En el marco del dossier de poesía de Lituania preparado y traducido por Dovile Kuzminskaite, presentamos una muestra de la obra del poeta Aidas Marčėnas, uno de los poetas más impactantes en la poesía lituana, al ser preguntado sobre su vida cuenta: «nací a comienzos de otoño de 1960 en Lituania. Publiqué unos cuantos libros de poesía y algunos libros escritos al margen. Es probable que sea poeta. También -¡eso seguro!- soy padre, marido, hijo. Abuelo. Otros hechos de mi vida son de poca importancia hasta para mí mismo.»
A veces dudo sobre la autoría
Dios creó al hombre a imagen suya (PR 1, 27)
dos días de tensión,
insomnio, hambre,
fumando sin fin
¨por los nervios¨,
a la segunda noche de repente
uno tras otro
vienen seis minusválidos
poemas, solo hace falta
escribirlos más correctamente,
arreglando
al sexto, alrededor del tabique
nasal algo quizá se rompe
y no puedo ni tragar,
ni escupir
de ninguna manera, pienso
veré si hay algunos
cambios exteriores
en el espejo
con los ojos salidos de las órbitas
me observa un
horrendo despeinado
con la nariz larga, este
este seguro está
creado por mí, este
aidas, este marčėnas
Hablemos sobre la venganza
ya que existe esta estúpida
costumbre de morirse
me moriré de repente para que
ni les dé tiempo para darse cuenta, me moveré
me moveré y – cómo,
lo vi ayer, de ideas
estaba lleno, quién
se lo hubiera pensado, o –
qué tontería, es que teníamos
un acuerdo, sí sí
o no – me moriré lenta
y dolorosamente para que vieran,
asquerosos, lo que les está esperando
Nada de vibraciones
Al preguntar de donde vienen los poemas
los alumnos contestaron sin duda:
de vibraciones
Nada de vibraciones, de ayes, de terremotos,
de risas, nada de Kajokas. Ni a los dioses ni al idioma
Lituano los conozco. No tengo ni idea de por qué vivo.
Siquiera la montaña, maldita,
viene a Mahoma.
Pero nada más pienso, sonriente sobre las vibraciones
y los objetos vibrantes, querido centro de la provincia,
en el tiempolugar titila un poema,
como si fuese la expresión de agradecimiento por
aquel instante auténtico,
se forma en el idioma de los dioses y en lituano. Cubriendo
los vacíos con palabras. Nadie
de verdad sabe, de qué se hace. De la nada,
igual que la psoriasis.
Aunque los médicos serios afirman, que de los nervios.
Un poema con cuco
Un poeta no debería hablar sobre un poeta. A la poesía
no le correspondería razonar sobre la poesía.
Para que el poeta no mostrara orgullo por su poesía
y la poesía no mintiera sobre el poeta.
El poeta sobre el poeta, la poesía sobre la poesía,
el poeta sobre la poesía, la poesía sobre el poeta,
de nuevo el asco, que ya se ha experimentado cien veces.
Que este atardecer calle sobre este atardecer,
los zapatos sobre los zapatos. Que el estilo vaya descalzo
a la orden de la Camáldula.
El suspiro sobre la sonrisa que no diga nada,
y la sonrisa que no traicione al suspiro. Simplemente sonríes,
simplemente estás, simplemente idiota.
Pero eso que este año por primera vez
no has oído al cuco, lo tienes que ulular y punto.
De la tarde
Ah, ese silencio, que cerró a los seres
queridos.
Ah, esas voces vivas del más allá
de los libros
en la estantería.
No hay nada más que añadir.
Todo todavía está dicho.
Ars poética
El mundo se está terminando por eso
hay que escribir poemas.
Cada día, seriamente determinado,
como si estuvieras haciendo algún trabajo
significativo, comprensible solo para ti mismo:
construyeras casas, un barco
para tu familia en extinción,
o restauraras un santuario
de una religión que se murió antaño.
Hay que escribir poemas
hasta los domingos, porque
eso es una celebración, una labor
igual que la de un sacerdote.
Porque el mundo se está terminando día tras día,
el mundo se está terminando hasta los domingos.
Por eso hay que escribir poemas,
hay que construir casas, incluso si no habrá quien viva en estas,
pacientemente montar fundamentos,
día tras día, porque todo estará acabado,
si Dios muere antes que el idioma,
y el idioma antes que el mundo.