La relación del significado y el significante en el caso de los nombres propios y patronímicos (II)

Continuamos con la segunda y última parte del revelador estudio del poeta y ensayista Mario Calderón. La primera parte puede consultarse en el post anterior.

Casos de deportistas

Allan Prost. Allan. Inglés. Es el Alain francés y el Alano español del latín Alanus, pueblo bárbaro que invadió España. En lenguaje figurado “persona porfiada”. Prost de prous, originario de Francia, que a su vez, procede de Proust, forma regional de provost o prevost “colocado adelante”. Allan Prost: “hombre porfiado colocado adelante”. Nombre y obra se relacionan con claridad. Es este el nombre de un exitoso corredor de autos. Colocado adelante, significado de Prost, posee semas o rasgos distintivos muy próximos al contenido significativo del lexema “campeón” en el área del automovilismo.

Jorge Campos. Jorge procede del griego “trabajo y tierra” (trabajo de la tierra). Campos. Literalmente, campo. El significado completo es “el que trabaja por el campo”. Nombre y obra corresponden ya que este deportista se desempeñó como portero de la selección mexicana durante mucho tiempo y en varias competencias internacionales.

Ernesto Canto. Ernesto. Germánico Ernus “lucha, firmeza, fortaleza”, “veloz”. Canto. Del latín “canthus” y del griego kantuos: borde, extremidad, país, región. Ernesto Canto: “Lucha, firmeza, fortaleza, velocidad en el borde, la orilla, la región, el país”. Nombre y obra indiscutiblemente están unidos: este personaje mexicano es un deportista triunfador en el área de la marcha o de la caminata; ha obtenido numerosas medallas en competencias internacionales, destacándose la medalla de oro en las olimpiadas de 1984.

Michael Jordan. Michael. Inglés: mi-ka-el del hebreo “¿Quién como Dios?” al descifrar la palabra como lenguaje connotativo equivale a “exhortación a…”. Jordan. Hebreo de la raíz semítica yarad “fluir” de donde el sirio yurdah “río”. Michael Jordan: “Exhortación o llamado a fluir como río”. Es este el nombre de un jugador de básquetbol norteamericano que ganó dos veces la medalla de oro en juegos olímpicos: Los Ángeles en 1984 y Barcelona en 1992.

Casos de artistas

Diego Rivera. Diego tiene el mismo significado que Santiago: “el que suplantó a su hermano”. Rivera. Orilla, margen. Diego Rivera: “En la orilla de suplantar a su hermano”. Este pintor mexicano (1886-1957) supo imitar, copiar, pintar o suplantar a su hermano mexicano. Es el fundador de la Escuela Mexicana de Pintura.

José Alfredo Jiménez. José. Hebreo, Yosef “el que aumenta o acrecienta”. Alfredo. Anglosajón: Elfraed de aelf, elfo y read consejo: “el consejo de los elfos”. Jiménez. Patronímico de Jimeno, forma derivada de Simeón, hebreo Shimeón, del verbo shamah “oír”. José Alfredo Jiménez: “el que aumenta el consejo que se escucha”. Es un compositor de música mexicana; el pueblo lo tiene en alta consideración.

José Revueltas. José. Hebreo, Yosef, “el añadirá”, “el acrecentará”. Revueltas: motín, agitación, alteración del orden. José Revueltas: “Acrecentador de motines, agitaciones o alteraciones del orden”. La obra y la conducta de este escritor mexicano (1914-1976) fueron semejantes a la significación de su nombre pues se trata de un narrador mexicano que siempre creyó en la literatura de compromiso social; debido a su solidaridad con la clase proletaria estuvo en prisión en varias ocasiones.

Ignacio Manuel Altamirano. Ignacio. Del latín Ignatius. Esta voz a su vez es modificación del egnatius celtibérico por la etimología popular que relacionaba el nombrae con ignis “fuego”. Manuel. Hebrero: “Con nosotros está Dios”, Dios podría connotar “lo excelente”, “lo perfecto”. Altamirano. De alta: “elevada, sublime”; mira: “visión, proyecto”. Ignacio Manuel Altamirano: “fuego animador de excelencia con nosotros, (esta última expresión podría connotar nacionalismo, solidaridad) de visión elevada; fuego nacionalista de visión elevada”. Este intelectual fue el animador de la cultura mexicana de 1867 a 1889. Afirmaba, al referirse a la literatura, que nada es valioso si no tiene la utilidad del perfeccionamiento del hombre.

