Presentamos, en versión de Araceli Scherezada, tres poemas de Gianni Rodari. Fue un escritor, periodista, militante del Comunismo italiano, reconocido mayormente por su obra dedicada a la infancia y sus aportes a la pedagogía; sin embargo, en un ámbito más privado desarrollaba esa otra poesía más ligada a la experiencia de ese hombre atravesado por el fascismo y que decidió transformar la pérdida en una oportunidad de transformación social. Su obra más conocida es Gramática de la fantasía. Araceli Scherezada (Tlaxcala, 1985) estudió Letras Modernas Italianas en la Facultad de Filosofía de la UNAM. En 2012 fue becaria del FOECA del estado de Tlaxcala y creó el taller de poesía con niños ConVersando, en ese mismo año participó en el programa México Joven, Polonia, 2012. Ha impartido talleres de poesía para niños en escuelas primarias y distintos recintos de la Ciudad de México. Tradujo la novela juvenil La puerta de Ana.
Esta colaboración fue seleccionada en la Convocatoria 2020.
El otoño es mi patria,
reconozco sus montes
y sus árboles de los que reencuentro los nombres.
sus rostros serenos y severos
que por años he llevado en el corazón
sin sospecharlo, pero no sin llorarlos
oscuramente.
Reencuentro los senderos que fueron míos,
vuelvo a escuchar el verdadero sonido de mis pasos.
Ésta fue mi juventud,
este bosque prisionero de sus ramas
nutrido por sus profundo olores,
vivo de mil muertos,
los abedules, ilusorios fantasmas,
los abetos, los pinos, los matorrales escarpados,
el musgo, el enebro, el avellano,
la cabaña al final de la lluvia.
No me engaño, los amo,
amada prisión que odié
donde sólo los recuerdos yacen en paz,
recuerdos de recuerdos, crueles mentiras
que la compasión por mí mismo fabricaba
para consolarme de un refugio infeliz.
L’autunno é la mia patria,
riconosco i suoi monti
e gli alberi di cui ritrovo i nomi.
I loro volti sereni e severi
come per anni li ho portati in cuore
senza sospetto ma non senza piengerli
oscuramente.
Ritrovo i sentieri che furono miei,
riascolto il vero suono del mio passo.
Questa é stata la mia giovinezza,
questo bosco prigionero di suoi rami
nutrito di suoi prfondi odori,
vivo di mille morti,
le betulle, ingannevoli fantasmi,
gli abeti, i pini, i cedui scoscesi,
il muschio, il ginepro, il nocciolo,
il capanno in fondo alla pioggia.
Non m’inganno, vi amo,
amata prigione che odiai,
dove solo i ricordi giacciono in pace,
ricordi di ricordi, impietose menzogne
che la pietà di me mi fabbricava
per consolarmi di un meschino rifugio.
Hoy volví a ver a mi padre…
lo vi de repente,
mi padre convertido en niño,
lejos de casa, separado de los suyos,
obrero de ocho años con su horno
entre las duras montañas de Ossola.
Lo reconocí en los niños sonrientes
que bailando me ofrecían el pan
de la fiesta de otoño,
Me llamó por el nombre de la cúpula dorada
de aquel grande, bellísimo pan: así sueña el pan quien tiene hambre
y solo en sueños siente el perfume. Mi padre estaba contento y cantaba
con las agudas voces infantiles
como jamás lo escuché cantar cuando estaba vivo
En mi corazón latía fuerte el suyo.
Gracias, amigos, por el dulce pan,
por los recuerdos dulces y amargos,
por mi padre niño
solo con su cansancio
amasando en el dolor
el pan de los demás.
Oggi ho rivisto mio padre…
Ho visto d’improvviso,
mio padre bambino,
lontano da casa, diviso da i suoi,
operaio di otto anni in un forno
tra le dure montagne dell’Ossola.
Io l’ho riconosciuto nei bimbi sorridenti
che mi offrivano danzando il pane
della festa d’autunno,
mi ha chiamato per nome dalla cupola dorata
di quel grande, bellissimo pane: così sogna il pane chi ha fame
e solo in sogno ne sente il profumo. Era contento, mio padre, e cantava
con le acute voci infantili
come non l’ho mai udito cantare quando era in vita
Nel mio cuore batteva forte il suo.
Grazie, amici, per il dolce pane,
per i ricordi dolci e amari,
per mio padre bambino
solo con la sua fatica
a impastare nel dolore
il pane degli altri.
Yo no soy más que un esfuerzo por existir
algo que camina con pesar
en la nada rutinaria
para llegar a la orilla del ser
mil veces recae
mil veces reintenta
se trepa, se aferra
y sabe que no tendrá
sino este tormento
y sabe que saberlo una vez
no es saberlo para siempre
Se necesita siempre aprender desde el principio
con sudor y lágrimas.
Io non sono che uno sforzo per esistere
qualcosa che arranca
nel nulla quotidiano
per giungere alla sponda dell’essere
mille volte ricade
mille volte ritenta
s’arrampica s’aggrappa
e sa che non avrà
se non questo tormento
e sa che saperlo una volta
non è saperlo per sempre
sempre bisogna imparare daccapo
con sudore e con lagrime.