Foja de poesía No. 077: Juan Carlos H. Vera

Juan Carlos H. Vera

Nacido en la década de los sesenta, a continuación un atisbo a la poesía de Juan Carlos H. Vera (Ciudad de México, 1963). El lector encontrará numerosos poemas inéditos y una muestra del libro de próxima aparición,  Anatomía de una despedida.

 

 

 

Poemas sueltos

 

para ana franco

 

a)

 

he visto hoy de mañana a la poesía entrar lineal por tus ojos

y se ha detenido en el abismo de tu mirada

 

he visto cuando me guiñas un ojo que me habla

                                                       que me delinea

                                                       que me inventa

 

 

b)

 

la poesía no sólo son palabras

matemáticamente colocadas

sobre el blanco puro

            sobre el puro blanco

sobre la encalada pared de mi espalda

sobre el espacio líquido del espejo

 

la poesía también es tu cuerpo

tendido sobre la geometría de mi cama

horizontal sobre la cuadrícula de la sábana

con sus catetos y ángulos a 90º

 

la poesía es aquella línea

que segmenta los cuerpos

el acto

donde el amor espera

                                                espera

                                                           espera

 

 

c)

 

desde el papel a tu cuerpo

                                   un poema largo

largocomolaavenidauniversidad

largocomoelcuerpomuertodemihermanomemo

largocomoelcordónumbilicalquemeinundódevida

un 29 de abril de 1963

 

largo como la espera

                                   cuando espero y desespero

y no llegas

 

 

d)

 

debo estar completo para el día

que decidas marcharte

 

por ello he comenzado a reunir

las miradas que dejé en tu recámara

el sonido de mis pies desnudos sobre el piso

las caricias que terminaron en el cuerpo de otra mujer

mis besos sólo pensados en largas aliteraciones

mi espera

tu espera

nuestra espera

 

 

e)

 

¿sabes por qué me enamoré de ti?

porque temía morir solo y en el olvido

 

pero hoy que no estás a mi lado

comprendo que eran puras patrañas

 

cosas de la edad

cosas de la edad

 

 

f)

 

si te preguntan algún día

cuándo me olvidaste

contesta que mañana

                mañana me olvidaste

porque quizá hoy

no tengas más un recuerdo mío

 

 

g)

 

la mañana amaneció fría

entonces acaricié su cuerpo

le di calor

bese su cuello   toqué sus nalgas

sentí el rocío de su entrepierna

mojar mi mano… mi cara

 

luego entonces me la cogí

           juro que me la cogí

a la mañana

siempre que se pueda

hay que hacerla enteramente hembra

 

 

h)

 

mi habitación se llenó de soledad

de recuerdos grises

ayer te vas sin despedirte

hoy no estarás

aunque el perfume de tu cuerpo permanezca en mi cama

 

 

i)

 

mi casa te extraña todavía

la sorprendí llorando todo el verano

 

 

 

 

Anatomía de una despedida

 

para ti Gabriela

 

a

 

todavía no te vas y ya te siento lejos

triste guardo fragmentos de tu vida en cajas

a las que sello la boca con cinta canela

cajas que el día de mañana abrirás

para que te cuenten alguna mentira

en una lejana morada

 

triste   con la tristeza gris

de este pinche sábado de junio

guardo tus cosas más íntimas:

tus senos que mis labios besaron

tus pezones duros como almendras

tu pubis y tu clítoris y tus rasurados vellos

y tus nalgas redondas como un bostezo de dios por la mañana

 

guardo tus gemidos y tus muchos orgasmos

tu mirada perdida en el espejo cóncavo

tu sudor confundido

con el llanto matutino de la regadera

o con tus desbocadas venidas vespertinas

 

guardo tus muslos cálidos apretando mi cuerpo

asfixiando mi alma

tus uñas fundidas en mi espalda

tus besos recorriéndome de arribabajo

 

todavía no te vas   gabriela   y ya te siento tan lejos

 

 

b

 

gabriela   grito tu nombre y me lo callo

me lo calzo para andar las avenidas largas

de universidad y quevedo   de eje 10 y la viga

de insurgentes y ermita… de mi cuerpo a tu cuerpo.