José Guadalupe Posadas. José. Hebreo Yosef: “el añadirá o acrecentará”. Guadalupe. Latín. “Río de lobos”. Puede interpretarse metafóricamente como agente. Posadas. De posar “parar, reposar, asentarse”. José Guadalupe Posadas: “acrecentador agente del pose, la actitud o la postura”. Nombre y obra muestran coincidencia pues es éste el nombre de un grabador (1851-1913), notable por sus posturas, sátiras políticas contra el régimen de Porfirio Díaz.

Agustín Lara. Agustín. Latín “Augustinus”; de Augusto “majestuoso, imponente”. Lara. Latín lar, lares “divinidades tutelares etruscas y romanas”. Es hoy el sitio donde se coloca la lumbre en la cocina, el hogar. Agustín Lara: “Augusto o sublime en el sitio donde se coloca la lumbre en el hogar”. La correspondencia estriba en que se trata del nombre de un músico romántico mexicano muy popular en los países de habla hispana.

Casos de personajes de diferentes áreas de la cultura

Cristóbal Colón. Cristóbal en griego es “el que lleva a Cristo”; Colón o Colombo significa “paloma” en latín. El significado total es “paloma que lleva a Cristo”. De acuerdo al significado del lenguaje, el verdadero valor de este navegante genovés para la historia fue el de conducir a Cristo al continente americano. Bartolomé de las Casas justifica esa apreciación pues advertía que “el fin principal que en el descubrimiento de estas gentes y tierra pretende la divina providencia fue “la conversión y salud de estas ánimas” (Pascual Buxó, 1988: 11).

Hernán Cortés, el conquistador de Tenochtitlan posee la siguiente connotación: Hernán es forma apocopada de Fernando que, a su vez, constituye una contracción de Ferdinando, godo Firthunands. Firthu es “paz” y Nands “audaz”, “atrevido”: atrevido en la paz. Cortés es plural de corte. Procede del latín Cohors, cohortis “recinto” de Hortus “sitio cerrado y descubierto en las casas y en el campo”. El significado completo es “Audaz, atrevido en sitio cerrado y descubierto en las casas y en el campo”.

Francisco Javier Mina. Francisco proviene de Francesco que es gentilicio de Francia, país de los francos, o sea, de los hombres libres. Javier. Vasco, Etcheverri, de etche, casa y verri “nueva”: “casa nueva”. Mina: Yacimiento, filón. Francisco Javier Mina: “filón de libertad en casa nueva”. Este caudillo español vino a México para colaborar con los insurgentes en la Guerra de Independencia de la casa nueva o nuevo país, México. Luchaba porque era una mina de libertad, por su vocación de libertad contra el opresor español Fernando VII.

Álvaro Obregón. Álvaro. Visigodo Alwars de alla “todo” y warja “defensa, protección”: “el que se defiende bien”, “defensor de todos”. Obregón. Bable: obriga “carnicería”. En la provincia de Santander, España “sitio donde se despacha la carne”. Álvaro Obregón: “el que se defiende bien o defiende a todos mediante carnicería”. Es un general constitucionalista, “el más notable estratega de la lucha militar revolucionaria” (Cue, 1987: 46) que participó en la Revolución Mexicana de 1910. Fue presidente de la República; una de sus victorias militares más recordadas fue el Combate de Celaya, batalla en la que aniquiló al general Francisco Villa y decidió la hegemonía del constitucionalismo; esta ha sido la batalla más sangrienta librada en América.

León Toral. Del latín “Leo”, “León”. Metafóricamente “hombre audaz” como el félido del mismo nombre. Toral. Latín: torus “triturar”. León Toral: “León triturador”. Este hombre fue el asesino del General Álvaro Obregón.

Ignacio Allende .Ignacio. El ignatius latino es una modificación del egnatius celtibérico por la etimología popular que relacionaba el nombre con ignis, “fuego”. Allende es un adverbio: “de la parte de allá”. El significado total es “fuego de la parte de allá”. Parece que fue ésta su principal colaboración con el movimiento de independencia mexicana: ser fuego o animador del movimiento en el sitio que se produjo.

Jerónimo de Aguilar. Jerónimo. Del griego “el del nombre sagrado”; sagrado posiblemente connote consagrado, dedicado. Aguilar. “lugar donde anida el águila”; águila connota audacia, depredación. Jerónimo de Aguilar: “Lugar donde anida el depredador dedicado al nombre o a la palabra”. Existe la relación entre el nombre y la obra, porque es éste el nombre de un soldado español (1489-1531) que, prisionero de los mayas y rescatado ocho años después por Hernán Cortés, fue un importante auxiliar como intérprete durante la conquista de la Nueva España.

