Presentamos una muestra de poesía con los invitados al XII Festival Internacional de Poesía en Pereira Luna de Locos, que estará llevándose a cabo del 28 de agosto al 1 de septiembre del presente año. También adjuntamos el cartel con más información.
Cosmin Perta
Rumania
Un silencio cortante, agudo, como un dolor de espalda o de rodillas
Lenguas de sol sobre un mar brillante y blanco como la sal
hablamos del silencio, de hecho no hablamos, gesticulamos
y el silencio no está en ningún lado. En este mar vidrioso, compacto,
no nació ninguna diosa.
Miro a este mar como miraría mi sangre en un barreño,
silenciosamente, pues de silencio iba la cosa.
Traducción: Elena Borrás García
Luis Muñoz
España
Ocho de la mañana
Le miro cómo duerme enredado en la sábana.
La esponja del descanso le borra los sentidos.
Deja pasar dos planchas moteadas de luz
la ventana entreabierta,
picotea en el borde de un tiesto de geranios
un gorrión tremante
con ojos de cabeza de alfiler
y el picoteo se hace
del ritmo de una frase inquisitiva.
Pero no se despierta.
Se abraza a la almohada, se hunde como en nubes
y me atrapa el volverse alzando una rodilla.
No sé si formo parte de su sueño.
Querer es una escala y no sé si alcanza al sueño.
Traducción: Curtis Bauer
Zayneb Allak
Irak
Canción de arado
Inspirado por Hamlet Gonashvili
Cuando el abre su garganta
es como empujar a través de una reja:
lo sigo por el campo.
Su paso es seguro. Arrastra
el sonido fuera del terreno,
una súplica. Torna la tierra
en aire, su voz una cueva.
Yo entro, me paro firme,
escucho con mis suelas.
Yo creo ser la última que entra
su canción: otros ya están aquí.
Está oscuro pero sé que están cerca.
Krystyna Dąbrowska
Polonia
Agencia de viajes
Soy una agencia de viajes para los muertos,
les organizo vuelos hasta los sueños de los vivos.
Acuden a mí famosas celebridades, como Heráclito,
para poder visitar a un escritor que lo adora,
pero también acuden muertos menos conocidos, como un granjero de la aldea de Wasiły,
que desea aconsejar a su esposa sobre la cría de conejos.
A veces varias generaciones de una familia fletan un avión
y aterrizan en la frente del último de los descendientes.
Tengo también relaciones con los asesinados,
que como cursan regularmente a los sueños de los supervivientes
acumulan millas del programa frequent flyer.
A nadie le niego mis servicios.
Encuentro las mejores conexiones posibles
y me reprocho que un joven amante,
para llegar al sueño de su novia,
tenga que hacer escala en el sueño de una arpía roncando.
O cuando las condiciones atmosféricas fuerzan un aterrizaje de emergencia
y el muerto me telefonea: ¡haz algo,
estoy atrapado en el sueño de un niño aterrorizado!
Incidentes así provocan estrés y son un reto
para mí, una agencia pequeña con grandes aspiraciones,
porque aunque no tengo acceso ni al mundo de los muertos
ni a los sueños de los demás,
gracias a mí se encuentran.
Robinson Quintero
Colombia
La otra Ítaca
Siempre se ha dicho:
el camino es largo
Para arribar a tal o cual Ítaca
hay obstáculos
extravíos
y pocos atajos
Se necesita de algo más que ardentía
y arrojo
Y se dice también
que al final de la ardua jornada
espera a cada uno la recompensa:
la paciencia es hermosura
después de la niebla hay sol
sacrificio añade sabiduría
Pero sé de lugares jamás encontrados
en los que el hombre ha quedado
en la intemperie
Si no es la dicha el mismo camino
si no es cada paso el puerto
no lo emprendas
No siempre se nos espera
No todos llegamos a tiempo
Luis Fernando Mejía
Colombia
Cuando la ciudad me sobreviva
A Pereira
Cuando la ciudad me sobreviva
para olvidarse de mi nombre;
la llamaré desde el fondo de la tierra
con mi voz de raíces.
Serán de tierra mis palabras.
Recogeré mi cuota de sangre entre los árboles.
