse e, incluso, pasar al otro lado de la consciencia, pero el punto de partida siempre es muy claro: es el lugar desde dónde el poeta respira e irradia su luz propia”. Seguidamente, José García Obrero añade: “Valls es un poeta desinhibido en cuanto al lenguaje. Utiliza un léxico riquísimo en catalán y, a menudo, su translación al español es complejo en extremo. La toponimia en catalán ha sido respetada; si el autor esmenta “la font de l’Alzina” o “el torrent de les Bruixes”, el lector sabe perfectamente que se trata de lugares que forman parte de la geografía cotidiana del autor y traducirlos no aportaría nada a la comprensión del poema.
En este punto, le preguntamos sobre como ha ido el proceso de traducción y su papel como transmisor de los poemas a la comunidad de habla española: “Sobre la traducción se ha hablado mucho y por eso probaré de ser claro aunque sea inevitable que repita algunos temas comunes. Traducir poesía no es traducir el prospecto de un medicamento o de un manual de ingeniería; no es tan importante que se traslade una literalidad sino que sean los elementos poéticos, formales y conceptuales los que sean captados y dirigidos en su intencionalidad hacia otra lengua. Es importante que el traductor sea poeta o, como deja dicho Jordi Doce en una entrevista, que llegue a serlo con el tiempo, porque sabrá priorizar unos elementos sobre otros. Recreará versos si lo exige el texto porque la voz del autor no sea pervertida. De esta manera, no es lo mismo una traducción cualquiera de Emily Dickinson al español que una hecha por José Luis Rey, o bien que la traducción de la Divina Comedia de Ángel Crespo, en la que este poeta y traductor dedicó más de una decada para respetar los tercetos de Dante, sea considerada una obra maestra”.
La versión española de Mal ha sido editada por Valparaíso, que es una editorial de prestigio en el ámbito español e internacional: “Es una editorial que apuesta por la poesía de una manera muy decidida, que publica un catálogo en el que prevale solo el criterio de la calidad. Valparaíso supone, además, un puente magnífico entre los autores y los lectores en español de los dos lados del Altántico y esta visión de conjunto del idioma es un gran acierto y, obviamente, una oportunidad de difusión de las obras poco vista hasta el momento. La publicación de las traducciones de autores como ahora Simic, Poe o Ledo Ivo abre un camino interesante para la difusión de autores de los cuales la obra merece ser conocida por el gran público. Que esta linea, la de las traducciones, incluya Mal de Jordi Valls, evidencia una vez más la apuesta decidida de Valparaíso por la calidad por encima de cualquier otro criterio.
La obra de Valls representa una continuidad entre las tradiciones española y occidental: “Las tradiciones de cada territorio no son propiedades aisladas: la poesía española del Siglo de Oro no hubiera sido lo que fue sin las fuentes italianas, provenzales o catalanas; la poesía catalana actual bebe del simbolismo francés; la poesía francesa se impregnó en su momento de la poética de Poe; Eliot lo hizo de Baudelaire, Mallarmé y Valéry… Jordi Valls recibe influencias de todas estas corrientes. Por esta razón, como autor formado, Jordi sigue a poetas de lengua española actuales: García Montero, García Casado, Nilton Santiago o Alí Calderón, entre otros. Aún más, creo que la poesía de Valls aporta mucho a la poesía española actual”.
García Obrero no duda ni un solo momento en afirmar que La caida de la Unión Soviética/ La caiguda de la Unió Soviética es el poema central del libro: “Es una cima en el conjunto de su obra porque es paradigmática. Conviven de manera magistral todos los elementos que definen la poética de Valls. Y que ya hemos esmentado. Una parte de este “centro” que es Santa Coloma de Gramenet -población conurbada a Barcelona-, la comarca del “Barcelonès Nord”, para irradiar, mediante una conversación con el poeta polaco Zagajewski, hacia su universo, en Gliwice, después de la II Guerra Mundial, a la comparación con la historia local de las urbanizaciones suburbiales, surgidas a partir de la industrialización llevada a cabo en España por el franquismo; además, trata de la poesía en si misma, de la naturaleza del ser humano y de la crisis del mundo Occidental. Es un poema lúcido y de una plasticidad y lirismo extraordinarios. En cierto modo, Valls mantiene un cierto perentesco con el poeta cordobés José Luis Rey, por esta correlación de imágenes que en ocasiones ambos autores desarrollan a lo largo del poema; así como también por este uso sin complejos del arsenal léxico y expresivo para dotar el poema de una sonoridad o musicalidad determinadas y para afilar la ironía que a menudo encontramos en sus versos”.
Acaba de publicarse la traducción de Mal al italiano. Los poetas y traductores Carlos Vitale (Buenos Aires, 1953) y Amerigo Iannacone (Venafro, 1950) se han encargado de la edición y traducción de Male (Venafro: Edizioni Eva, 2015). Por cierto, el año pasado se publicó una extensa antología de poetas catalanes en la que Valls también estaba presente: Trentaquattro poeti catalani per il XXI secolo (Raffaelli Editore, 2014). Anteriormente fué traducido al esloveno y al inglés.
El poeta y crítico literario italiano Giuseppe Napolitano (Minturno, 1949), que es autor de numerosos libros de poesía, crítica literaria e historia loal, explica que Mal es un libro de sugestiones, de alusiones, pero también de verdades profundas: “Hay el hombre que habla a los hombres, hay el poeta que habla con quien sabe como habla un poeta y se dispone a escucharle con la curiosidad necesaria para comprender las razones del alma. Los temas fundamentales de un libro así son diversos y todos acaban siendo intrigantes. Lo que recorre el poemario casi siempre en su totalidad es el tema del tiempo”. Seguidamente, Napolitano añade: “El tiempo –uno scarabocchio en el que se dibujan los años en un juego de reglas inventadas- es concebido como una reminiscencia de los tiempos pasados, remotos: non ci pensaré piu i non sperare nulla dalla provvidenza. Es ahora y aquí que vivimos y también con decisiones difíciles. Cuando senza scarpe attraversi confini, ya no sabes hacia dónde estás marchando y que te encontrarás mas allá del cruce de caminos en los que hiciste el alto y te encuentras indeciso”. Sobre el estilo de Valls destaca la su intensidad expresiva y la excelente traducción que han hecho Vitale i Annacone: de los traductores y del poeta remarca su destreza literaria y su amor por la palabra. Según el crítico italiano, “al empezar el libro hay una posición deliberadamente introductoria: el poema Lettore (que remite al Baudelaire que invitaba al lector –“mon semblable,-mon frère!”- a dedicar atención a su lectura). Aquí se propone un altro mondo –sull’altro lato del foglio, y es una invitación a no abandonarse a la primera lectura, a confiar en el poeta quien confía a su tiempo en su palabra, que es manifestación y clave de lectura de su propia vida: Con te tutto è possible. Va’ e anuncia la passione dove il successo non conta”.