Lenguaje y Poiesis

Obed González Moreno

El poeta y ensayista Obed González (1969) nos presenta una interesante reflexión en torno al lenguaje y a la poesía, un buen ensayo sobre poética. Mención Honorífica en el “Primer Concurso Mundial de Poesía Erótica 2007. Algunos de sus poemarios son Hidrofobia, Otra vez los Perros y Muerte de tercera.

 

 

EL LENGUAJE Y LA POIESIS

El siguiente escrito es una adaptación del ensayo “La poética y el poeta” (El lugar donde Cielo y Tierra se tallan).

Si partimos que poética proviene de la palabra poiesis que es creación, entonces podemos decir que el poietai que es el poeta también es un creador. Pero también la palabra creación podemos emparentarla con la palabra invención, entonces ¿La invención de un tostador también es creación y por lo mismo parte de la poiesis? -Aunque existe una filosofía y poesis de la producción la cual Carl Marx promulgaba- Vamos a discernir entre estas dos palabras: creación e invención. Creación según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española algunas de las acepciones son las siguientes: Creación: 1) Hacer de alguien lo que antes no era. 2) Acto de criar o sacar de Dios algo de la nada. 3) Acción y efecto de criar. E invención: Parte de la retórica que se ocupa de cómo encontrar las ideas y argumentos necesarios para desarrollar un asunto. Si creación es sacar de Dios algo de la nada y hacer de alguien lo que antes no era (En esta acción existe una analogía con el maestro, porque también él extrae de donde antes no había nada para hacer de alguien lo que antes no era), estamos hablando de un concepto más cercano a lo sagrado, a lo sobrenatural, a lo divino, podríamos decir que la creación es aquella que emerge de la naturaleza por un lado y por otro de aquello espontáneo que se cría y se concibe a través de la imaginación del humano, aquello que sale de la nada. Mientras que si invención es la parte de la retórica que se ocupa de cómo encontrar las ideas y argumentos necesarios para desarrollar un asunto, estamos hablando de algo más terrenal, de aquello que se crea con relación a otras cosas ya creadas, como tomar de las ciencias exactas fórmulas para fabricar un artefacto cual sea este.

El poeta y el lenguaje

Se reconoce el poeta cuando ha llegado a la transformación de su propio lenguaje, a la madurez con su discurso, cuando éste se ha integrado al propio logos, cuando se interna en él mismo para ser el otro y los otros y representar lo otro. La poética es la que provee de universalidad e infinitud a la belleza por lo mismo se expresa en todas la manifestaciones artísticas. El poeta verdadero conoce el lenguaje porque a través de la praxis la revelación comienza a manifestarse en vida. Walter J. Ong también manifiesta que los pueblos orales comúnmente consideran que los nombres (una clase de palabras) confieren poder sobre todas las cosas. Las explicaciones para el hecho de que Adán ponga nombres a los animales, en génesis 2:20, normalmente llaman una atención condescendiente sobre esta creencia arcaica supuestamente pintoresca (…) Primero que nada, los nombres efectivamente dan poder a los seres humanos sobre lo que están nominando3. El poietai sabe de esta fuerza que ejercen las palabras por consiguiente puede romper con ordenaciones lógicas de las representaciones con el mundo para entregarle a quien lo escucha nuevas posibilidades de significación.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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3 Leer Realidad y escritura. Pág. 39. Walter J. Ong. México. 1987. Fondo de Cultura Económica.

