Poesía nicaragüense actual: Rommel Cruz

Presentamos, dentro del dossier de poesía nicaragüense actual prepara por el poeta Víctor Ruiz, una muestra de Rommel Cruz (1985), poeta, ingeniero civil de profesión, ha participado en diversos talleres de poesía con el poeta y crítico Iván Uriarte. Ganador del concurso de poesía interuniversitario convocado por la UNAN- Managua (2006), aparece en las antologías Circulo caótico (2006), Vita plena, cruce de poesía joven Chileno-nicaragüense (2013), Deudas de sangre, Poesía Centroamericana, por Anamá ediciones (2014). Fue publicado en la extinta revista Voces nocturnas y en la revista artesanal Karebarro. Posee un poemario inédito llamado Persistencia de la incertidumbre.

 

 

 

NADA

 

Si la respuesta fuese posible, la muerte no caminaría junto a la vida.

Jabés.

 

A Raúl Mojica

 

 

Ni el cuenco

donde el ojo se cuelga frente al caos

 

ni su álgido hondo

párpado

preguntando

 

¿qué miramiento en sonámbula turbulencia

nos persuade…?

 

¿y si mejor nos damos a decir como el humo dice al aire,

dejar atrás el delante obnubilado de todo fundamento y

 

decir como el cascabel dice el  asombro,

igual que una sombra dice el gesto del destino

y las calles de algún sitio suenan a la orilla de la infancia?

 

Conviene  abrir para esto las persianas del instante

hablar de la obscuridad del asunto

de la hormiga y su manía de holocausto, iguana desdeñosa, vigilante

 

tener presente que el piano es un abrigo, un pijama cubriendo la perplejidad del segundo

que las palabras abrazan el pavoroso desnudo de las voces

y el olvido es un artístico nudo de equilibrio…

 

…debemos doblar el verso, enviarlo con destino al silencio

luego desinflar el silencio, se caiga su extravagancia.

ya sabemos que el mundo se parece a una orgía incesante de agazapados solipsismos

 

apaguemos el habla y veamos el rumor

de la hojarasca, un segundo antes

del aeroplano tembloroso donde murió hasta el aire

 

oigamos

los pasos del relámpago

huyendo de su estruendo

 

pero sobre todo, en una ausencia de ruidos y silencios oigámonos decir

solo el ojo insomne andando el ebrio andamiaje de estas voces,

solo el ojo contra el tiempo detenido en la situación de estas palabras, existe.

 

 

 

¿QUÉ MIRAMIENTO EN SONÁMBULA TURBULENCIA,  NOS PERSUADE…?

 

¿Quién pregunta lo que pregunto en las naves del yo

Con ese aire de intemperie sumergida…?

 

no la pira diurna ardiendo sobre el monte

 

no diluvio aplastando  glándula

ni caparazón de lepra elevando al hombre

 

La suposición nada más

La suposición que todo lo ignora.

 

 

 

TEORÍA DE LA HENDIJA

 

¿Quién tantea la puerta

y espera cenar junto a mi diálogo confuso?

 

¿Quién será este que dobla sus dedos

en la herrumbre de la aldaba

mientras se asoma por  la hendija para cerciorar la circunstancia…?

 

¿Quién es ese que lleva siglos ejerciendo la tercera ley de Newton

y sigue asomándose a la hendija como un viejo terco  y  obsesivo?

 

¿Para qué todo su intento

y  sus botas haciendo ruido en el pasillo, alejándose

y sus  botas haciendo ruido en el pasillo, acercándose?

 

¿De quién son esos golpes insufribles

en la madera inerme?

 

Quien habita este aposento

murado al cálculo del Ente?

 

¿Quién es ese que no quiere abrir la puerta

Y yace ahí dentro anulándome  con tanta pericia?

 

¿serán los ojos

retrasados del suceso ?

 

¿seré yo que estoy dentro y hablo esta forma de sucesos

que aún no afianzan su existencia…? 

 

 

 

MONÓLOGO ERRANTE

 

Mi cigarrillo repetido por

Las calles sucias da testimonio

de mi cuerpo roto.

A. Escobar

(Fatiga ser dos sombras)

 

Especie de hombre sierpe

día a día me arrastro por esta ciudad convulsa,

el ronquido sordo de sus avenidas es soundtrack de mi monólogo errante.

Por andenes quebrados intercambiando silencios con las fisuras

Con ojo de indigente indigesto de plegaria sin repuestas

digiero escuálida infancia que ronda desechos esparcidos.

Voy entre cigarro y cigarro, borracho de reproches

por la vía emputecida de retrovisores indiferentes

Hasta llegar a la estación donde abordo autobuses enclenques y su gula invencible

Busco en sus rincones, por espejos nunca diestros,

el siempre distinto rostro sin nombre disparando su indiferencia.

Soy parte de esta densidad enferma

día a día soy el embarazo de una maquinaria rodante

la contracción del ómnibus numerado que me aborta en una esquina

la gestación huérfana del verso por la calle sórdida.

