Presentamos algunos textos de Aniela Rodríguez (Chihuahua, 1992) Licenciada en Letras Españolas por la Universidad Autónoma de Chihuahua con mención Cum Laude. Mereció el Premio Chihuahua de Literatura 2013 en la categoría de cuento. Asistió al Curso de Creación para Jóvenes 2010, organizado por la Fundación para las Letras Mexicanas en la Ciudad de Xalapa, Veracruz y del mismo en el año 2011 que se llevó a cabo en la ciudad de Monterrey, Nuevo León. Es parte del comité organizador del Encuentro Nacional de Escritores Jóvenes Jesús Gardea. Actualmente, está por publicar su primer libro de cuentos titulado “El confeccionador de deseos” (Ficticia/ICHICULT).
VII
Ya no pienso caer en tus engaños de mariposita muerta
no soy poeta y sin embargo tú no eres más que una niña llena de caprichos
un platito de té despostillado
los niños te cantan elegías
tú escuchas lo que más te gusta
le quitas la comida de la boca a tu hermano abúlico
muerdes el pico de tu madre muerta
eres la huérfana que mira el océano y pica los ojos de los cadáveres
Tengo miedo a denunciar tu nombre a la policía
ellos dicen que estás preciosa estrellita de diez picos
pareces una niña que salta a la cuerda
y sin embargo fumas mucha hierba y nadie entiende que no quieres un amor civilizado
y sin embargo te atreves a decirme que es mi culpa no poder atrapar los gusanos con el pico
y sin embargo
mi tristeza es la de una horrible larva que no sabe volverse capullo.
dijeron que resistirías el mal tiempo
pero el diablo te ha acariciado la entrepierna
y te ha arrojado al trono de las malqueridas
hoy dejé llorar a los hijos de tu risa
hoy hiciste viudas a las niñas de mis ojos
Larga distancia internacional
mamá llama todos los días para preguntar por mis pulmones
mamá no sabe que estoy verdaderamente lisiada de noches sin estrellas
y me vuelvo un adicto actor de cine que escupe espuma por la boca
una mosca que revolotea los cadáveres de otras moscas enfermas de miedo
mamá cree en las academias y las normas religiosas
yo creo en el deber de ser una escuálida muchacha llena de catatonías
en la diaria tarea de llevarme los dedos a la boca
y preguntar de dónde viene el fuego que me trepa por el páncreas
Transfusión
La mojada
tarde me trae la voz, la voz deseada,
de mi padre que vuelve y que no ha muerto.
Jorge Luis Borges
Dejé una fotocopia de mis tristezas hundida en la guantera de tu auto
si hubiera sabido que la vida era un descanso sereno
un cierto vértigo a la altura una náusea en el fondo del estómago
si me hubieran dicho mujer no pierdas los ojos todavía
no te caigas al abismo de la inocencia
Yo le dije a mi madre que no podrían quererme entera yo le dije que la sangre ya no hace ríos secos en mis brazos y ella ya no me escuchaba / se había quedado sin ojos me había dejado sin padre / lo que importa ya no es lo que busco sino lo que encuentro / mamá me ha mirado mirarme sin sangre ha abierto mis párpados para que los niños puedan jugar con ellos /
y yo aquí pensando
que voy a volverme loca
si dejo que me sigan creciendo alacranes en el pecho
y por corazón un sapo que sonríe macabro
hay días en que las piernas ya no me responden
se me hace de agua el pulso en las arterias
y yo aquí pensando
llueve porque mentí cuando tenía diecisiete
porque salté las clases en preparatoria y nadie me dijo que mi sangre no servía para esto
niña no estás preparada
para saber amar necesitas más sangre entre las venas
yo le advertí a mi madre
ajústanos bien el nudo al cuello
y ella maldita sea nunca logró ahuyentar las sombras
buena suerte que llegó un hombre que me cargó entre sus brazos
buena suerte que encontré el revólver que me quitó la duda
padre
llueve porque mentí cuando quería decir me estoy muriendo / buena suerte con la transfusión de sangre mi corazón ya tiene suficientes agujeros padre buena suerte con los amaneceres y las sondas las bendiciones inoportunas padre
llueve porque nunca supe despedirme de mis viejos