En el poema el lector puede proyectar su sentido de significación o desecharlo dependiendo esta concepción. Cuando se comienza a percibir que se es poeta se percibe primero a través del otro, un sentimiento de extrañeza se adhiere al ser como la oscuridad a la noche. Entre los murmullos del silencio se presenta el vacío y nos sabemos solos porque comenzamos a escuchar al otro que se exterioriza y nos grita desde nuestra entraña, la duda se adueña de esa realidad que ahora es sólo una sombra borrosa y se va creando otra donde emergen otros que siempre estuvieron ahí pero que nos parecen nuevos y extraños. El dolor nos posesiona en forma de confusión arrebatadora que conlleva la soledad y empezamos a reconocernos frente a esos espejos que se nos van presentando pieza por pieza para confirmarnos así mismos y saber que podemos develarnos que somos desconocidos, extraños, extranjeros en los continentes de nosotros mismos. En el camino hacia la poiesis primero se tiene que ser expulsado del mundo y pasar una temporada en el infierno: “Decididamente estamos fuera del mundo. Ya no más sonido (…) ¡Ah! ¡Remontar nuevamente la vida! Indagar sobre nuestras deformidades. ¡Y ese veneno, ese beso mil veces maldito! Mi debilidad, ¡La crueldad del mundo! Dios mío, piedad, escóndeme, ¡estoy portándome mal! –Estoy escondido y no lo estoy-… El fuego crece con su condenado” (Rimbaud, 2002, pp. 34-35). La poesía comienza a tener una actividad antes nula, ahora es el engranaje del mundo, su práctica connota un valor pragmático, una significación que nos reencuentra a través de los otros. Nos creamos una representación antes difuminada que los demás claramente nos mostraban y comprendemos que esa extrañeza es uno mismo. En un principio nos partimos a la mitad, nos fragmentamos para volvernos a unir, nos asimos a nosotros mismos pero también nos separamos, nos inquietamos y paralizamos para inquietarnos de nuevo, el día y la noche se mezclan y no encontramos momento para dormir, deseamos vivir para morir porque muriendo volvemos a vivir, nos religamos.  Se preña uno de sí mismo y muere para volver a parirse nuevamente, en cierta semejanza con Dionisios: el nacido dos veces: “Si la existencia eterna se altera, entonces debe convertirse en algo más hermoso; y si desaparece, debe de regresar con una imagen más sublime; y si permanece dormida, debe soñar con un mejor despertar, porque es aún más grandiosa en su renacimiento” (Gibran, Jalil, 1982, p. 50). El poeta crea una irrealidad más real  que la realidad aparente. La invención está en el tópico de lo terreno y la creación en el de lo divino.

 

El poeta entre dos aguas: microcosmos y macrocosmos

Hipócrates y Demócrito teorizaron con relación al macrocosmos y el microcosmos y posteriormente otros autores desarrollaron esta teoría en el terreno de la antropología, la sociología, la psicología y otros. En la práctica y estudio de las artes es donde la poética se manifiesta con más regularidad, también en aquellos que ejercen la palabra como los maestros, sacerdotes o líderes sociales, pero es más constante en aquellos que comulgan con las artes. A través del lenguaje pictórico durante el Renacimiento Leonardo Da Vinci realizó un dibujo que lleva por nombre: “Homo ad circulum” que traducido al español sería “Hombre al círculo”, el investigador del Instituto Italiano de Estudios Filosóficos Maurizio Elettrico comenta en un análisis con relación a este dibujo que es una interpretación del “Homo ad quadratum” de Vitruvio y literalmente dice: “Las dos figuras geométricas están, por tanto, con dos centros distintos: el ombligo (nacimiento, origen) y el pubis (terrenidad, procreación), y se adaptan perfectamente al significado simbólico del círculo (cielo origen sobrenatural del hombre). La figura es mostrada con su capacidad de movimiento, reducida a propio devenir y eludiendo, por tanto, cualquier rigidez abstracta. Dinamiza los dos niveles geométricos. Círculo y cuadrado, y hace que no coincidan del todo pero los reúne mediante la potencialidad del movimiento en términos de una acción transformadora del hombre, debida a este mismo movimiento suspendido entre la perfección macrocósmica –el cielo círculo- y la perfectibilidad microcósmica –el cuadrado- tierra-”4. Lo terreno y lo divino, Maurizio Elettrico entredice esta dualidad en su análisis. Este conflicto se manifiesta en otras obras de otra índole literaria, tal vez en la que se expresa más abiertamente y se manifiesta como algo oscuro, misterioso y tal vez hasta peligroso es en la obra “La metamorfosis” de Kafka: “Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruosos insecto. Estaba tumbado sobre su espalda dura, y en forma de caparazón y, al levantar un poco la cabeza veía un vientre abombado, parduzco, divido por partes duras en forma de arco, sobre cuya protuberancia apenas podía mantenerse el cobertor, a punto ya de resbalar al suelo. Sus muchas patas, ridículamente pequeñas en comparación con el resto de su tamaño, le vibraban desamparadas ante los ojos… ¿Qué me ha ocurrido?, Pensó”.” (Kafka, 2006, p. 9). El humano está entre dos aguas, una terrena y una etérea. En el dibujo, el hombre del círculo está en movimiento por lo tanto se convierte en dos y a la vez que ocupa un lugar en el cuadrado y en el círculo ocupa el vacío pero también conforma la unidad. En la Torá y en la misma biblia se dice que las aguas en un principio estaban revueltas y Dios las separó. En la creencia judaica se habla de aguas inferiores y aguas superiores, las dos aguas están unidas a lo divino, sólo que las aguas superiores se exaltan con la cercanía con lo trascendente y las inferiores se melancolizan de la relación con lo divino y  su lejanía con él. El microcosmos es la parte terrenal del humano y de cierta forma es representado por las aguas inferiores y el celestial, el macrocosmos, por las aguas superiores.

