En el marco del dossier de poesía de Lituana preparado y traducido por Dovilé Kuzminskaité presentamos una muestra de Dainius Gintalas (1973, Slabadėlė, Alytus, Lituania) es poeta, autor de libretos y traductor. Actualmente reside en Vilnius. Estudió Filología Lituana en la Universidad de Vilnius e Historia del Arte en la Academia de Bellas Artes de Lituania. Ha publicado tres poemarios: Angis (´Víbora´, 2007), Boa (2007) y Adatos (´Agujas´, 2016). Por su poemario Boa se le otorgó el premio de Jaunasis jotvingis. El poemario Adatos recibió el premio al mejor libro del año. Entre otros, escribió libretos para la óperarock Žuviaganys (2004). El monoespectáculo-ópera Izadora (2008) recibió el premio Auksinis scenos kryžius, premio más importante en el ámbito teatral lituano. Junto con el artista ucraniano Yuriy Kruchak creó el poema audiovisual Vitrina, que fue reconocida como mejor película de los Países Bálticos en el festival Next Festival 007. Es traductor de obras francesas, entre los autores que ha traducido destacan Guy Debord, Lautremont, H.Michaux, Bl.Cendrarsʼo, R.Charo, A. Rimbaud. Desde el año 2000 organiza en su casa en el campo el encuentro de artistas Maskoliškių meno frontas, durante el que las obras se exponen en la única Galería del establo. Su poesía se ha traducido al inglés, francés, alemán, ruso, ucraniano, búlgaro, eslovaco, polaco y letón.
foto: Benediktas Januševičius.
la mantra de la entrega
florecieron las caléndulas acuáticas – yo soy tu bestia
el corazón se sumerge en el ventisquero – yo soy tu bestia
demasiado duros son los muslos de los quehaceres – yo soy tu bestia
estoy apretado entre los cajones – yo soy tu bestia
la familia es una acogedora clínica psiquiátrica – yo soy tu bestia
acaricias y te apartas de nuevo – yo soy tu bestia
entre nosotros hay un bulto azul – yo soy tu bestia
supuro por tus reproches – yo soy tu bestia
cuando con éstos oscureces el deseo – yo soy tu bestia
en una oración silenciosa sobre el banco de la iglesia – yo soy tu bestia
cuando en la cartera hay depresión – yo soy tu bestia
ni borracho ni ángel – yo soy tu bestia
si fuese eunuco – yo soy tu bestia
oliendo a impotencia – yo soy tu bestia
hasta si me entregaras a una casa de empeños – yo soy tu bestia
hasta lloriqueando como un niño – yo soy tu bestia
en el suelo con un trapo mojado – yo soy tu bestia
cuando me hundes en la desesperación – yo soy tu bestia
EN TI hundido – yo soy tu bestia
EN TI disuelto como azúcar – yo soy tu bestia
sientes – que dulce es tu sangre
el confesor
soy imparable ululante
chillante huyendo hacia los lados
vagabundeando con los miedos los temores
el acurrucarse
siempre viendo tus plumas
negras brillantes
corvus corax
estoy volando junto con los ataúdes
miles de ataúdes
puedo montar en ellos como en caballos escitas
en las estepas del Ponto
solitario en miles de caballos fuertes
puedo navegar en ellos como en barcas
por los lagos de Dzūkija
una silueta oscura y solitaria
sobre los lagos profundos
acostarme como en camas
en las salas del castillo de Beynac
susurrar con las sublimes
duquesas de pulmones fragantes
no serás tú quién las cacarees
corvus corax
soy un nómada imparable
con los ojos color naranja
fuera de las órbitas
besando la oscuridad
golpeándose de nuevo contra la luz
que con sus puños huesudos
llama a mis extrañas
por decirlo de alguna manera visiones
estas tienen hipo se retuercen gimen
mejor la oscuridad
corvus corax
la oscuridad aterradora
que se me está tragando
y al tragárseme me está consolando
yo para nada soy el peor
soy el guardián de la ambulante ciudad de ataúdes
con la ropa rota
con los pensamientos rotos
de los que en mi
sin parar crecen los basureros
y tu rebuscas en ellos
corvus corax
y tú vas rebuscando en ellos
deseando que imparablemente
gritara
todas mis malicias
todos mis malquereres
el daño a los más débiles
todas las traiciones
que me cubriera el sudor de la vergüenza
como si fuese una disolución de azufre
aunque tú mismo sabes muy bien – no tendrás suerte
corvus corax
al confesarlo me haría sedentario
como un Cristo pensativo en el pórtico de la iglesia
como un piojo vagabundeando por el pelo del mismo perro
como la calma que huele a un perfume dulce
no confesarlo me quema
se convierte en el combustible
con el que me lleno y puedo vagabundear con mi colonia
por las interminables amplitudes de la noche
quizás no lo sabrás todavía solo la muerte
regalará la confesión
corvus corax
aquella noche toda mi flotilla de ataúdes
bajará sobre un lago de Dzūkija
-sobre el Didžiulis-
con los guardianes de las costas
los avetoros comunes
y reinará tal silencio
que cuando los últimos latidos
de mi corazón hagan eco
retendrás la respiración
respetuosamente
entonces tu pico
pastoreará mi cuerpo
montando un nido con mis huesos
no te podrás creer
que están huecos
igual que los tuyos
corvus corax
el viento
silbará a través de ellos
con las voces de todos los pájaros
verterá secretos interminables
directamente en tu oído
podrás asentir con la cabeza felizmente
desmembrarme
hasta el último huesecillo
y santiguar con tu pico poderoso
eres el único
del que me fío
corvus corax
es que se desea tanto
un alivio
aún después de todo
mi negro sacerdote
*corvus corax (latín): cuervo
la primavera
tan potente es el deshielo
tan profundos los dientes de las aguas
que mordieron un hueco hasta en el cementerio
tan fuertes las manos
que levantaron de la tierra los ataúdes
los desmigaron
y soltaron a la ciudad unos ríos
con los recién enterrados:
unos cuantos cadáveres majestuosos y calmos
se pusieron a navegar por las calles
como góndolas
se metieron bajo los arcos
visitaron los patios
con los ojos cerrados
iban a las tiendas
no compraron nada
a veces apenas
se tocaban con los hombros
las caderas las coronillas
sin ningún murmullo pelea
intrigas caricias;
calmos y orgullosos
como barcas rellenas de huesos
cada uno navegaba por sus senderos
sin hacer caso
a las señales de tráfico
a los semáforos que todavía brillaban
calmos y orgullosos
liberados por el agua
de sus estrechas y oscuras habitaciones
navegaban y navegaban
como si fuesen camas
que se escaparon de casa
vestidos con oscuros
trajes de sueño
con estos extraños pijamas
encima de a los que ya se estaban subiendo
los ratones y las ratas
movidas por el agua
con su pelo erizado
bastante enfadadas
todavía no era la hora
de huir de los sótanos a los campos
pero al pasar algún que otro instante
ya están sentados tranquilos
levantan las cabezas orgullosos
como si se hubieran dado cuenta:
probablemente habrá llegado la hora
de ver otro mundo más amplio
¨es que ya desde hace mucho nos hemos hartado
de los mismos agujeros y orificios
la misma comida
todos estos gritones y roncadores detrás de las paredes
y sus pedos que apestan
la verdad es que es muy divertido
que haya subido este agua
porque de otra manera no nos hubiéramos movido ni de coña¨.