Cuento mexicano actual: Zowie Space Boy, de Omar Nieto

Presentamos un cuento del narrador y ensayista Omar Nieto (Puebla, 1975), a propósito de la mítica personalidad de David Bowie. Omar Nieto es Maestro en Letras por la UNAM. Es autor de Las Mujeres Matan Mejor (Joaquín Mortiz, 2013), Mejor Primera Novela del 2013, según el periódico Reforma, y de Teoría General de lo Fantástico. Del Fantástico Clásico al Posmoderno (UACM, 2015), seleccionado entre los Mejores Libros de Ensayo del 2015, también por Reforma.

 

 

 

 

ZOWIE SPACE BOY

Por Omar Nieto

 

Bowie plays guitar

Spiders from Mars

Ziggy Bowie

Ziggy star Bowie

 

Brixton, Inglaterra, 8 de enero, 1953

El pequeño David Robert Jones recibió un puñetazo en el estómago. Las casas de alrededor desaparecieron y la falta de aire le hizo perder las fuerzas. Cayó de bruces. Las pequeñas piedritas de la calle pavimentada se le enterraron en la cara. Vivía en Brixton, cerca de Londres. Otro golpe le nubló la vista. Sintió como si su ojo se fuera a desprender. (Por siempre una pupila azul y otra gris). David R. Jones vio asteroides pasar sobre su cabeza. También observó a un niño muy parecido a él tratando de ayudarle, deseoso de platicar. Quiso eludirlo y comenzó a escuchar música dentro de su cabeza. Aquel niño era Ziggy. Anheló traspasar todos los límites. Ahí estaba David, en medio de risas y coches. Tirado en el asfalto, David deseó más que otra cosa en el mundo ser músico.

 

Harare, Zimbawe, África, 6 de diciembre, 2009

¿Quién es ese blanco del que nunca ha oído hablar? ¿Quién es ese tal Ziggy Stardust?

“El propósito de Bowie al concebir este personaje fue adaptar el concepto de los musicales de rock y el teatro kabuki de Japón”, lo consultó en internet.

La sonrisa del chico africano al obtener esa información fue deslumbrante. En su cuarto, sus ojos blancos se abrieron y se cerraron de forma intermitente. “Ziggy plays guitar…”, tarareó la canción que escuchó desde una lejana radio de Johannesburgo.

 

Kent, Inglaterra, 8 de enero, 1963

Bowie aprendió a tocar saxo. Se entrenó para cantar. La banda se llamaba Manish Boys. Le apasionaba el rithym and blues y la música negra americana. Solía ponerse la corbata estampada y la camisa que le dejó su papá. Tenía el cabello un poco largo. David nunca sonrió para ocultar los dientes desiguales. Ojalá el golpe que le dieron hubiera caído en la boca. Pero no, cayó en el ojo, generándole una pupila cósmica. Su hermano le había prestado un libro de William Burroughs, dos de Kerouac y uno de Allen Ginsberg. Era hora de crear a Bowie. Llegó el jazz y la cultura hindú.

Ziggy lo miraba por la ventana.

 

Montreux, Canadá, Montreux Jazz Festival, 7 de julio, 1995

Experimenta con electrones. David se ha reinventado. Drum and bass y electrónica. Drogas de diseño. Space cowboy. Han pasado los años y David R. Jones se hace llamar desde hace mucho David Bowie. Se reconfigura en cada disco. Litlewonderyou. Ziggy le regaló otro sonido de Marte. El disco se llamaría Outside y el siguiente, Earthling. Las Arañas de Marte tenían que ser más eléctricas. En 1995, Bowie invitó a Trent Reznor a su concierto en Montreux para recrear el sonido de Júpiter.

Ziggy jamás se alejó de él…

 

Wembley Stadium, Inglaterra, 18 de octubre, 1977

¿Cómo desea Ziggy que sea Bowie?

1.- Cabello rojo, traje, ojo gris, bilé, pestañas delineadas. Tiresias. Andrógino.

2.- Falda y medias a la rodilla, una colegiala fatal en un teatro. Una delicada amante nacida en Kyoto, desprendida de un relato de Yasunari Kawabata.

