Poesía ecuatoriana: Pablo Raymond Meriguet Calle

Presentamos algunos textos del ganador del Premio Nacional de Poesía Paralelo Cero 2020 (Ecuador), Pablo Raymond Meriguet Calle (Quito, 1989): poeta, Licenciado en Historia por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, PUCE, y Maestro en Sociología por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Flacso. Actualmente se encuentra realizando un Doctorado en Filosofía por la Universidad Autónoma de Madrid, UAM. Co-fundador y co-editor de la Revista de Poesía “Cuando E.P. Thompson se hizo poeta”. Ha publicado poemas y ensayos en revistas nacionales e internacionales. Aparece en antologías dentro y fuera del país. Autor de los libros de poesía: Théoden (2015, CCE), Es luciérnaga la ceniza (2017, El Ángel Editor) y Se me emperró la vida (2019, El Ángel Editor). En el ámbito historiográfico escribió el libro Historia del Movimiento Antifascista del Ecuador 1941-1944. (2016, PUCE).

De acuerdo al jurado, su libro, Macrogramas, del seudónimo Túrin Turambar, es una obra prometedora que, por su naturaleza rebelde y antagónica, se levanta, a voz de grito, como una pieza discursiva poco usual en la poesía ecuatoriana. Una de las virtudes del libro más importante es, sin duda, el diálogo con la tradición, misma que desafía; pues el “macrograma”, un subgénero en sí mismo, se presenta como la antítesis del “micrograma” del insigne poeta Jorge Carrera Andrade. La actitud retadora de la voz lírica, lejos de transgredir a secas, hace voltear de nuevo a la poesía de sus antecesores, a los que pretende actualizar por medio de la creación de nuevos modelos. En cuanto al lenguaje, el poeta recupera los usos coloquiales con mucha vitalidad y desenfado, partiendo de recursos poco frecuentes en la poesía, como es el caso de la digresión, de donde parte el aliento contrapuesto al carácter sucinto del micrograma de Carrera Andrade. Pero el diálogo con los gigantes de la literatura ecuatoriana no se limita en esta propuesta, pues, fuera de las fronteras geográficas y del género, es evidente un intercambio sustancial con otros autores, como Apollinaire, Ginsberg, Kafka, Eliot, Lefevbre, Tarkovsky y Auster, por mencionar sólo algunos, en el ámbito de las letras (porque hay, además, un abanico de alusiones a otras disciplinas, como la cinematográfica). Otro aspecto destacado, en este libro de apenas 50 cuartillas, es el humor, por medio de cual se consigue formular una crítica profunda de nuestro tiempo, encaminada, desde luego, a la búsqueda de la libertad del individuo. Lo que permite dar un poco de aire fresco a la solemne poesía ecuatoriana. Por último, la unidad de esta obra radica en el riesgo frente al comportamiento del texto y su intención comunicativa, además del tono crítico en la propuesta del “macrograma” (neologismo que se suma a nuestra lengua) y su incorporación a la lista de escrituras con la bandera de la antipoesía.

 

 

 

 

 

Arte poética

 

Yo iba pensando en cómo los techos de los buses de mi país

siempre tienen unas grietas o fracturas más terribles

que el superávit de hambre en el informe a la nación

del Presidente cuando ellos dejaron caer sobre mis piernas

un sombrero sin color (imagínense) con un papel adentro

que decía:

 

“Estimado casi poeta:

la Poesía no es panfleto de comunista con pecho de diana

ni revólver congelado para el futuro menos aún herramienta

no es prostituta en simas patrioteras no te atrevas a escribir

sobre las grietas y fracturas del techo del bus no la asientes

así tan plana en la cara del que carcajea durante la lapidación escucha bien

no la hagas un diamante de ladrón populista no la

toques como rueda igualmente una lágrima en el amor

o en el rostro agujereado por cigarrillos en un cuartel de Latacunga”.

 

Pero

para qué les engaño solidarias jeringas hospitalarias

sillas con la estructura eléctrica

guillotinas adornadas con la sangre de lores y stickers de caritas amarillas:

no fue en el bus Estos señoritos no agarran el bus Le tienen fobia

Se les fueron abajo los colmillos cuando de guaguas pasaron el primer bache

              (la distancia nace cuando el espacio se vuelve un deseo):

en una Facultad me lo dijeron en la reunión editorial

en las cuencas de unos ojos que tienen miedo de desorbitarse frente a su país analfabeto

en un departamento con olor a trago casi caro en la chuma que se cubre con un salario mínimo

me acusaron escondidos los gagás los fifiribarrocos los que gritan los poemas desde un reloj grandote que

esconde sus tuercas vulgares me lo contaron bajo las minifaldas de sus mamás.

