Presentamos un poema de la escritora salvadoreña Roxana Méndez (El Salvador, 1979). Es poeta e ilustradora. Ha obtenido tres premios nacionales en la rama de poesía por lo que en 2003 la Secretaría de Cultura le dio el título de Gran Maestre. Ha publicado, entre otros, Memoria; Mnemosine y, en España con Valparaíso Ediciones, El cielo en la ventana, Primer Premio Alhambra de Poesía Americana para obra inédita.
El dibujo
Cuando éramos niños
el mundo era un dibujo.
Algo tan simple.
Un solo trazo que acababa
solo para empezar.
Estaciones o casas o ciudades
subían y bajaban
a través de la línea del grafito.
Tirados en la calle
su frente parecía siempre
llena de algo: pájaros
o astros o mareas incontenibles
que se estrellaban en lo hermoso.
Porque en esos años era todo lo hermoso.
Y nada parecía más grande
que sus pequeñas manos.
Y sus ojos eran
cien kilómetros de gaviotas
hacia el occidente,
y dos tormentas blancas
al cerrarse de pronto,
dos iglesias inmensas en silencio.
Sus brazos caían sobre mí
como una bendición.
Porque su cuerpo era un país
lleno de acantilados
y todo era caer.
Cuando éramos niños,
quiero decir, cuando éramos,
el mundo era un dibujo
y la noche un rumor
y nada sucedía demasiado deprisa,
salvo el invierno.
Su perfume de niño
era una tumba blanca,
y su voz un aliento,
un océano.
Cuando éramos niños,
en ese largo día único
donde aún somos nuestros…