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4 Leer Significados herméticos del Homo ad circulum de Leonardo Da Vinci Pág. 59. De Maurizio Elettrico. En Revista Casa del tiempo. Vol. VI. Número 68. Universidad Autónoma Metropolitana. Septiembre 2004.

 

Pero también el Homo ad circulum representa la metamorfosis humana. Elettrico comenta con relación a la separación de las aguas lo siguiente: “La idea expresa de Leonardo en su escrito sobre el microcosmos recuerda a la del periodo de la antigüedad tardía: Se dice del hombre del mundo antiguo que su propio nombre se pronunciaba correctamente, pero como el hombre está compuesto de tierra, agua, aire y fuego, el cuerpo de la tierra es semejante. Si el hombre posee en sí los huesos que lo sostienen y la armadura de la carne, el mundo tiene las piedras que sostiene la tierra; si el hombre tiene en sí el lago de la sangre, donde crece y decrece el pulmón al respirar, el cuerpo de la tierra tiene su mar océano, que también crece y decrece por la respiración del mundo, si dicho lago de sangre deriva en venas que se van ramificando por el cuerpo humano, de manera similar el océano llena el cuerpo de la tierra con infinitas venas de agua (Códice A, f 55v.) 5”.

Según Maurizio Elettrico Leonardo reafirmaba su teoría del hecho que el planeta estaba atravesado por canales llenos de agua que nutrían a los continentes, igual que el sistema venoso y arterial al cuerpo humano. También comenta que la visión de Leonardo parece, en efecto, recoger la idea del microcosmos como proceso de analogía, al punto de sugestionar una sensibilidad artística fuertemente ligada al estudio de la anatomía humana y de la naturaleza en general, mientras que el significado hermético parece permanecer en el fondo. Recordemos que Da Vinci era inventor y creador al mismo tiempo, sabía la diferencia entre ellos y su relación con su interioridad y su exterioridad. Estaba consciente de la otredad.

 

 

 Datos vitales

Obed González Moreno nace en 1969 en México, D.F. Estudió la licenciatura en Ciencias de la Educación. Diplomado en la Escuela de Escritores de la SOGEM (Sociedad General de Escritores de México). Maestro afiliado al Instituto Politécnico Nacional. Escribe artículos literarios; periodísticos y pedagógicos para periódicos y revistas de México; Perú, Uruguay, Argentina, España e Italia, entre otros países. Ha escrito libros de poesía, cuento y ensayo. Escritos de su autoría están incluidos en libros de México; Perú, Argentina y España. Obtuvo el Segundo Lugar Internacional en el género de Ensayo en el “Primer Concurso Interdisciplinario de Arte 2007”, en Argentina con el estudio “La nota roja y policíaca en el Cine mexicano: Estudio sociológico de 100 años de Cine nacional”. Mención Honorífica en el “Primer Concurso Mundial de Poesía Erótica 2007”, en Perú y Finalista en el género de Cuento en el concurso “Poesía y microficción en España”. Han reseñado libros de su autoría instituciones educativas como: La Universidad Complutense de Madrid; La Universidad de Alcalá y La Universidad Autónoma de México. Ha publicado Hidrofobia, Otra vez los Perros y Muerte de tercera entre otros libros. Textos de su autoría han sido antologados en libros como: La luz que va dando nombre, Bendito sea tu cuerpo, en Perú, Eco de voces entre otros.

 

 

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5 Elettrico. Op. Cit. p. 59

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