Poesía kurda: Peshawa Kakayi

Leemos poesía kurda. Leemos poemas de Peshawa Kakayi (Qaladze, Iraq, 1984). Ha publicado 8 poemarios y ha escrito un libro de investigación. Por el momento, existen dos proyectos para traducir dos poemarios, uno al persa y el otro al árabe. Se han traducido algunos de sus poemas a otras lenguas, tales como kazajo, uzbeko, indonesio, bengalí, español, inglés, ruso, polaco, macedonio, hindi y chino. Ha ganado 11 premios, entre los que destacan:  My Words: A Renaissance, Genesis World Writers, Institución Cultural Colombiana Casa poética Magia y Plumas, Literature Archive Bangladesh. Ahora vive en Qaladze, su empleador es la Universidad de Raparin, en donde está preparando algunos poemarios. La traducción corre a cargo de Jiyar Homer y Adso Eduardo Gutiérrez Espinoza. Jiyar Homer es un editor y traductor de kurdo a español, inglés, árabe y persa. Sus obras han aparecido en los Estados Unidos, el Reino Unido, Argentina, Afganistán, Armenia, Dinamarca, México, Chile, Colombia, Kurdistán, Irak, Irán y Turquía. Algunas de sus publicaciones aparecieron en: World Literature Today, Buenos Aires Poetry, Círculo de Poesía, Carajo, Cardenal y Brooklyn Rail. Tradujo al kurdo obras de autores latinoamericanos, como Borges, García Márquez, Bolaño, Rulfo, Paz y Neruda. Adso Eduardo Gutiérrez Espinoza Es un escritor, traductor, guionista y docente mexicano. Dirige la plataforma de arte Fuego de Luka. Ha publicado en revistas y antologías nacionales e internacionales. Es autor del libro de cuentos Dum spiro spero (Ediciones Eternos Malabares, 2021).

 

 

 

 

1

Era tú y te perdiste,
no te veré otra vez.
Ahora estoy en el cielo,
¡me marchité,
no me reconoces!

 

 

2

Si te pierdes
y no quieres mostrarte,
¡respira en secreto!
¡No me dejes sentir
y fundirme en tu aliento!

 

 

3

¡Fuiste tú misma en mi corazón,
por mucho que lo intenté,
no te convertiste en mí!

 

 

4

Hasta que yo no llegue
a la realidad de las capas de tu amor,
¡la flauta de mi aliento no emitirá melodía alguna!
Hasta que no entienda la realidad de tu lluvia,
¡no me empaparé por el horizonte de tu lluvia!

 

 

5

Vino la nevada,
entre mi aliento y saudade de tu lujuria
sin muerte,
¡mi poesía se grieta!

 

 

6

Parecen signos de granillos en mi estanque
no me detengo,
¡hasta que los granillos se vaciaron
en las maderas y tiendas de mis ojos!

 

 

7

A veces imagino:
voy al rincón de la ventana
¡para que los rayos de sol me alcancen
y la lluvia me empape!

 

 

8

Mi ventana sabe que estás iracunda conmigo,
la fuente de tu amor se ha disparado
¡tú haces temblar mi tierra!

 

 

9

No te duermas,
enciende las mechas de tus ojos
para que el fuego de tu amor arda,
Mi corazón tiene frío
déjame estar caliente,
¡en silencio me voy a acuclillar
hasta que el fuego se consuma!

 

 

10

De empaparme de tu llanto
no me salvo
¡sé que la tierra me va a engullir!

 

 

11

El mar no puede
escapar descalzo
¡los granillos se incrustan en sus pies!
Yo no puedo escapar de ti
¡Dios te dirá mi paradero!

 

 

12

Yo soy un caballo de mar,
a veces:
galopo
abro las alas
saco la cabeza,
¡hasta que voltee al sol!

 

 

13

Ayer tú existías y te perdiste,
hoy, yo me perdí.
¡y mañana tú tienes que buscarme!

 

 

 

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