Presentamos una breve muestra del poeta Rafael Tobar (Quito, 1980). Arquitecto de profesión. En el año 2007 publico su primer libro de poesía En piel de otro en la colección El Ángel Terrible de El Ángel Editor. En su afán apremiante por escribir, comparte ideas y bosquejos urbanos en su blog “Quito ciudad, política e imaginarios”. Recientemente publicó De Igor la primavera.
Páramo
Nuestro caminar en pendiente
busca ríos, arbustos y sonrisas.
El respirar mamífero
es una prueba de nuestros rezos
de nuestros ritos.
El primer sorbo lo merece esta tierra
que suspira un reencuentro.
Nuestra piel es testigo de tan largo amanecer.
Lejanía
Te puedo ver partir.
El caminar, esa acción elemental,
a veces se presenta como un arma.
Carga un dolor inimaginable
en su volumen,
en su cuerpo.
Igor
De Igor la primavera.
Elogio
de partes desiguales
que crepitan
tu nacimiento.
De Igor la primavera;
de ti, mi suspiro.
A tus pies
un rezo de fuego,
una espera,
y mil viajes, mil batallas.
Guerrero
¿Qué si no hay retorno?
¿Qué si las paredes
que enmarcan cada recuerdo
permanecen implacables
ante cada amanecer?
Una silueta calla
y denuncia en su silencio
la insoportable textura
de los ritos cotidianos.
Ya expuesta la verdad
con su forma viscosa,
me permito formular
la identidad del personaje:
un jinete abatido,
con heridas y flojera,
que pese a todo
persiste en caminar.
Chimenea
A los pies de la noche
me reconozco
al palpar la leña;
al intuir si el moho blanco
es signo de una humedad pasada.
Sé que al poner mi rostro
ante el fuego,
este me reconoce.
Soy mi casa,
soy mi fuego,
soy un minúsculo complot de muchas cosas.
Me reduzco finalmente
a un manojo adormecido:
pantalones azules,
camisa roja
y un perfil encendido,
por culpa de las llamas.
Ya todo está cálido, tranquilo,
excepto el café sobre la mesa
que yace olvidado,
frío,
detrás del sueño.