Lucio Cabañas. Lucio. Latín. Lucius, de lux “luz”. Cabañas. Latín “casilla rústica”, “choza”, casa de gente muy pobre. Lucio Cabañas: “luz de las chozas de los pobres”. La coincidencia entre obra y nombre se da porque Lucio Cabañas fue un guerrillero que actuó en México, durante el período presidencial de Luis Echeverría (1970-1976); fue combatido y asesinado por el ejército.

Toribio de Benavente. Toribio. Del griego “ruidoso, estrepitoso, rimbombante”. Benavente. Del latín: bene ventum, bonus eventus: “buen acontecimiento”. Toribio de Benavente: “ruidoso buen acontecimiento”. Fue un misionero franciscano de los que arriban primero a la Nueva España. Se hizo notorio con los indígenas por su caridad y pobreza extrema.

Fray Bernardino de Sahagún. Bernardino. Diminutivo italiano de Bernardo. Bernardo. Germánico: Berin: “oso”. Era usado metafóricamente por “guerrero taimado y audaz”. Sahagún: Facundo. Del latín Facundus: que habla con facilidad, elocuente. Procede del verbo fari, “hablar”. Bernardino de Sahagún: “guerrero taimado y audaz que habla con facilidad”. Se advierte claramente relación de nombre y obra. Este fraile misionero español aprendió el náhuatl y así pudo recopilar datos directamente de los indígenas para escribir el valioso libro Historia General de las Cosas de la Nueva España.

A modo de conclusión se puede afirmar que además considero que en todos los casos referidos existe coincidencia entre nombre y obra. Considero necesario argumentar que por mucho que yo hubiera intentado arreglar los significados, no hubieran resultado éstos tan convincentes si no existieran, en los términos lingüísticos, los conceptos específicos que se requieren para elaborar sintagmas, encadenamientos o acomodar circunstancias. Me parece pues que el primer objetivo de este trabajo se cumple y resta ahora buscar una explicación al fenómeno. Asimismo describir la crisis a que ha llegado la noción de signo. Es evidente que la propuestas teóricas de Saussure, aunque axiales, han sido rebasadas.

Después de reflexionar sobre el tema, quizá sea posible conjeturar en torno al fenómeno. Éste, de acuerdo a nuestras formulaciones, encontraría una lógica en la concepción del mundo como obra de ficción narrativa. Esta visión de mundo, como ha sido expuesto ya, tiene como antecedentes a diversos escritores españoles: Pedro Calderón de la Barca que la concibe como El gran teatro del mundo; fray Benito Jerónimo Feijóo habla del Teatro crítico universal; y el filósofo Miguel de Unamuno comprende la vida como una nivola, esto es, novela donde los hombres son personajes de ficción narrativa.

Desde la perspectiva de la física, la explicación es ésta: el sonido influye a la materia. La prueba más evidente se da en medicina donde a través del ultrasonido (vibraciones muy intensas de sonido) es posible destruir, por ejemplo, tumores cerebrales.

Una idea expresada a través de sonidos puede influir en la materia, este es también el principio de las llamadas enfermedades psicosomáticas. Con el nombre y apellido de los individuos sucede algo muy parecido: al mencionarse y repetirse de manera inconsciente una serie de sonidos con significados, se sugestiona y programa al sujeto nombrado y éste actuará como una ficha de ajedrez en el tablero de la sociedad. Sobre el talento y la naturaleza del inconsciente, explica Oscar G. Quevedo en su libro clásico El rostro oculto de la mente: “Se han hecho algunos experimentos de leer a un niño, hasta de unos pocos días, un largo párrafo de un libro y, pasados varios años, hacerlo repetir en estado hipnótico el mismo párrafo que sólo oyó una vez y que no era capaz de entender. El inconsciente, aún el de una criatura, es un óptimo magnetofón” (Quevedo, 1974: 106).

Añade más adelante Oscar G. Quevedo:

Fue Richet el que propuso el término de pantomnesia “para indicar -escribe- que la memoria no olvida nada y que todo lo que impresiona nuestros sentidos (añadimos nosotros: o nuestra inteligencia, voluntad, imaginación…) permanece fijo en el cerebro inconsciente, yo propondría pantomnesia. Por su etimología significa que ningún vestigio de nuestro pasado cognoscitivo se apaga. (: 106)

Y agrega otro concepto: “El hecho indiscutible es que el inconsciente conserva mucho más de lo que ordinariamente se podría sospechar” (:115).

Por el sonido transmitido, el contenido de nuestra conciencia puede afectar nuestro estado físico. Esta relación entre la mente y el cuerpo se ha llamado psicosomática.

