Poesía siria: Tammam H Hunaidy

Leemos al poeta sirio Tammam H Hunaidy (As-Suwayda, 1984). Estudió en la Universidad de Damasco y obtuvo un diploma en gestión de contenidos de la Facultad de Ciencias Aplicadas de Malmö, en el sur de Suecia. Ha publicado Tatuajes de la Niebla, 2014; Como Si Sobreviviera, 2016; Deberías evaporarte; 2020. Escribe para varios periódicos árabes y algunas de sus obras han sido traducidas al inglés, sueco, italiano y holandés. La traducción es de Amal Flores y la edición de Alberto Gómez Font. Fares es escritora y traductora, nacida en siria 1982. vivió 18 años en Venezuela, y actualmente reside en los Estados Unidos. Alberto Gómez Font es filólogo y lingüista. Fue director del Instituto Cervantes de Rabat.

 

 

 

 

 

Ascensión inmigrante. Extraños en los rascacielos

 

A Ibrahim Jaber Ibrahim

 

Su madre no me dio a luz,
Pero, ¿y si tuviéramos tiempo de contar los hechos?
Confirmaremos que en dos momentos diferentes nos metimos en el delantal de madres pasadas hacia al agua para escapar de la sed forzada.
Nuestras frentes, por separado, se empañaron en la arena, y perdimos el olor a limones agrios que flotaba en la tierra de la casa.
Y la vida hizo el mismo pacto con nosotros en dos tiempos diferentes / No es asunto mío si otros tomaron sus primeros hogares, yo puedo proveer lo necesario de los exilios desde el destierro para que ambos practiquen sus anhelos como se debe; sean ambos dignos de la tierra del otro/
No habría cambiado mucho si hubiera nacido años antes de ese verano.
Amigo mío,
han pasado muchas sequías y mi padre todavía cultiva trigo.
¿Hasta ahora, no logramos entender cómo alimentamos a las aves con nuestro sustento?
Nuestras buenas madres dicen: se despejará pronto, luego repiten en sus acentos:
“Tendremos harina… y los vecinos oirán el crujido de la masa”
Y hasta este punto…
Todavía, su madre, no me había dado a luz
Pero estoy casi seguro de que ella le enseñó el lugar como lo hizo mi madre, y le enseñó el agua cuando ella pasaba por el lado del pozo lleno de piedras.
¡Vaya! ¡Qué piedras las de los otros! ¡Y qué posos son lo nuestros!
Nacimos en dos años diferentes
Sin embargo, la guerra sigue en pie
Migraciones
Sandalias infantiles con recortes
pan polvoriento
llaves de casa.
Subimos, en dos momentos diferentes, el mismo ma’arij*
Estaba caminando y vi las huellas de sus pasos pequeños en el suelo.
Seguí el trigo que se filtra desde el palanquín de su viaje.
Y las pasas escapando por los agujeros del saco.
Vi rastros de un bocado de tomillo que cayó de sus pequeñas manos, así que lo comí.
Y un regajo que dejó marcadas sus huellas. Así que bebí de él
Vi un rincón donde orinaba cuando tenía miedo de los lobos , así que oriné en él sin que hubiera lobos
Mis pasos precedieron a sus pasos
Mis lágrimas precedieron a sus lágrimas
Mi madre precedió a su madre
Unos extraños entraron en su casa y vieron una puerta que conducía a mi casa… así que entraron.
Los extraños conocen los pasillos de nuestras casas mejor que nosotros
El agua de sus ojos se acumuló en el lugar dejado por sus pasos a la orilla del mar, y así era la sal.
Caminamos en el mismo lugar, así que lo bebimos y fue un recuerdo
¡Oh, los vivos!
Nuestros amigos que aún no están muertos
sean dignos de tus vidas
cantan por tus vidas
pueden llorar por quienes mueren, por nosotros.
Nosotros, somos tu celebración de la salvación.
Yo y mi amigo que murió antes que yo te rodeamos de canciones y poemas.
Yo y mi amigo que murió antes que yo, te damos, sin llorar, una oportunidad para la felicidad
Somos tu felicidad secreta
sus pasos que no anduvieron
sus pasos retrasados
¡Oh, ustedes, los vivos!
Nuestros amigos que aún no han muerto
Nuestra sabiduría es suya, así que tómenla
Quémenla si quieren, pero no lo nieguen
Somos las velas de sus barcos

 

 

 

*-ma’arij de Mi’raj que es las escaleras que,  Mohamed, el Mensajero de Dios, subió en la noche del Viaje Nocturno.

 

 

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