El poeta colombiano Rómulo Bustos (Santa Catalina de Alejandría, 1954) ha merecido el Premio Nacional de Poesía 2019. Recibió distinciones como el Premio Nacional de Poesía Asociación de Escritores de la Costa, 1985; el Premio Nacional de Poesía Instituto Colombiano de Cultura, 1993, el Premio Ausias March, 2007 y el Premio Blas de Otero de Poesía de la Universidad Complutense de Madrid. El Fondo de Cultura Económica publicó La pupila incesante, Obra poética (1988-2013). A propósito del libro, Darío Jaramillo escribió: “el poeta tiene la valentía de enfrentarse al tema más hondo, al más esencial enigma, y lo hace desde la poesía, desde la carne, es decir, con la conciencia individual de la propia pequeñez”. Proponemos aquí la lectura de uno de sus más recordados poemas.
Mirando una estampa de santa lucía en un texto hagiográfico
Los ojos, siguiendo la tradicional iconografía
reposan sobre un plato, como dos peces muertos
Ojos grandes y soñadores
Me digo imaginando las cuencas vacías
Tan grandes que por ellos debió caber el mundo, toda la carne y sus demonios
me sopla al oído mi fiel demonio de cabecera
Yo lo espanto y él se va con el rabo entre las piernas
al fondo de la habitación que compartimos
Patrona de las modistillas y de los sastres, reza al pie de la estampa
Y acaso de los voyeristas, comenta mi demonio de cabecera
Y arrecia el ataque
acudiendo a una cita apócrifa de san Isidoro
y añadiendo no se qué gracias y desgracias de cierto
ojo divulgadas por Quevedo
Y para que no quede dudas de qué está hablando
rubrica todo esto con una sonora ventosidad
Los dos peces muertos no se dan por aludidos
Yo finjo ignorarlo y paso juiciosamente a otra página del libro
Pero él sabe que ha hecho bien su trabajo, y sonríe mientras lame su pelaje