Portarretratos No. 017: Beatriz Espejo

Beatriz Espejo
A continuación un pequeño homenaje a la maestra Beatriz Espejo. Presentamos un ensayo de Juan Domingo Argüelles y un reportaje gráfico a cargo de Pascual Borzelli Iglesias.

 Beatriz Espejo 1

 

Beatriz Espejo y la verdad literaria

Juan Domingo Argüelles

 

Hay un pequeño poema de Rosario Castellanos que, cada vez que lo recuerdo, me remite a una breve obra maestra de la cuentística de Beatriz Espejo. El poema de Rosario Castellanos es una de las dos canciones de Materia memorable y dice así: “Yo conocí una paloma/ con las dos alas cortadas;/ andaba torpe, sin cielo,/ en la tierra, desterrada./ La tenía en mi regazo/ y no supe darle nada./ Ni amor, ni piedad, ni el nudo/ que pudiera estrangularla”.

            La breve pieza magistral de Beatriz Espejo lleva precisamente por título “La paloma” y está en su libro Muros de azogue. Dice así: “La tía Mercedes caminaba por un callejón de Montparnasse cuando de pronto encontró una paloma que yacía en el suelo con el ala rota. Se adelantó unos pasos; entonces vino un hombre gordo cargado de buenas intenciones que se agachó a recogerla y la arrojó al aire exclamando ‘¡Vuela, no seas floja!’ Y la mató”.

Beatriz Espejo 2

            Es uno de los cuentos más crueles que conozco, y también de los más tristes, con el mejor fondo de realidad que sabe imprimir a su literatura Beatriz Espejo. En una antología del cuento cruel tendría que estar en primerísimo lugar.

            Al igual que Rosario Castellanos en la poesía y en la prosa, Beatriz Espejo, narradora, conoce el duro lirismo de nuestra realidad, y sabe que el mundo está lleno de esas buenas intenciones que nos muestran la dicha y la desdicha, la grandeza y la pequeñez, y no pocas veces tan sólo la caricatura de nuestra especie. Beatriz, espejo de nuestra mejor realidad literaria, es una de nuestras mayores cuentistas o, para decirlo mucho mejor, aunque suene extraño frente al lenguaje reivindicativo de género, uno de los mejores cuentistas de México.

Beatriz Espejo 3

            Maestra, académica, investigadora, que prodigiosamente —a diferencia de una buena cantidad de investigadores académicos— nunca ha incursionado en el género aburrido, Beatriz Espejo es también ensayista intuitiva e inteligente, narradora estupenda, magnífica entrevistadora, traductora, biógrafa de Torri y compañera y esposa de Emmanuel Carballo. Dicho así, en un heroico ejercicio de síntesis.

            Beatriz Espejo entrevistó, entre otras personalidades literarias, a Katherine Anne Porter, Guadalupe Marín, Carlos Pellicer, Agustín Yáñez, Rodolfo Usigli, Andrés Henestrosa, Fernando Benítez, Julio Cortázar, Camilo José Cela, Juan José Arreola, Rosario Castellanos, Enriqueta Ochoa, etcétera, y conversó con más de treinta escritores (de Héctor Azar a Ramón Xirau, pasando por Huberto Batis, Alí Chumacero, Andrés Henestrosa, José Luis Martínez y José Emilio Pacheco) para hacer un fiel retrato hablado de Julio Torri.

Beatriz Espejo 4

Beatriz Espejo 5           

             Sus libros Palabra de honor y Julio Torri, voyerista desencantado, son dos ejemplos magistrales de agudeza y profesionalismo, de rigor documental y amenidad literaria: dos libros que deberían reeditarse y releerse más, sobre todo hoy cuando cualquiera toma una grabadora y entrevista a un escritor sin saber nada de él y sin haber leído uno solo de sus libros.

            Hasta donde sé, Beatriz ya no cultiva la entrevista, pero los ejemplos que nos ha dejado son muestras, a un tiempo, de periodismo y literatura, sin contradicción ninguna y sin falsos antagonismos. Otra vez, importantes lecciones para hoy, cuando no escasean los periodistas que juegan a ser literatos y los literatos que juegan a ser periodistas.

Beatriz Espejo 7

Beatriz Espejo 6

           Beatriz Espejo es, insistimos, una cuentista extraordinaria desde hace ya más de medio siglo, cuando publicó La otra hermana, y luego con las entregas sucesivas de Muros de azogue, El cantar del pecador, Alta costura y Marilyn en la cama y otros cuentos. Escribe apasionadamente en diálogo con el lector perspicaz, imaginativo y aun malicioso, y sabe burlarse de los ingenuos que se afanan en distinguir las fronteras de la ficción y la realidad. La realidad y la ficción son lo mismo en las manos de un escritor experto, y Beatriz Espejo se entrega, lúdica y lúcidamente, a la creación de mundos en miniatura pero absolutamente complejos y completos. En sus cuentos, por ejemplo, Guadalupe Amor y Marilyn Monroe pueden ser los personajes de carne y hueso, pero también las magistrales invenciones de tramas siniestras.

