Today at Círculo de Poesía: Two poems by Robert Frost (1874-1963) from the Collection, New Hampshire: A Poem with notes and Grace notes, which received the Pulitzer Prize (1923). His work employed settings from rural life in New England and his command of American colloquial speech. Frost was honored frequently during his lifetime, receiving four Pulitzer Prizes for Poetry. Frost was named Poet laureate of Vermont.
Spanish versions by Tania Márquez Aragón
Dos poemas de Robert Frost (1874 – 1963) del libro New Hampshire: A Poem with notes and Grace notes, por el cual recibió el Premio Pulitzer en 1923. Su trabajo emplea ambientes de la vida rural en Nueva Inglaterra y un dominio en el discurso coloquial Americano. Frost fue condecorado durante su vida, recibiendo cuatro premios Pulitzer de Poesía y nombrado Poeta laureado de Vermont.
Fire and Ice
Some say the world will end in fire,
Some say in ice.
From what I’ve tasted of desire
I hold with those who favor fire.
But if it had to perish twice,
I think I know enough of hate
To say that for destruction ice
Is also great
And would suffice.
Hielo y Fuego
Unos dicen que el mundo terminará en fuego
y otros dicen que en hielo.
Por lo que he probado del deseo
me inclino a favor del fuego.
Pero si tuviera que morir dos veces,
creo saber lo suficiente del odio
para decir que en destrucción
es magnífico el hielo
y bastaría solo con él.
In a Disused Graveyard
The living come with grassy tread
To read the gravestones on the hill;
The graveyard draws the living still,
But never anymore the dead.
The verses in it say and say:
“The ones who living come today
To read the stones and go away
Tomorrow dead will come to stay.”
So sure of death the marbles rhyme,
Yet can’t help marking all the time
How no one dead will seem to come.
What is it men are shrinking from?
It would be easy to be clever
And tell the stones: Men hate to die
And have stopped dying now forever.
I think they would believe the lie.
En un cementerio abandonado
Los vivos vienen con andar herboso, yerboso
para leer lapidas en la colina;
El cementerio imanta a los todavía vivos,
pero nunca más a los muertos.
Los versos ahí, dicen y dicen:
“Aquellos que vivos vienen hoy
a leer lapidas y se van
mañana muertos vendrán para quedarse”
Tan segura de la muerte la rima de mármol,
todavía no puede dejar de señalar todo el tiempo
como es que ningún muerto parece venir.
¿Qué es lo que hace encogerse a los hombres?
Sería fácil ser astutos
y decir a las piedras: Los hombres odian la muerte
y han dejado de morir desde ahora y por siempre.
Pienso que creerían la mentira.