3.- Convertir a los aficionados en miles de Ziggies (taxistas, vendedores de hot dogs, sacerdotes católicos o brahamanes, directores de escuela, Mahatma Gandhi o el asesino de Lennon). Que el presidente Kennedy y el hijo de Ronald Reagan sean como Ziggy. Que sean Ziggy Ernest Hemmingway y Henry Miller. Porque ya lo es el aficionado que asiste al estadio de Wembley. En los conciertos de David Bowie pueden observarse muchos Ziggies cantando “Heroes”: “Ziggy tocaba bien la guitarra/¿dónde estaban las arañas cuando las moscas intentaban quitarnos nuestros corajes?/ sólo había una luz para guiarnos, ¿debíamos entregar nuestras manos?”

 

Londres, Inglaterra, 8 de enero, 1972

Odisea del espacio. Alguien vendió al mundo. Ahí estaba Bowie sintiendo cómo el ácido bajaba. Escuchaba a los Zeppellin y a los Who. Qué bien se sentía la heroína corroer el cuerpo, les decía a todos Bowie. Hay que morir. Hay que pisar la superficie de la luna.

– ¿Quiénes somos, Ziggy? -le preguntó David.

– Ya lo sabrás Dave, lo sabrás pronto…

 

Bristol, Inglaterra, 7 de mayo, 1971

Ziggy cayó de la luna o de Marte. Ziggy, un extraterreste bisexual, estrella de rock que advierte a la Tierra de su propia destrucción. David lo conoció de niño. Pensó que Ziggy era un personaje inventado por él mismo, un amigo imaginario, que fue creciendo junto a él, transformándose conforme crecía. Pero llegó a comprender muy pronto que eran uno solo. “El Apocalipsis viene”, le decía siempre Ziggy. “Aquí estoy para probarlo”, le susurraba al oído. Ciencia ficción y más teatro kabuki. Drogas. Bowie creando a Ziggy (¿o Ziggy a Bowie?). “Quedan cinco años para que la Tierra desaparezca”, decía Ziggy en cada concierto. Las Arañas de Marte era el nombre del grupo que integraba con Ronson, Bolder y Woodmansey. Ziggy tocaba la guitarra, pero nadie lo veía excepto David…

El límite se había roto de nuevo.

¿Qué es Ziggy? Orgías, música, cocaína y alcohol. David era ya Ziggy.

 

Berlín, Alemania, 29 de abril, 1977

No más polvo blanco. Las personas divididas por el muro de Berlín se unían ante la mirada del músico. Ojos de Bowie (¿o de Ziggy?). Todos cantando. “I, I will be king/ And you, you will be queen/ Though nothing will drive them away/ We can be Heroes, just for one day…” A veces, Ziggy -el extraterrestre que recogió al pequeño niño tembloroso llamado Dave en el pavimento de Brixton-, cree que los humanos pueden llegar a ser héroes.

 

Londres, Inglaterra, 8 de enero, 1972

No era la sala lujosa. No eran los faunos deseantes. No eran los pechos titilantes ni las gruesas vergas. Era David Zowie. Viajaba en cada concierto, en el vacío que se tragaba los muebles y el LSD. Era traspasar el límite de la química del cuerpo. Eran los colores. Las paredes amarillas. Las cabezas rojas. Ziggy necesitaba una compañera. Se llamaría Lady Ziggy.

 

París, Francia, 14 de mayo, 1973

Bowie inventó el Glam.

– Qué es el mundo sino una representación -le decía Bowie a Ziggy, pasando su brazo por el hombro.

– Podemos ser quienes queramos -le respondió Ziggy, acariciándole el cabello sin que nadie los viera.

– ¡Ah! -dijo Bowie-. Caminemos por Marte, inventemos arañas. Probemos el polvo de estrellas, caminemos por ellas y hagamos una canción: Ziggy on the mars.

Spiders from Mars –corrigió Ziggy.

The rise and fall of Ziggy Stardust and the spiders from Mars -contestó Bowie con una sonrisa.

Ziggy esbozó una sonrisa idéntica, también.

