Nacido en la década de los sesenta, a continuación un atisbo a la poesía de Juan Carlos H. Vera (Ciudad de México, 1963). El lector encontrará numerosos poemas inéditos y una muestra del libro de próxima aparición, Anatomía de una despedida.
Poemas sueltos
para ana franco
a)
he visto hoy de mañana a la poesía entrar lineal por tus ojos
y se ha detenido en el abismo de tu mirada
he visto cuando me guiñas un ojo que me habla
que me delinea
que me inventa
b)
la poesía no sólo son palabras
matemáticamente colocadas
sobre el blanco puro
sobre el puro blanco
sobre la encalada pared de mi espalda
sobre el espacio líquido del espejo
la poesía también es tu cuerpo
tendido sobre la geometría de mi cama
horizontal sobre la cuadrícula de la sábana
con sus catetos y ángulos a 90º
la poesía es aquella línea
que segmenta los cuerpos
el acto
donde el amor espera
espera
espera
c)
desde el papel a tu cuerpo
un poema largo
largocomolaavenidauniversidad
largocomoelcuerpomuertodemihermanomemo
largocomoelcordónumbilicalquemeinundódevida
un 29 de abril de 1963
largo como la espera
cuando espero y desespero
y no llegas
d)
debo estar completo para el día
que decidas marcharte
por ello he comenzado a reunir
las miradas que dejé en tu recámara
el sonido de mis pies desnudos sobre el piso
las caricias que terminaron en el cuerpo de otra mujer
mis besos sólo pensados en largas aliteraciones
mi espera
tu espera
nuestra espera
e)
¿sabes por qué me enamoré de ti?
porque temía morir solo y en el olvido
pero hoy que no estás a mi lado
comprendo que eran puras patrañas
cosas de la edad
cosas de la edad
f)
si te preguntan algún día
cuándo me olvidaste
contesta que mañana
mañana me olvidaste
porque quizá hoy
no tengas más un recuerdo mío
g)
la mañana amaneció fría
entonces acaricié su cuerpo
le di calor
bese su cuello toqué sus nalgas
sentí el rocío de su entrepierna
mojar mi mano… mi cara
luego entonces me la cogí
juro que me la cogí
a la mañana
siempre que se pueda
hay que hacerla enteramente hembra
h)
mi habitación se llenó de soledad
de recuerdos grises
ayer te vas sin despedirte
hoy no estarás
aunque el perfume de tu cuerpo permanezca en mi cama
i)
mi casa te extraña todavía
la sorprendí llorando todo el verano
Anatomía de una despedida
para ti Gabriela
a
todavía no te vas y ya te siento lejos
triste guardo fragmentos de tu vida en cajas
a las que sello la boca con cinta canela
cajas que el día de mañana abrirás
para que te cuenten alguna mentira
en una lejana morada
triste con la tristeza gris
de este pinche sábado de junio
guardo tus cosas más íntimas:
tus senos que mis labios besaron
tus pezones duros como almendras
tu pubis y tu clítoris y tus rasurados vellos
y tus nalgas redondas como un bostezo de dios por la mañana
guardo tus gemidos y tus muchos orgasmos
tu mirada perdida en el espejo cóncavo
tu sudor confundido
con el llanto matutino de la regadera
o con tus desbocadas venidas vespertinas
guardo tus muslos cálidos apretando mi cuerpo
asfixiando mi alma
tus uñas fundidas en mi espalda
tus besos recorriéndome de arribabajo
todavía no te vas gabriela y ya te siento tan lejos
b
gabriela grito tu nombre y me lo callo
me lo calzo para andar las avenidas largas
de universidad y quevedo de eje 10 y la viga
de insurgentes y ermita… de mi cuerpo a tu cuerpo.
gabriela cómo me haces falta a las 11 de la mañana
y a las 5 de la tarde y a las 10 de la noche
y a las 3 de la madrugada
gabriela estoy que me lleva la chingada
y tú tan lejos a 1140 kilómetros de distancia
a 1140 metros sobre el nivel del mar
a 1140 cigarros fumados desde que te fuiste
c
la soledad gabriela es canalla ¿sabes?
se cuela como el polvo
por alguna rendija de la puerta
o por las ventanas cerradas
y permanece en casa inédita
entre los libros y muebles
en los zapatos con los que desandas el día
con las que andas la muerte
en las flores que tienen la vida contada
en un jarrón con agua
la soledad gabriela es canalla ¿sabes?
