Presentamos una selección del libro de poemas de Lucas Margarit (Buenos Aires, 1966) titulado Bernat Metge que ha sido editado recientemente por la editorial Buenos Aires Poetry. Es poeta, profesor, investigador y director de investigaciín en la cátedra de Literatura Inglesa de la Universidad de Buenos Aires. Publicó los siguientes libros de poesía, Círculos y piedras, Lazlo y Alvis, El libro de los elementos y Bernat Metge, los de ensayo Samuel Beckett. Las huellas en el vacío, Leer a Shakespeare: notas sobre la ambigüedad. Tradujo Enrique VIII de William Shakespeare, Poemas atómicos de Margaret Cavendih (1653), La isla de los Pines de Henry Neville (1668), La defensa de la poesía de Sir Philip Sidney, entre otros autores ingleses. Tiene dos conjuntos poemas inéditos: Acerca de la distancia y H&H, y también inédito el libro de ensayo La poesía de Samuel Beckett: silencio y fracaso de una poética. Es miembro de del comité académico de las revistas Ex Libris (Universidad de Buenos Aires), Buenos Aires Poetry. Sus poemas han sido traducidos al inglés y al italiano.
Bernat Metge
de Lucas Margarit
Parte I
el ángel es el peor de los dragones
J.E. Cirlot
pasé toda mi vejez reuniendo
formas ácidas y plantas acuáticas
observando, cada tanto, en cada ocaso
la forma cerrada del mar
toda la vejez de los hombres hermosos como el cactus
cada vez que los golpes acariciaban los quiebres de la orilla
pasé mi vida buscando entre las biblias oscuras
la vida disimulada de Bernat
a la sombra de la vela de resina oscura vi las primeras ciencias
cinceladas con imperturbabilidad por una mano que todavía no temblaba
leí las primeras lecturas del mito y de los objetos
vi los primeros dibujos que contenían el límite entre esto y aquello,
el límite que formaban las fibras del pergamino mohoso
V
-¿qué ves Bernat a través de las hojas trituradas
por tus pasos?
-veo mi cuerpo extendido hacia el mar
y veo sólo hojas trituradas.
veo las huellas de la oveja que escapa
la perdiz huyendo del halcón
veo las hojas trituradas
-veo el nido arrasado de un pájaro hueco
veo a Orfeo que pisa las hojas secas
por el viento
-¿qué ves Bernat a través de las hojas trituradas
por tus pasos?
-veo la caída de mi cuerpo extendido hacia el mar
y veo sólo las hojas trituradas
o las huellas del ciervo que escapa
un flamenco huyendo del león
veo las hojas trituradas
-veo un nido de ratas arrasado y
veo a un dios desnudo que pasa
entre las hojas secas
por el viento
-y veo una anciana despedazando
arañas con su piel oscura,
un hombre con la cabeza de un cerdo
como la máscara luminosa de una estatua,
un hombre con la cabeza inclinada
que asimila la sangre y canta
antes de despertar debajo
de todos los horizontes de piedra
-y veo las hojas trituradas
que, como escamas, envuelven
mi cuerpo de niño en un territorio vacío
IX
Guillem Metge, mi padre,
se refiere a las montañas
cuando habla de los espíritus
XXVIII
Soneto 47 (del cuaderno oscuro de Bernat)
No hay reconstrucción si antes no hubo un cuerpo
Donde la sal, la piedra y el fermento
Hayan causado el esperado nacimiento
De sapos, culebras y de muertos
No soy yo quien se pudre sino el cuerpo
De la noche caída en un agujero
Lleno de barro, de oro y de amuletos
Que los vivos colocaron sobre el muerto
Sin embargo, son las manos que toman las monedas
Con palabras, oraciones, tinta negra
Y la piel es hoy un pergamino
Que sugiere apenas un camino
Es la nada que rodea nuestra espalda,
Es un dios helado y sin palabras
Parte II / Los otros cuadernos de Bernat Metge
Ifigenia
Suaves brisas y céfiros ligeros
que un día, oculta en una etérea nube,
llevasteis a Ifigenia, tras ser arrancada
de los altares de la virgen cruel…
Séneca
¿por qué debo estar sola
en este sacrificio?
¿no hay acaso cuatro vientos atados a mi espalda?
todo se reduce al llamado
de una diosa sin espesor y sin ocaso
artémis,
todo se presenta como el fuego que consumió
la carne de un mar que se quiebra
aquí estoy, desnuda
para el sacrificio inicial
de lo que se olvida
Parte III / Próspero y Bernat
I
respira, respira una vez más
como una venganza
contra el fuego y los sacrificios.
respira
con la sangre y el oro
de otro dios y de otro rey
de otro cuerpo que cae como una llaga azul
y no mires hacia atrás
porque estarás
hundido en el líquido de los errores
ahora podrás pensar sobre el falso equilibrio de la sangre
II
no mires hacia atrás
aunque las llamas de tu única ciudad golpeen
tus tobillos
y se disemine la ceniza en los dedos que acariciaron tu cuerpo
un río de extáticos descubre su abandono
para recordar algún invierno entre las pieles