En Círculo de poesía, Valparaíso México y el Encuentro Internacional de Poesía Ciudad de México hemos convocado a una acción global de resistencia para contrarrestar los impunes ataques a todas las libertades por parte del tirano estadounidense Donald Trump, poetas de todos los continentes nos envían sus poemas para construir un espacio de entendimiento entre los pueblos del mundo a través de la poesía.
Teoría de los gritos
No importa el muro, siempre oirás los gritos.
Gritos de gol o de ha llegado la cena.
Gritos, Mutis, salvados como un ave
que escapa de la peste.
No se hizo la boca para el beso o el acento.
Un día vemos un grito que cae desde el piso superior.
Hecho el levantamiento queda su estruendo sobre la calle,
nadie podrá silenciarlo.
Los marxistas los medían con unidades de tiempo:
el grito del obrero bajo los monumentos,
el grito de fantasmas
como esperma silenciada entre los anaqueles.
Nietzsche advertía sobre los gritos que vuelven.
No sabemos cómo reían los medievales
pero sí como gritaban.
Ser la satisfacción de un grito duplicado,
el óvulo se rompe como un grito bajo el agua.
Ser la desilusión de muchos gritos.
El estudiante que grita todavía
y es silueta de las demoliciones.
El grito de las multitudes
cuando se barren las plazas.
El grito de millones de animales
embalado en los supermercados.
Un grito nunca deja de ocurrir.
Vemos los videos de Edvard Munch
cuando su rostro se asoma, siniestro y maternal
como el de un gnomo. No hace falta que lleguemos
al final para saber en qué termina la secuencia:
el grito ocurre desde el centro
como un astro que oscurece todos los puentes.
Oyes el grito de las bombillas y el grito de los televisores.
El grito del hielo y las estrellas, el grito de los cables.
El grito de los árboles cambiados en puerta o en bastón.
En ataúd donde no para de llover, en libro.
En cama que espera el hundimiento final de los amantes.
El grito del fuego cuando llega a las ciudades,
hay que cerrar los ojos,
el grito de las cañerías que murmuran bajo el sueño.
Los gritos que se juntan nunca serán un mismo grito.
Dos gritos se juntaron y hubo un parto,
en el principio fue un grito.
Sólo después de gritar se estremeció el océano.
El hombre que muere entra un grito
del que no puede salir,
y adentro, en el grito que lo acoge,
vuelve a ser niño o amante.
El grito del silencio y el amor. El grito de la nada.
No importa el muro, siempre oirás los gritos.
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