Así como existe un sistema nervioso involuntario, un inconsciente humano, regidos por la naturaleza, también en el mundo se percibe un inconsciente de la naturaleza gobernado por leyes naturales, entiendo, por supuesto, que este inconsciente posee por lo menos características similares a las del inconsciente del hombre. Este inconsciente también queda programado para producir efecto al ser mencionado y repetido el sonido del nombre y los apellidos de un determinado personaje.

Como se ha explicado, no es éste un asunto de metafísica, sino que se trata de un fenómeno específico de la materia que, por la repetibilidad, es comprobable.

Luego de comprobar que nombre y obra de varios políticos, filósofos, deportistas, artistas y personajes de otras áreas de la cultura guardan estrecha relación. Concluyo que la correspondencia, por el número de casos, no puede obedecer a la simple coincidencia; y que en ciencias sociales hay tanta coherencia como en las ciencias naturales; no tendría por qué ser de otra manera. Así, el estudio sincrónico y diacrónico de alguna etapa histórica a través de las etimologías puede llevar la Historia al terreno de lo lúdico y de lo gozoso.

Por otra parte, es posible vislumbrar que nuestro destino en la novela del mundo se plasma con actos, pero también por medio del lenguaje, aunque parezca existir cierta predestinación observable, además del medio ambiente, en los apellidos que heredamos.

Por ello, es posible modificar ese destino mediante actos humanos, seleccionando el nombre que producirá un efecto positivo, negativo o neutro, considerando el significado de los apellidos.

No estoy planteando que exista relación entre el nombre propio y su significado, es decir, que la palabra Juan, por ejemplo, describa personas similares de carácter o físicamente. Planteo que existe relación entre unidades de sentido formadas por nombres y apellidos de los personajes con su respectivo actuar dentro de su propio relato, su propio contexto o su propio plano. Personas homónimas de nombre y apellidos necesariamente tendrían el mismo valor o significado, pero de acuerdo a su propio contexto o medio; el valor significativo de un personaje puede deducirse cuando ya su obra se encuentra realizada o definida. La coincidencia nombre-obra, es decir de significado-significante, en el caso de los nombres propios, constituye un caso de sincronicidad “coincidencia significativa” provocada por el hombre, hasta ahora, de manera inconsciente.

El determinismo expresado por el significado de nombres y apellidos puede ser modificado también parcialmente transformando el contexto del individuo, su medio social. Puede haber una transformación de campesino a obrero, de obrero a profesionista o un cambio a los ámbitos de intelectual o político.

Esta investigación no parte tampoco de la intención de demostrar una idea. Al contrario, el fundamento de estas formulaciones teóricas es la observación de numerosos ejemplos donde se produce esa relación, ejemplos que por su cantidad anulan la posibilidad de la simple coincidencia.

Según nuestras reflexiones, existe relación entre nombre y obra de los personajes por los semas de nombres y apellidos, independientemente de los posibles arreglos o acomodamientos de sintagmas o enunciados que yo haya realizado uniendo elementos de paradigmas de nombres y apellidos.

Otra evidencia de la plausibilidad de esta teoría es el hecho de que a unidades de sentido o sintagmas tan diversos como los que se construyen con nombres y apellidos tan distintos como Tomás Alva Edison o Cristóbal Colón, correspondan significados y obras muy diferentes. En síntesis, después de haber citado numerosos ejemplos, pienso que el fenómeno existe. Ferdinand de Saussure habló de que el signo lingüístico posee arbitrariedad entre el significado y el significante, pero nunca se refirió a los sustantivos propios y mucho menos a que éstos, con sus adjetivos patronímicos, constituyen un solo significante que sí guarda relación con su significado, que es la persona a quien se refiere, por razones de programación inconsciente, en su obra y su carácter. Expresado en otros términos, la arbitrariedad del signo lingüístico se suspende o debilita en el caso de los nombres propios y sus adjetivos patronímicos o modificadores.

BIBLIOGRAFÍA

Jung, C.G.
1994 La interpretación de la naturaleza y la psique. Barcelona. Paidós.

Pascual Buxó, José
1988 La imaginación del nuevo mundo. México. FCE.
Quevedo, Óscar G
1974 El rostro oculto de la mente. Santander. Sal Terrae.
Tibón, Gutierre
1986 Diccionario etimológico comparado de nombres propios de persona.
México. FCE.

1988 Diccionario Etimológico de Apellidos Españoles, Hispanoaméricanos y
Filipinos. México. Diana.

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