en ocasiones entra por uno de tus ojos
como la luz como mi cuerpo desnudo
y otras veces entra por la plantas de tus pies
sube por el espinazo
y se instala como un ave en tu pecho
donde hace verano
ch
parís lo conocí por ti gabriela
por tus viajes
por tus fotografías en montparnasse
en montmartre en champs-elysées
en la lencería puteque que compraste
y que alguna noche desenfrenada
te arranqué del cuerpo
parís lo conocí también en los versos de fayad jamís
en los poemas elocuentes de césar vallejo
parís gabriela lo reconocí en tu desnudo cuerpo
frío como el sena
d
hoy me emputo con la vida
por jugar de esta manera con nosotros
me emputo con quienes se han ido
primero mi padre luego mi hija después mi hermano
y mi abuela y ahora tú gabriela
me emputo con la distancia
que te tiene enarbolando un porvenir nuevo
me emputo con el teléfono de tu casa
que repica y repica a altas horas de la noche
y me hace pensar estupidez y media ¿lo recuerdas?
me emputo con tus amigos
y las despedidas que duran hasta la madrugada me contabas
me emputo y me repito calma
y tu voz me dice calma
y tus ojos me miran con calma
y tu cuerpo me proporciona calma cama alma
e
el mundo nunca será el mismo
después de uno de tus besos
aquella tarde el mundo cambió
y nos olvidamos de los hijos
y caminé el empedrado de tu vientre
visité las capillas de tus pechos
donde hice alguna oración por mis muertos
bebí el agua salada de tu fuente
y me paré en el ombligo del mundo de tu cuerpo
el mundo nunca será el mismo
después de uno de tus besos lo sé
habrá que nacer de nuevo
para encontrarte en otro espacio y en otro tiempo
f
nada podrá hacerme olvidar tu cuerpo
ni siquiera tu sonrisa en el tiempo congelada
ni tus caricias olvidadas en el bosque de mi alma
nada podrá hacerme olvidar tu cuerpo
ni la distancia en tu pecho acurrucada
menos aun los versos que te escribo de noche
nada podrá hacerme olvidar tu cuerpo nada
ni tus hijos ni mi hijo ni los amigos
tampoco el infernal calor de tu nueva casa
nada podrá hacerme olvidar tu cuerpo nada
ni el cigarro que me desayuno en la mañana
ni el jodido café frío que sobró de anoche
sólo tu cuerpo sólo tu cuerpo tendido sobre mi cama
me incita todas las tardes todas las noches a olvidarte
g
hoy amanecí en tu cama en tu calma en tu alma
tu cuerpo completamente desnudo pegado al mío
sin molestar tu sueño
me levanté a orinar y me lave la cara
el sol acomodó su mejilla en tus muslos
y te miré indefensa como minusválido
cuando duermes la vida se detiene me di cuenta
y ningún reclamo se antoja ninguna palabra
y en mi cuello las venas se inflaman
y los te quiero se ahogan uno a uno en la memoria
no quisiera despertarte gabriela con palabras
ni testereando tu cuerpo con mi aliento
ni siquiera dejé pasar el viento que tocaba la ventana
me gustaría despertarte con un beso como el primero
en tu cama en tu calma en tu alma
mi cuerpo completamente desnudo pegado al tuyo
h
desnudos recibimos la tarde
anhelantes de estar juntos toda la vida
salpicando felicidad por todos los rincones de tu casa
te fuiste extendiendo en mi alma día tras día
como una mancha de tinta que se hace gigante
sobre una camisa blanca
el día que te marchaste
nada ni nadie te detuvo
yo mismo no quise hacerlo
i
y mientras nos amábamos
como un par de locos
le ibas fracturando las manecillas al reloj
te entretenías haciendo ecuaciones en mi espalda
o mirándote en el pozo de mis ojos
o hablándome del futuro con palabras que se deshojaban
y no hacían eco en las paredes de mi oído
j
al amanecer recogíamos nuestras prendas
como quien recoge los cuerpos
de quienes han muerto en el campo de batalla
dispersos tu brasier y tu falda
mi pantalón y los calcetines
tus braguitas francesas sobre una silla
batallas como la de anoche
sí que vale la pena pelearlas
cuerpo a cuerpo
k
te vas a gómez palacio y sólo me dejas
algunas instantáneas
dispersas en la memoria
comiendo un pastel con los hijos