 

El grafiti sobre el muro

desde su afonía grita perennemente.

 

Voy por aceras penetrando imágenes que a diario niéganse a sí mismas

Tácitas resístense a sus nombres, al ángulo de mi pupila, asidas

un significado buscan…

 

Asalto la voz que atora alcantarillas abiertas

la fétida lírica de un cauce gemebundo

el cárdeno verbo del asfalto y su tórrida amenaza.

 

Tomo todos los silencios precisos para el grito

El susto de alguien y todo su conjunto

El fuego del niño malabarista en el trance de un semáforo

Su habilidad frente al desdén de la rutina.

Voy edificando esta estructura de cimientos dolorosos

donde reciclo la escoria del mundo.

 

 

 

BIOVERSOGRAFÍA Y VERSORCISMO

 

…la pupila del café observa vibrante desde el centro la taza

y el brazo asciende por la ruta del gesto

a pedirla cuenta…

 

debió salir,

abordar el andén

 

al pie del poste

debió fumar

mientras

el sujeto en la esquina

de sus malabares

se agotaba gloriosamente de limosnas

 

“Babeantes hamburguesas

Desde un Toyota fortuito, le vieron pasar…”

 

Dejá ir ese enclenque discurso del recuerdo al cerrar el grifo,

no importa que nadie nos entienda, déjalos pensar que estamos locos

más bien ampárate a mis dientes

que retornamos al punto

al impacto donde

nos vertebramos de nosotros mismos.

 

Vamos al sitio,

al escaparate de la asechanza

simio semántico recostado al  bigbang de cada instante

─como si, a mí, de pronto me diera por recostarme a un silencio

o si pudiera drenarme por un orificio hacia el vacío

quizás parecerme al párpado cerrado del dilema

devenir en espacio

entre las formas que forman las huellas de tus pies que pisan el instante

 

Vamos

salgamos en sigilo hacia el origen

al vidrio donde te contraje

cuando tu abrazo cenozoico ganaba mi hombro

Y yo pensaba en la cuerda floja sobre el Gran cañón y el Niágara

Pensaba en esa perversión a causa del mal tiempo

la sábana, el monitor, cuarenta dedos en una estación de Vivaldi

y tú de pronto,  asaltabas con todo el utensilio

 

mientras iba con un ayer agazapado en la memoria

abordo de ese dialogo sin nadie

que mora en el segundo piso de mis andanzas.

 

Cuando  hallé tus brazos

árbol engullendo

el Volkswagen, en el patio trasero

donde luego fumé marihuana contigo…

luego de caer en tu alambrada de piernas

de caer despacio sobre una selva llena de presagios

sobre un andamiaje de pájaros  y delirios

entre hojas que miran de repente

como un silencio en un solo de wardingham

 

Y decir luego,

enfrentarte diciendo;

las hojas han caído como el hacha sobre la cabeza de Meursault

 

han caído

las noches mientras las esquinas inundaban de palabras

y los hocicos del verbo mordían de impaciencia.

 

garfio óseo

grávido de olores

inconsolable mandolina

sentada en el barandal de un día inefable

el principio de incertidumbre nos afianza

nos posibilita, nos condena…

 

llevabas los baúles de la concordancia

la voz soberbia que alguien nos presta para los bailes de las nadas

esa trenza ribonucleica de lo plausible

de lo inútil de los decires

 

…yo cruzaba la calle, iba hacia el escaparate

rumbo a la emboscada…

 

… habías sitiado el powerpoint de mi monologo

habías sobornado los cerrojos de mi álgebra de hombre simple.

 

Lánguido holograma

ahora

vienes escribiéndome,

estas precisando para decirme;

astros que se estiran para medir el universo,

blasfemias que alcanzan las alcobas,

coitos que atraviesan paredes y suposiciones,

el pecho corroído donde Dios se fuma un habano de nervios

y el destino escapa en su ascensor insobornable.

 

la madrugada tropieza en la ventana del desconsuelo

con la misma rudeza de siempre sin tumbarnos…

 

vos y yo

damos contra el día como hindúes sobre Gibraltar

damos contra el alcohol y las esperanzas

 

Hemos cenado aceitunas parecidas al silencio

este viernes torturado de promesas

en la esquina

donde el bar exhibe la dulce confesión y  todo su drama

donde sigues esas manías de muchas cosas al mismo tiempo,

es decir, te has marchado en los fustanes de la bandeja,

vuelto malicioso, renovado

con olor  a sexo entre las barbas

sin perder el hilo,

la coordenada del discurso…

 

Hoy beberé

Al grito de tus fémures

fracturándose contra la página

seguiré vociferando

hasta desmayarte de razones

hasta que la obesidad del adjetivo

devore las márgenes

y las curiosidades se equivoquen contigo

y de este modo te vuelvas interesante

concéntrico,

lleno de características,

sospechoso como la historia…

 

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