Casa de Navajas, de Estephani Granda Lamadrid

Casa de Navajas, de Estephani Granda Lamadrid

Estephani Granda Lamadrid (Puebla, 1985) Diseñadora gráfica y estudiante de Lingüística y Literaturas Hispánicas (UNAM). Casa de Navajas (VersodestierrO, 2009) es su primer libro y en breve aparecerá Silencios de agua, en el Instituto Mexiquense de Cultura. Obtiene mención honorífica en el Concurso Nacional de Poesía El Laberinto 2007, segundo lugar en el Concurso Nacional de Poesía Enrique González Rojo 2008 (Ciudad Ecatepec) con el libro Icarianos y el tercer lugar en el II Torneo de Poesía Adversario en el Cuadrilátero 2008 organizado por VersodestierrO. Fue incluida en la Antología Descifrar el Laberinto 2007.

Sus poemas aparecen después del salto.

Aclaración para Balam


Qué presunción la tuya
Para qué tenderse en la noche esperando un poco de calor:
Tiempo pasado traduciendo abecedarios
Se nota que no conoces tu historia
Ni siquiera puedes mirar tu reflejo destruyéndose
Te confunden quienes crean que hay dentro de tu cuerpo algo que sirva
Nada se puede rescatar de lo perdido de lo incendiado
Se ha vuelto un manglar de hojas podridas
donde la vida se agrieta
y explota para hincharse de un verdor hiriente
No te conocen
porque sabrían cuantas veces tuviste que mirar tus garras
para saber que de algún modo siguen ahí
sin hilos que te sujeten a una dirección
No te conocen
porque arderían también y contigo
cuando te rindes sola antes de las lluvias
y cierras tu cuerpo como una lápida herida
y te arrastras contra la oscuridad
para encontrar la tibieza de tus sábanas
llenas de sangre
de tu cuerpo
porque a ti no te alcanzan los labios
para guardar un hombre dentro de tu casa
Y él se escapa con las tardes en busca de otra
porque estas bestias no descansan
sólo llegan a desposar el amor en su semen de viento
y te llenan toda de horas
en que deberías de aprender a tejer como las de antes
“para eso son las hembras
para eso son las alcobas”
para esperar a las bestias cubiertas de sangre
de una guerra que nadie inició
Las bestias se hieren a media noche
se van gimiendo con zorras
y perras
y con toda hembra buena que salga a bañarse al río
Por eso no te conocen
ya deberían de saber el color de tus pechos
flor en el lodo
Y enciendes fogatas para alejar a las bestias
para apagar dulcemente el fulgor

Luego de la Casa de Balam

I

La fiera sale de mi cuarto víctima
busca la sangre para hundirse dagas de cristal entre las piernas
Ella quiere aferrarse al sacrificio
a la sangre que blanquea:
Mácula de llanto
Se araña el vientre
y la noche pesa cuando se llena de gemidos ausentes
invisibles amantes
fieritas :
juguetes para hacerse sangrar
llagas de iniciación
versículos de olvido que sabe de memoria
boca reventada en sangre por mascar piedras dulces
Húmeda de hundirse en el río
de ver mujeres en luto
de envidiar hilanderas del pueblo
La fiera se siente culpable por no tener pechos de mujer hermosa
La fiera se siente triste porque a escondidas se ha enamorado
La fiera es una fruta que ha caído
cuando nadie tenía hambre

Para la traidora
HAZTE fuerte para mi lengua
toma mi corazón y esta coraza de músculos suaves
Toma las avenidas que trozan mi cuerpo en líneas verdeazules
deletrea con brasas dulces la canción:

Hurga dentro de mi vestido
donde se fatiga el ojo de la noche
donde la humedad nos llueve:
No se trata de rasgar la carne frente a mí
No es abrirse y mostrar el corazón rendido sobre la arena
no es esperar a que venga un hombre solo
y nos deje acompañarlo
deslizar tras el espejo tardes de sal
derrotadas
No se trata de reírnos ocultas
de atizar el deseo con tibia leche
No es la miel recorriendo nuestra garganta esta noche

no es desear tu cuerpo como lo hace ella
no es que desprendamos con lentitud las páginas de mi vida

Entre mis manos como finísimos huesos calcinados
está la deshonra de las mujeres de mi casa

Lo sé
Es aprender a ponerse triste
y pedir a cualquiera se quede esta noche
Es besar al niño moribundo
despedirse
esperar por siempre
Es abrir los ojos un día y saber que no estás en casa
que ya nunca más en casa habrá un desahuciado que te desee

Te recuestas:
lascivas piernas abres esta noche
Es cuestión de sentirse complacida por desnudarse otra vez hoy
ahora
por sentir todo golpe

Pero habrá que operarse los ojos
porque esta luz se agolpa dolorosamente en las pupilas
Las noches se vienen encima como piedras
y rasgan carne blanda

y habrá alguien que desee ser desgarrado

y tú no podrás cortar esa garganta

Esta noche
duermes con el calor en las mejillas
con las piernas descubiertas
y esperas
como ayer
a la navaja nocturna atravesando tu corazón

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