 

Marte, zona de huracanes, 8 de enero, 1973

Tocar a Dios con las manos. Sentir los paquetes de fotones que sólo él emite. No los toques por mucho tiempo o te encontrarás a Ángela en la cama con todas las piedras rodantes entrando en su cuerpo. Ella no tiene el ojo desfigurado ni los dientes como David, ni el genio en la cabeza. Mick Jagger se la coge en un cuarto contiguo. A pesar de ser la mujer de David. El Diablo está cerca, en Marte. El LSD y Mick besando a Ángela.

Angie, angie, when will those clouds all disappear?
Angie, angie, where will it lead us from here?
With no loving in our souls and no money in our coats.
You cant say were satisfied.
Let me whisper in your ear…

 

 

Memphis, Tennessee, 18 de diciembre, 1980

En su casa de descanso, David Bowie lee. Su afición por la literatura empezó desde niño. The spiders from Mars, el álbum, estaría inspirado en la novela 1984 de George Orwell. La canción Rock ‘n’ Roll Suicide en “La vida es un cigarrillo”, de Manuel Machado.

 

Moscú, Rusia, 21 de mayo, 1973

A David las visiones le matan. Ese estado donde los límites de la percepción nunca están claros. Le dicen que Ziggy es producto de su desorden bioquímico, pero él sabe que no es así. Él ve a Ziggy, todos los días, todo el tiempo. David acaba de llorar en el hombro de una adolescente, asistente a uno de sus conciertos. No quiere subir a cantar. “Si supieran lo que Ziggy me hace ver todos los días…”, dice.

 

Ciudad de México, México, 1 de marzo, 1975

Un hombre entra a la disquería. En su casa sólo viejos acetatos de vinil. Las portadas: Rapsodia en azul de Gershwin y Für Elise de Beethoven, además de The Beatles, Benny Goodman y Bill Halley and the Comets. Colecciona también viejos discos de 70 revoluciones de Chopin y Rachmaninov. Ahora va a comprar Station to Station. El dependiente le ha dicho que El Duque Blanco es lo más nuevo de la música.

Entiendo, dijo aquel cliente, se trata de esa droga, el LSD, esa música intergaláctica.

 

Seattle, Washington, 12 de agosto, 1989

David Bowie se reinventa una vez más. Es un camaleón y ya no un niño tirado en el pavimento. Han aparecido en la escena bandas más poderosas, se llaman Pixies, Sonic Youth, Soundgarden, Peal Jam y Nirvana. Ziggy aparece una vez más en su intento por recuperar el mundo. El nuevo grupo que armará Bowie intentando hacerse de este sonido se llamará Tin Machine. Ya no es tiempo de heroína o LSD, sino de morir ante el mundo.

 

Venecia, Italia, 20 de diciembre, 1995

Para David, el arte es su droga más segura. Pintar le permite estar lejos de Ziggy, quien sólo quiere arte de masas. Y ahí en Berlín, David toma el pincel, junto a Imán, su nueva novia. Recorre los canales de Venecia, ha venido a la Bienal. Ya lo espera Bernard Jacobson y el editor de Modern Painters. Esperan un donativo para que 200 nuevos pintores den un poco de paz a las almas enfermas. “Un poco de reciprocidad”, se dice David.

Hoy, sólo hoy, Ziggy no está presente.

 

Sussex, Inglaterra, 19 de julio, 2026

David agoniza en el estacionamiento de un supermercado. Para él los países no tienen fronteras. Ha ayudado a traer el futuro hasta aquí, y ya nada hay más que hacer. No fueron las drogas, ni Ángela, ni Mick. Tiene un infarto. Todo en la Tierra tiene su tiempo. Ahí, sentado junto al carrito metálico, como viendo al universo, está Ziggy. Cruzan una última mirada. David está tirado en el estacionamiento. Esta vez no hay niños pateándole un ojo. Cuando Ziggy desaparece, es sólo David yaciendo en el piso porque el corazón le ha fallado. El Duque Blanco va a morir.

Ziggy está contento.

Ziggy logró vender al mundo.

David Bowie.

David Zowie.

Zowie Stardust.

 

 

 

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