Los ensayistas no tienen corazón
los ensayistas no saben de tristezas
y dicen hay que controlarse nadie de nosotros ha acariciado nunca al espectro del miedo
su textura es muy suave deberías intentarlo deberías tratar de no mancharte las manos cuando jures que no lo has tocado nunca
los ensayistas son unos hijos de la soledad
nunca tendrán el temple y la ferocidad de los que despertamos con ganas de girarle los tornillos al miedo
huirán de las largas lecturas y tendrán el vicio de lo invisible
te dejarán en un callejón a las doce de la noche pretextando que se dan de baja de tu vida y jamás los escucharás volver
su paso de rinoceronte resonará por todos los postigos
por todas las paredes del silencio
los ensayistas no tienen corazón fingen que son distintos
nada les asegura pertenencia y vuelven siempre al mismo restaurante
donde una chica rubia dejaba que las piernas se le hicieran de agüita dulce
fingen claridad y sin embargo son los ingenieros de lo imposible
rubia morocha pelirroja te recitarán poemas de borges harán que los aprendas de memoria te volverán loca con su caetano su charlie parker
allá ellos y sus fetiches
te volverán estatua de cal y llevarán tus restos a dormir entre su almohada
serán estúpidamente frágiles
se volverán estúpidamente locos
mientras tú finges entender los poemas en polaco de un tal milosz
no tienen vergüenza o ganas de hacerse viejos
los ensayistas son los ingenieros de lo imposible
nosotras rubias morochas pelirrojas
no somos más que el segundo ensayo de su muerte
Amnistía
para los que saben con amargura
que de la mujer que quieren les queda
nada más que un clavo fijo en la espalda
Rubén Bonifaz Nuño
hay algo en su sonrisa que recuerda la euforia de las moscas
ha decidido aferrarse al vástago del futuro
su soledad es una costra que le nubla los ojos
le va empañando la mirada
la va lavando la alberga entre sus brazos
no la suelta la cubre de plegarias inútiles
la avienta a un cubo de basura y le soba la cabeza para aliviar la caída
se quiebra y se levanta
huye del mundo vende besos a sus tísicas memorias
apoya el pie se hunde se levanta
se hunde cae al fondo del abismo
lucha por quedarse quieta mientras los cadáveres la toman de los brazos
renace del fango se cae
se alimenta del polvo enamorado
no tiene idea
la pesadez de su voz resuella en los pulmones
brilla intermitente estrella del deseo jadea por sobrevivir de sus engaños
cae se despedaza
se muere por conocer la razón de su ceguera
sus errores moverán al mundo
será censurada por oír las voces de los buitres
no conocerá jamás el gustito azul de la pobreza o las ganas de molerse a palos al espejo
cantará cuando el tequila ya se haya acabado
sólo los fantasmas bailarán al ritmo de su desconcierto
nunca entenderá lo divertido que es desangrarse entre las sábanas
quedarse tieso cuando la cólera penetra hasta el fondo
hasta rasgar los huesos y despedazar la máscara de los desorientados
sé que renacerá de sus canciones
será reina de lo incierto apátrida del daño
volverá a las fiestas donde la luz oscurece los deseos
y los monstruos traerán charandas para celebrar sus soledades
Datos vitales
Aniela Rodríguez (Chihuahua, 1992) Licenciada en Letras Españolas por la Universidad Autónoma de Chihuahua con mención Cum Laude. Premio Chihuahua de Literatura 2013 en la categoría de cuento. Fue becaria por la Fundación para las Letras Mexicanas en el Curso de Creación para Jóvenes 2010, efectuado en la Ciudad de Xalapa, Veracruz y del mismo en el año 2011 que se llevó a cabo en la ciudad de Monterrey, Nuevo León. Es parte del comité organizador del Encuentro Nacional de Escritores Jóvenes Jesús Gardea. Fue Coordinadora Editorial de Revista Contra de 2011 a 2013. Actualmente, está por publicar su primer libro de cuentos titulado “El confeccionador de deseos” (Ficticia/ICHICULT). Ha publicado sus trabajos de creación e investigación en diversas publicaciones periódicas tanto de carácter nacional como internacional.