acurrucada en mis brazos lacia
llorando el amor perdido
fumándote la tarde en un pinche marlboro,
pateándole el fundillo al tiempo
refrescándote la vida con un vaso de boone’s
llorando el amor encontrado
besándome con tanta devocía
cabalgando mi cuerpo
peleando con tus putos fantasmas
desnuda de frente de espalda de tres cuartos
y la más reciente gabriela
sentada frente a mí zurciendo el reloj de la sala
por donde nuestras horas
nuestros mejores momentos
hoy de mañana se nos escapan
se escapan
escapan
l
quisiera seguir escribiendo
pero hay veces las musas celosas se marchan
y las palabras como las hojas en otoño
prefieren acabar en el suelo pisoteadas
es una lucha cabrona gabriela
esta de escribir poemas
que para muchos no sirven para nada
no reviven a un muerto
no armonizan la vida
no detienen el tiempo
no sanan las heridas
no salvan al amor por lo menos no el nuestro
no evitan las guerras
no te traen suerte
no cumplen los sueños
no saben llorar
difícilmente son más bellos que una puesta de sol
o que una mirada tuya cuando te despiertas
o que una despedida de grandes amigos
o que el vicio de cigarro que he vuelto a adquirir
ll
gabriela ¿sabes de qué lado se encuentra el corazón?
yo no se me ha olvidado
hace tiempo que me lo arrancaron
pero hay veces
cuando estoy con socorro mi terapeuta mi amiga
me miro en el espejo líquido de su cuerpo
escucho a lo lejos sus latidos que me llaman
y voy a su encuentro
m
las despedidas siempre son tristes
así me lo han hecho ver
uno se va y no sabe si regresa
nuestra despedida siempre será triste
tú te vas y yo sé que no regresas
porque “hay amores que duran algo menos que un beso
y besos que han durado algo más que una vida”
me lo enseñó un amigo que hoy descansa en su tumba
n
aquel día esperé como un pendejo
que llamaras… y nada.
sé que habrá una excusa muy temprano
una verdad desnuda una mentira rota
aquel día esperé como un pendejo
que llamaras… y nada
¡dios! un colibrí
se ha colado por mi ventana
ñ
con los cuerpos de mis muertos
he abonado tu porvenir
para que con tu llanto crezcan flores en tus ojos
gabriela frente al mar de soledades
de sol y edades
de soledad es que cuento
las olas que me quedan de vida
ahora que estoy enfermo de ti
dejo escrito mi testamento
sobre la arena
en la playa de tu cuerpo
Datos vitales
Juan Carlos H. Vera (México, D. F., 1963). Poeta y editor. Estudió la. Licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas en Facultad de Filosofía y Letras de la unam. Actualmente es editor en la Facultad de Filosofía y Letras de la unam. Director, editor y fundador de Ediciones Arlequín. Desde los noventas viene publicando en revista y suplementos de circulación nacional. Su obra poética abarca los siguientes libros: Cuarto de siglo (México, Cuarto Creciente, 1990); 49 poemas y una carta (México, Ediciones Lagarto, 1994); Donde la espiral termina en un ombligo (México, 69 Ediciones, 1994) y Sin antes ni después (México, Tintanueva Ediciones, 2004). Anatomía de una despedida (México, Raíz del Agua/Juan Carlos H. Vera Editor, 2009). Asimismo es coautor de: Archipiélago Carnal. Poesía-Narrativa (México, Praxis, 1988); Anuario de Poesía 1990 (México, inba, 1990); Poesía en la Facultad. Antología. Selec. y próls. de Elsa Cross, Federico Patán, Eduardo Casar y Hernán Lavín Cerda. (México, ffyl, unam, 1990); La sangre de su sombra. Homenaje a Xavier Villaurrutia (México, man/cnca/inba, 1995), Eco de voces. (Generación poética de los sesentas). Selec., present. y notas de Juan Carlos H. Vera (México, Ediciones Arlequín/Sigma Servicios Editoriales/fonca, 2004) y Animales distintos. Muestra de poetas argentinos, españoles y mexicanos nacidos en los sesentas. Juan Carlos H. Vera, coord. . Selec., present. y notas de Ana Franco Ortuño, Antonio Portela Benjamín Barajas y J. C. H. Vera. (México, Ediciones Arlequín/Sigma Servicios Editoriales/fonca, 2008).