            Escritora culta, Beatriz Espejo pertenece a la estirpe de Rosario Castellanos, Elena Garro, Inés Arredondo, Amparo Dávila y Luisa Josefina Hernández. Y no se amilana ante nada ni ante nadie. Al igual que Emmanuel Carballo, Beatriz Espejo, como crítica y maestra de la literatura, está dispuesta a prestarnos, cuando así lo pidamos, dolorosas verdades, pero no a regalarnos falsos consuelos.

Medalla Bellas Artes

            Aguda observadora de las pasiones, los orgullos y los prejuicios que pueblan el medio literario, ha dicho, en labios de uno de sus personajes, que “nada entretiene tanto como ocuparse de uno mismo”. Y es que, en nuestro tiempo, abundan los escritores ocupados en sí mismos, puesto que nadie más quiere ocuparse de ellos.

            Una de las verdades más recientes que ha dicho Beatriz Espejo la expresó en una entrevista que le concedió a Silvina Espinosa de los Monteros. A propósito de las escritoras actuales, dictaminó: “Creo que existe otra actitud que no teníamos ni mi generación ni las anteriores, que es ese instinto asesino de hacer cualquier clase de concesiones con tal de vender libros. Veo un desmesurado afán por querer convertirse en ricas y famosas a través de la literatura”. Es verdad que esto no es privativo de las mujeres, como también lo señala Beatriz, pero si le preguntan sobre escritoras, no evade la cuestión ni se anda por las ramas. Lo que muchos escritores se afanan en hacer hoy, con impaciencia, no es una obra literaria sino una cuenta bancaria, olvidándose ya casi por completo de esa extraña pasión que Mario Vargas Llosa denominó, muy acertadamente, “la verdad de las mentiras” que lo que menos garantiza a nadie es una sólida y despreocupada posición económica.

Beatriz Espejo sosteniendo la Medalla Bellas Artes

            Creo que Beatriz Espejo tiene un principio vital y moral que es digno de admirarse. Piensa que el ideal de un escritor es alcanzar la alegría y el contento, la satisfacción de la existencia, y escribir buena literatura como recompensa y complemento. Esto no siempre es posible, pero cuando se logra, como ella lo ha conseguido, esto es mucho mejor que una vida banal e insatisfactoria, y quizá incluso lastimosa, acompañada de la publicación de exitosos libros horribles.

Beatriz Espejo y Emmanuel Carballo 1

Beatriz Espejo y Emmanuel Carballo

De der. a izq: Juan Domingo Argüelles, Miguel Sabido, Vicente Quirarte, Hernán Lara Zavala e Ignacio Solares,

De der. a izq: Juan Domingo Argüelles, Miguel Sabido, Vicente Quirarte, Hernán Lara Zavala e Ignacio Solares,

De der. a izq: Juan Domingo Argüelles, Hernán Lara Zavala, Vicente Quirarte, Miguel Sabido e Ignacio Solares

De der. a izq: Juan Domingo Argüelles, Hernán Lara Zavala, Vicente Quirarte, Miguel Sabido e Ignacio Solares

 

Elva Macías, Eraclio Zepeda y Beatriz Espejo

Elva Macías, Eraclio Zepeda y Beatriz Espejo

 
Beatriz Espejo y Miguel Sabido

Beatriz Espejo y Miguel Sabido

Juan Domingo Argüelles y Beatriz Espejo

Juan Domingo Argüelles y Beatriz Espejo

Cuentos Reunidos de Beatriz Espejo, portada

Estudio de Beatriz Espejo

Estudio de Beatriz Espejo

 

Datos vitales

Beatriz Espejo (Veracruz, 1939), narradora y ensayista. Es doctora en letras españolas por la UNAM. Entre sus libros de relatos podemos mencionar La otra hermana, 1958; Muros de azogue, 1979; El cantar del pecador, 1993; La hechicera, 1995; Antología personal, 1996; Alta costura, 1997; Cómo mataron a mi abuelo el español, 1999; Cuentos reunidos, 2004; Marilyn en la cama y otros cuentos, 2004. En el género ensayísticos ha publicado: Julio Torri, voyerista desencantado, 1986; Oficios y menesteres, 1987; Historia de la pintura mexicana, 1989; Palabra de honor, 1990; Dr. Atl, el paisaje como pasión, 1994; En religiosos incendios, 1995; José García Ocejo o el gozo de vivir, 2000. También ha publicado la novela Todo lo hacemos en familia, 2001.

 

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