La poesía de César Cañedo (El Fuerte, Sinaloa, 1988) es desafiante e irrumpe como un río energético. En esta ocasión presentamos un poema de Cañedo en homenaje a Abigael Bohórquez (1936-1995). César Cañedo actualmente estudia el Doctorado en Letras en la UNAM y es fundador y codirector del Seminario de Literatura Lésbica Gay, UNAM, de reciente creación.
Bohórquez
para Orlando Mondragón
Nos pariste a deshoras,
Abigael Bohórquez,
gran matrona norteña
y gran artista.
De anales siempre abiertos
una estirpa
de poetales neorrabiosos inauguras,
según Borges, uno sabe quién precede
el linaje poetista que lo pare,
y eres tú, pichurrienta y rechazada
la estrella marinera y efebista
de tantos seres como yo calados
entre el sida y el miedo
el recato y el ano
el amor oprimido
la familia embistiente
amar adolescentes y pagarles a veces
forzar besos tronados en el cine Savoy
pagar motel de sueños y ladillas
chacalín colorado con mi recto ha acabado.
Y me deshojo entero
de este abrir al lenguaje
porque en torcido rostro
la palabra que enuncio
chueca nace fonética y lamida.
Si de escriba está escrito que mi verso
hondo calar rumores
perversiones al aire
y un ring de tres caídas,
ven a rabiar en lucha gladiadora
para desierto declarar el premio
de altar poeta y dramaturgo abierto.
Sonora y Sinaloa se funden en El Fuerte
destino recelado de unos cuantos
que burlan a Bohórquez con Cañedo
santífico Malverde y narcorista
entrada sobaquera y coyotuna
la arena desertora Mayo Yaqui
pluma vuela en su máscara venada.
Yoremánsame el pelo,
versicúname el ritmo,
acurrúcame el sueño y la esperanza,
“ahí viene el Coco
y viene bien caliente”
de soslayo otra vez carcajamiras.
Todo es ir y venir sin equipaje
como tu suerte echada en este cáliz.
Consagramos la muerte por la caza
del amado varón endurecido.