Isabel Teresa García (1985) nació en Venezuela y vive en Suiza. Es poeta, traductora literaria y profesora de idiomas. Estudió Idiomas Modernos (filología italiana e inglesa) en la Universidad Central de Venezuela (Caracas) y obtuvo el Diploma de Postgrado en Traducción inglés-castellano de Literatura Contemporánea de la Universidad Pompeu Fabra (Barcelona). Entre los reconocimientos que ha recibido a lo largo de su carrera, destacan el Premio de Traducción al italiano «Le mille e una lingua» del Forum per l’Italiano in Svizzera (Basilea, 2025), Premio Hispanoamericano de Traducción Literaria Aquelarre Ediciones (México, 2024), el Premio Internacional de Traducción de Poesía del italiano al español «M’illumino d’immenso» (México, 2022) y el Premio Bonaventuriano de Poesía (Colombia, 2016). Ha traducido a Saint-Exupéry, a Amalia Guglielminetti, a Carin Caduff, a Saki y a Donata Berra al español. Sus poemas han sido publicados en revistas como El Cautivo (Caracas), Altazor (Santiago de Chile), Casapaís (Montevideo), Ærea (Santiago de Chile) y Otros Diálogos (Ciudad de México). En 2024 fue becaria del programa de residencia para traductores literarios latinoamericanos de la prestigiosa Casa de Traductores Looren (Zúrich). Los textos que se presentan a continuación pertenecen a su poemario Exilios, editado por El Taller Blanco (Cali, 2025).
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Exilio
Otra cicatriz
en el cielo
en los párpados.
El día ha sido suspendido.
¿Qué temple nos engendró
desde el silencio?
No era esta la tregua
que clamábamos.
No era esta la tierra
que debía darme origen.
De todo consuelo
exhausta
toco tu cuerpo
y miro el agua
lavar la ceniza.
Solsticio
Noche imposible.
Las amapolas
se han diluido
en la garúa
a nuestros pies
restos de caminos
rastros de seres:
el sol
hay que imaginarlo
siempre
ardiendo en los ojos.
Espejos
Como si este cielo limpio
nos hubiera arrojado.
Rostro de mi rostro.
Nos volvemos.
Busco mis pasos:
un animal me mira
y desaparece en el follaje.
L’heure bleue
Todo calle
todo sea despojo
del tiempo
del error
esta madrugada
en vilo
no puede sostener
el sueño
se ha derramado
como el verano
por cada lecho
y cada hoja
y cada mejilla
permanece
casi inmóvil
en la entraña
en el aire
estalla lejos
el reclamo
de un mirlo
fuera de estación.
Rito de primavera
Nunca vi llorar a mi padre
salvo una vez
mientras nombraba a sus muertos
y otra
cuando me marché de casa.
Ahora me cruza el rostro
un gesto de hambre
un perfume inmemorial
me tiene en vilo.
Solo estas magnolias desprendidas
pueden dar fe
padre
de mí
y de las veces
que me he enjugado tu llanto.
Caballo
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.
García Lorca
al galope
a primera luz
vendrá el testigo
a soñarme
le amansaré el cuerpo
lo alojaré en mi entraña
cuando me mire en sus ojos
tantas cosas habrán sido mías
yo ya no seré de nadie.