 

Entonces escuchen ahora

de una vez

mi respuesta al asunto.

 

Poesía querida:

 

Sigo creyendo que los pobres pobres casi arrancados del valor utilitario

no van nunca a dejarse morir de hambre y a extinguirse

sin antes romper vitrales bellísimos tragándose campanas con forma de corona

En verdad las estampidas no se hacen para ser adoradas

sino para devastar al silencio y a la quietud de las cosas por estallar

así sea en el último instante del Apocalipsis ellos se harán con el mundo

No hay poema que alcance al esplendor

de dos mil miserables asaltando ordenadamente

              un Palacio

                       una fábrica

                                   una hacienda

                                               unos cabellos que se alargan al infinito celeste

Volverán las costillas anémicas a latir asentadas sobre esos pechos de oro

a derrumbar como bolas de demolición el maravilloso estilo

arquitectónico de los jardines geométricos/de los barrios elevados en las nubes

cuando eso pase

los maletines y los códigos penales se van a mear de miedo.

 

Le digo Poesía que usted se ha guardado en una celda sin límites

la encierra lo incierto Es libre sin aspirar a la libertad Qué gran huevada

Ayer me limpié la nariz ensangrentada sí mi nariz de escuadrón de bandidos de Naún Briones

con una página de Paul Auster y con un ensayo de alguna futura nobelada

que habla sobre el símbolo del símbolo del alma del verso Yo no dudaría

en arrancar todas las hojas de la poesía

sacrosantadivinasagradalagranputaperfecta

para abrigarles las piernas por una sola noche

a todos los mendigos de los caminos de tierra y cemento y pozos petroleros

en una inmensa fogata que escupiría un humo hermoso que le irritaría la garganta a diosito.

 

Ya que estamos en estas quiero decirle otras cosas de paso Hoy me levanté y me dolió

un poco el pecho como cuando una canica se parte del lado incorrecto

y ya no rueda normalmente en línea recta Mi perro

tenía una lagaña extraña sobre el hocico capaz

le llamaré a una ex novia llamada Alexandra

Troya que estudió veterinaria ella no me cobra por los consejos médicos

Alguien en la parada del Metrobús estornudó hoy

dos veces y media estoy casi seguro de eso Será de irme a dormir

un poco tarde La reunión en La Tola se fue de largo El ministro de defensa

nos ha llamado subversivos Mi papá está empezando a olvidar los nombres

de los presidentes del Ecuador El Tío Leo ha perdido la vista

pero no el chiste que conduce a la ternura Quiero acabar

ese libro de ciencia ficción del Stansislaw Lem

que cada vez me desvive más Creo que él lo escribió

para mí antes de que yo empezara a morir La piel

se me hace una lija de sólo pensar en las posibilidades de los cruces

del tiempo que solo es una justificación para no decapitarnos

de antemano en el ahora que ya es fantasma queriendo ser átomo

y no alcanza a ser futuro aunque aguante la respiración

              o justificación también para alargar esta estrofa y dejar en claro el punto que quiero demostrar:  (.)

 

Es decir Poesía enemiga no crea que mandándome a

esos raros señoritos con olor a auspicio a subvenciones a becas

a cadáveres premiados que guardan en sus cabezas va a intimidarme Ni crea que

los críticos de la sencillez podrán con la vida cotidiana que se acelera

a la manera de un taladro oxidado que se enciende bajo la piel Están tiritando Poesía

Deles un abrazo Verá que yo ya entendí que los que odian la sencillez la vulgaridad lo ordinario

en verdad tienen miedo a su condición impostergable de ser un otro

como unos esclavos que no creen poder correr más rápido

que la cadena asida a su cuello entonces convencen a millones de otros esclavos

que en realidad no existe TAL cadena/sólo su peso

              (la verdad es que siempre me provocaron ternura

              los niños con sus amigos imaginarios).

 

En conclusión Poesía le juro

usted es mía

y haré con usted lo que me dé la gana/y más todavía

              lo que haga falta hacer con usted

              se hará

hasta que por fin se deje de cobardías

y se decida a matarme para jamás nunca.

 

 

 

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