Me improvisaré de viento
de silencio horizontal a las seis de la tarde.
Renegaré mi muerte.
Me negaré a olvidarme.
Gritaré mi silencio
entre el ruido de las fábricas.
Me levantaré a recoger la angustia
de los domingos de lluvia
y los años que pasaban buscándome
entre los niños del parque.
Exigiré que me devuelvan
los días perdidos,
y las noches perdidas
y los besos perdidos,
y el Dios que asesinaron entre las bibliotecas y las aulas.
Cuando la ciudad me sobreviva.
Cuando me niegue sus calles.
Nadie podrá imponerme una muerte
que yo no escogí nunca.
Continuaré negándome a negarme.
En mis palabras de lodo reventarán las flores.
Mi garganta se hará de raíces
que arañen la lluvia.
Cuando la ciudad se olvide de mi nombre,
yo estaré entre los niños que crecieron
para jugar a la guerra.
Estaré con un libro impidiendo la muerte.
¡Gritando desde las bibliotecas!
Toda la humanidad pasará sobre mi olvido
y yo seguiré negándome al silencio
desde mi metro de tierra,
desde mi silencio aturdido de protestas.
Continuaré creciendo en los incendios de hierba
y en las hormigas que bajan a mi cuerpo.
Nadie podrá obligarme a que desaparezca
Si he dejado la vida sobre todas las cosas.
Henning H. Bergsvåg
Noruega
1
Un momento, juego inofensivo
un parque enorme, una ausencia
rodeada de muros,
pequeños arroyos, pozos, campanarios,
pabellones, cerezos, puentes de piedra,
templos, ruinas, quioscos.
Desde aquí un grito.
Alguien experimenta dolor en el poema.
Desde mi banca escucho también
el arroyo soñante y cantos de pájaros,
castañas que caen.
2
Hay alguien aquí que se parece a ti.
El parque se aclara despacio, está iluminado, o
se apaga. Cada día me despierto, el sol está
más lejos. ¿Este planeta se está moviendo hacia afuera,
girando hacia una salida?
El mareo varía con las condiciones lumínicas. Cuando el sol hace
platear en llamas el pasto, es justo antes de que me desvanezca del todo.
Eleonora Finkelstein
Argentina
Delitos menores
Los recuerdo perfectamente bien.
Con nombres y apellidos.
Robaban y venían a mí como a una diosa
con las mochilas llenas de cosas inútiles:
felpudos que decían Welcome
pero se ataban a los muros con cadena.
Faroles como animales eléctricos
a la intemperie.
Enanos de yeso y toda esa porquería
de “somos una familia feliz”.
“No pasarán”,
rayábamos en la entrada de nuestras casas
y reíamos encantados, convencidos de algo.
No sé bien de qué.
Dicen que la verdad limita con la mentira.
Dicen que igual hace lo suyo mientras puede.
Por mi parte, miraba al cielo y languidecía,
pensaba en la inteligencia que
—aunque no se notara a simple vista—
contenía en sí mismo todo aquello.
Hernán Vargascarreño
Colombia
Caminos
Al remontar la montaña
una casa abandonada
se sostiene apenas
en los delicados hilos del olvido
Los montes, condolidos por la pena,
evitan cualquier eco de sus lamentos,
y los engullen en sus neblinas
para mitigar en algo
el duro paso de los peregrinos
El viento, como una forma de tiempo,
ya ha destrozado puertas y ventanas,
y entra y sale a su antojo
transfigurando las quejumbres del abandono
que se esfuman ladera abajo
haciendo rodar sus huesos invisibles.
Bibiana Bernal
Colombia
Pájaro de piedra
Ser de piedra y creerse pájaro
porque el viento propaga el polvo de las manos.
Verse ave en el reflejo,
aunque inmóvil sobre el asfalto,
abrasado por la luz de las cinco de la tarde.
Saberse nido
en un recodo del día que agoniza,
sin poder roer el aire.
Ser de carne y creerse hoja o pluma
y al final de la jornada ser quien cae.
Ser uno y creerse otro y otro y otro,
hasta anochecer sobre sí mismo
y volver al origen,
donde la arcilla no tenía rostro
y las alas no pesaban tanto.