Premio Internacional de Poesía Paralelo Cero 2018: Héctor Cañón

El poeta colombiano Héctor Cañón (Bogotá, 1974) ha merecido el Premio Internacional de Poesía Paralelo Cero 2018 por el libro Cuarterto elemental. Cañón fue finalista del concurso de cuento El Brasil de los Sueños 2008. Al año siguiente ocupó el segundo puesto en el Concurso de Periodismo Ambiental de Conservación Internacional con una crónica sobre pájaros en vía de extinción. Su texto “De primerísima mano” fue seleccionado en la antología de crónica bogotana (1986-2006), de la colección Libro al Viento. Es autor de los libros de crónica En la intimidad de sus bibliotecas y Hazañas colombianas de Editorial Norma y de los poemarios Los Viajes de la Luz y Cuarteto Elemental de El Ángel Editor. Algunos de sus poemas han sido traducidos al inglés, el italiano y el esloveno.

 

 

 

 

 

 

 

Cuarteto Elemental, ganador del Premio Internacional de Poesía Paralelo Cero 2018, es el registro de alguien que ha visto las ondas que dibuja la piedra al caer en el agua. Poco a poco, en ese mismo ritmo, se van fundiendo otras sombras (la de los mundos reales o aparentes) con la sombra misma del poeta. Un ser que sabe que tanto la violencia como la belleza son una misma cosa, una amalgama de voces que se funden para reinventar el sabor de las semillas, la música de las estrellas, las estaciones que, de forma natural y mágica, obligan a cambiar los estados espirituales de lo visible y lo invisible, de lo que incluso se esconde en lo inefable y que el poeta tratará de hacer “fable”; es decir, transformar en estado poético lo que de otra forma no podría ser representado de mejor manera. Para eso existe la poesía, para eso la tierra gira y nos sentamos a contemplar su movimiento. Como diría Hölderlin, es poéticamente como el hombre habita la tierra. Y es en ese estado que vive Héctor Cañón, un hombre más entre la gran aldea de la humanidad que habita en su poesía.

Juan Carlos Olivas

 

 

 

 

 

 

De Antes de las olas, el agua

 

HOJAS EN LA CORRIENTE

 

Hay planetas flotando en el río,

hay un río hablando de prisa

como si estuviéramos muriendo

y un hombre soñando la corriente

de su reflejo en el cielo.

 

Hay hojas en la corriente del río.

Hay también un hombre

un río

y planetas en la corriente del hombre.

 

Hay un río soñando que es hombre

y un hombre flotando en la corriente.

 

 

 

 

 

 

PALOMINO

 

Los planetas

son peces del cielo.

 

Esta noche vinieron todos

porque sienten curiosidad

de mirar un mar en reposo.

 

Las olas siguen trabajando

y su música es luz en la costa.

 

Hace calor,

la ceiba reposa

y sus hojas están tan calladas

que oímos el pulso azul de los planetas

y los secretos que la orilla

guarda del agua.

 

 

 

  

 

De Al amparo de las hojas que agita el caminante

 

 

 

EL FUEGO PERMANECE

 

Sé que no voy a morir mañana,

aun quedan poemas en el lápiz.

 

Ahora mismo quiero escribir

que el día de mi partida

estaré de acuerdo.

 

Dolor es dormir

con los ojos abiertos

y soledad un pan invisible

que no se puede compartir.

 

El fuego permanece

porque dice la verdad.

Toda vela termina por apagarse.

 

 

 

 

 

 

SUFICIENTE POESÍA

 

La última cuesta

es el propio cuerpo,

el color de los paisajes

se desdibuja en la cima.

 

Aunque se hable muy alto,

solo oímos lo que calla

la cumbre despejada.

 

El frailejón no acepta

los halagos de la muerte,

una hoja en blanco

es suficiente poesía.

 

 

  

 

 

De El desvanecimiento del contorno

 

 

 

NO ES EL HAMBRE IMPLACABLE

devorando al jaguar

ni el cuerpo insistiendo en bañarse

una vez más en el mismo río.

 

No sucede el círculo de los siglos:

el hombre escribe la noche

y el aire la atraviesa sin hacer ruido.

 

 

 

 

 

ATRAPAR UN PUÑADO DE AIRE 

alienta más a escribir a la mano frustrada

que cerrarle los párpados a un cadáver.

 

Cambiarse de nombre es extravagancia

y escribir poemas una disculpa

para arribar tarde a la cita con la muerte.

 

Volar no es lo que hace libre al pájaro,

sino el hecho de que el testigo

no encuentre su rastro en el horizonte.

 

 

 

 

De Los frutos de la ira prohibida

 

LA VOZ DEL OTRO LADO

 

Marque uno si está dispuesto a esperar. Marque dos si desea asesinar a uno de nuestros operarios. Marque tres si prefiere ahorcarse con el cable del teléfono. Marque cuatro si aun está ahí. Marque cinco si en la larga distancia experimenta vértigo o nostalgia. Marque siete siempre que nos llame. Marque seis si está dispuesto a entender que no tenemos línea y que el sistema es su propio error. Marque ocho cuando ya no tenga dudas. Marque nueve cuando entienda que usted mismo es quien contesta. Marque cero cuando no quede más para decir.

 

 

 

 

 

 

REPORTE MÉDICO

 

Padece usted la popular fiebre de creer ser una persona. Lo confirman sus exámenes de sangre y la más novedosa prueba de adn. Es nuestra obligación informarle que usted está enfermo del síndrome de su nombre. Es por eso que le duele la mirada, que en las noches solitarias siente frío y que olvida el día del santo de las personas a su alrededor. Pero no se preocupe, señor o señora Como Quiera que se Llame, dicha enfermedad no tiene más cura conocida que la muerte. Afuera, nuestros asistentes le entregarán las medicinas necesarias para que se acerque de manera indolora al desenlace. Si tiene alguna otra molestia, no dude en incomunicarse por una línea que no existe. Somos pioneros en la medicina sin remedios y estamos orgullosos de ser un asilo que no acepta enfermos. Aquí los doctores son pacientes.

 

 

 

 

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