Es inusual que los filólogos den primicias, pero esta vez acaban de descubrir una joya en Viena. Como parte de nuestra celebración del Día Mundial de la Poesía, damos la primicia para la lengua española de este asombroso descubrimiento a través del reconocido filólogo: Marcelo G. Burello, seguida por su traducción de las distintas versiones del poema de Georg Trakl: A Novalis, en espera de la versión autorizada del inédito por parte de la Asociación Cultural de Salzburgo.
20 de marzo de 1770, a 245 años del nacimiento de Friedrich Hölderlin
Georg Trakl, entre Novalis y Hölderlin
G. Burello
Gran noticia filológica a comienzos de 2016: en la portada de una vieja edición de obras de Hölderlin (que contiene la producción dramática y las traducciones), George Trakl había redactado un poema titulado precisamente “Hölderlin”, que hasta hoy se ha conservado impecable. El libro, hasta fecha reciente en manos de un anticuario, data de 1905 y tiene el conocido ex libris del poeta de Salzburgo, de modo que seguramente le pertenecía. El poema consta de dos estrofas de cuatro versos cada una, en yambos, con rima ABBA. Pareciera estar pasado en limpio, pues Trakl solía reescribir y corregir mucho, y en tanto la primera estrofa se parece mucho a la de la pieza “Melancolía de la tarde” (1911), es posible que el autor no llegara a darlo a conocer porque decidió reutilizar el comienzo. Este reciente hallazgo no sólo desmiente aquella constatación de Hans-George Kemper —acaso el mayor especialista en Trakl de su tiempo— según la cual Novalis es en definitiva el único poeta al que el salzburgués dedicara expresamente una poesía (una constatación triste, en verdad, pues los seguidores del poeta querrían ver mucho más de ese tipo de material); también obliga a repensar íntegramente la filiación de la poética trakleana. Porque si hasta ahora la presencia subyacente de Hölderlin resultaba manifiesta para todos los intérpretes serios, de aquí en más ya no caben dudas de esa influencia y se pueden trazar puentes sin temor a equivocidades.
A la espera de una versión autorizada de este inédito por parte de los nuevos propietarios, la Asociación Cultural de Salzburgo (ciudad natal del poeta), que hasta ahora sólo lo describe vagamente y lo muestra de lejos, resulta oportuno revisar la pequeña pieza con la que Trakl homenajeara poéticamente a Friedrich von Hardenberg, (a) Novalis. Se han conservado las tres versiones del poema, que el autor jamás publicó en vida y que posiblemente compuso entre 1913 y 1914. Sin rima ni métrica estable, en ellas se apuesta por la aspereza de la sonoridad y por las imágenes fuertes, confirmando la afinidad del poeta con el Expresionismo (más un Zeitgeist que un movimiento artístico determinado, a fin de cuentas, y sobre todo en su caso). Con claro carácter de epitafio, Trakl celebra aquí al gran poeta romántico con expresiones que combinan la tradición cristiana y la pagana
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A Novalis (1ª versión)
Descansando en tierra de cristal, santo extranjero
De oscura boca tomóle un dios la queja,
Cuando se hundió en su apogeo
Pacíficamente le murió el son de las cuerdas
En el pecho,
Y esparció la primavera sus palmas ante él,
Cuando con trémulos pasos
En silencio él dejó la casa nocturna.
A Novalis (2ª versión)
En tierra oscura descansa el santo extranjero.
Tomóle de suave boca un dios la queja,
Cuando se hundió en su apogeo.
Una flor azul
Pervive su canto en la nocturna casa del dolor.
A Novalis (3ª versión)
En tierra oscura descansa el santo extranjero
En tierno capullo
Crecióle al joven el espíritu divino,
El ebrio son de las cuerdas
Y enmudeció en flor rosada.
An Novalis (1. Fassung)
Ruhend in kristallner Erde, heiliger Fremdling
Vom dunklen Munde nahm ein Gott ihm die Klage,
Da er in seiner Blüte hinsank
Friedlich erstarb ihm das Saitenspiel
In der Brust,
Und es streute der Frühling seine Palmen vor ihn,
Da er mit zögernden Schritten
Schweigend das nächtige Haus verließ.
An Novalis (2. Fassung)
In dunkler Erde ruht der heilige Fremdling.
Es nahm von sanftem Munde ihm die Klage der Gott,
Da er in seiner Blüte hinsank.
Eine blaue Blume
Fortlebt sein Lied im nächtlichen Haus der Schmerzen.
An Novalis (3. Fassung)
In dunkler Erde ruht der heilige Fremdling
In zarter Knospe
Wuchs dem Jüngling der göttliche Geist,
Das trunkene Saitenspiel
Und verstummte in rosiger Blüte.