 

gabriela   cómo me haces falta a las 11 de la mañana

y a las 5 de la tarde y a las 10 de la noche

y a las 3 de la madrugada

 

gabriela   estoy que me lleva la chingada

y tú tan lejos a 1140 kilómetros de distancia

a 1140 metros sobre el nivel del mar

a 1140 cigarros fumados desde que te fuiste

 

 

c

 

la soledad   gabriela   es canalla ¿sabes?

se cuela como el polvo

por alguna rendija de la puerta

o por las ventanas cerradas

y permanece en casa inédita

entre los libros y muebles

en los zapatos con los que desandas el día

con las que andas la muerte

en las flores que tienen la vida contada

en un jarrón con agua

 

la soledad   gabriela   es canalla ¿sabes?

en ocasiones entra por uno de tus ojos

como la luz   como mi cuerpo desnudo

y otras veces entra por la plantas de tus pies

sube por el espinazo

y se instala como un ave en tu pecho

donde hace verano

 

 

ch

 

parís lo conocí por ti   gabriela

por tus viajes

por tus fotografías en montparnasse

en montmartre   en champs-elysées

en la lencería puteque que compraste

y que alguna noche desenfrenada

te arranqué del cuerpo

 

parís lo conocí también en los versos de fayad jamís

en los poemas elocuentes de césar vallejo

parís   gabriela lo reconocí en tu desnudo cuerpo

frío como el sena

 

 

d

 

hoy me emputo con la vida

por jugar de esta manera con nosotros

 

me emputo con quienes se han ido

primero mi padre   luego mi hija   después mi hermano

y mi abuela y ahora tú   gabriela

 

me emputo con la distancia

que te tiene enarbolando un porvenir nuevo

 

me emputo con el teléfono de tu casa

que repica y repica a altas horas de la noche

y me hace pensar estupidez y media ¿lo recuerdas?

 

me emputo con tus amigos

y las despedidas que duran hasta la madrugada   me contabas

 

me emputo y me repito calma

y tu voz me dice calma

y tus ojos me miran con calma

y tu cuerpo me proporciona calma   cama   alma

 

 

e

 

el mundo nunca será el mismo

después de uno de tus besos

 

aquella tarde el mundo cambió

y nos olvidamos de los hijos

y caminé el empedrado de tu vientre

visité las capillas de tus pechos

donde hice alguna oración por mis muertos

bebí el agua salada de tu fuente

y me paré en el ombligo del mundo de tu cuerpo

 

el mundo nunca será el mismo

después de uno de tus besos   lo sé

 

habrá que nacer de nuevo

para encontrarte en otro espacio y en otro tiempo

 

 

f

 

nada podrá hacerme olvidar tu cuerpo

ni siquiera tu sonrisa en el tiempo congelada

ni tus caricias olvidadas en el bosque de mi alma

 

nada podrá hacerme olvidar tu cuerpo

ni la distancia en tu pecho acurrucada

menos aun los versos que te escribo de noche

 

nada podrá hacerme olvidar tu cuerpo   nada

ni tus hijos   ni mi hijo   ni los amigos

tampoco el infernal calor de tu nueva casa

 

nada podrá hacerme olvidar tu cuerpo   nada

ni el cigarro que me desayuno en la mañana

ni el jodido café frío que sobró de anoche

 

sólo tu cuerpo   sólo tu cuerpo   tendido sobre mi cama

me incita todas las tardes todas las noches a olvidarte

 

 

g

 

hoy amanecí en tu cama   en tu calma   en tu alma

tu cuerpo completamente desnudo pegado al mío

 

sin molestar tu sueño

me levanté a orinar y me lave la cara

el sol acomodó su mejilla en tus muslos

y te miré indefensa como minusválido

 

cuando duermes la vida se detiene   me di cuenta

y ningún reclamo se antoja   ninguna palabra

y en mi cuello las venas se inflaman

y los te quiero se ahogan uno a uno en la memoria

 

no quisiera despertarte   gabriela   con palabras

ni testereando tu cuerpo con mi aliento

ni siquiera dejé pasar el viento que tocaba la ventana

 

me gustaría despertarte con un beso   como el primero

en tu cama   en tu calma   en tu alma

mi cuerpo completamente desnudo pegado al tuyo

 

 

h

 

desnudos recibimos la tarde

anhelantes de estar juntos toda la vida

salpicando felicidad por todos los rincones de tu casa

 

te fuiste extendiendo en mi alma   día tras día

como una mancha de tinta que se hace gigante

sobre una camisa blanca

 

el día que te marchaste

nada ni nadie te detuvo

yo mismo no quise hacerlo

 

 

i

 

y mientras nos amábamos

como un par de locos

le ibas fracturando las manecillas al reloj

te entretenías haciendo ecuaciones en mi espalda

o mirándote en el pozo de mis ojos

o hablándome del futuro con palabras que se deshojaban

y no hacían eco en las paredes de mi oído

 

 

j

 

al amanecer recogíamos nuestras prendas

como quien recoge los cuerpos

de quienes han muerto en el campo de batalla

 

dispersos tu brasier y tu falda

mi pantalón y los calcetines

tus braguitas francesas sobre una silla

 

batallas como la de anoche

sí que vale la pena pelearlas

cuerpo a cuerpo

 

 

k

 

te vas a gómez palacio y sólo me dejas

algunas instantáneas

dispersas en la memoria

comiendo un pastel con los hijos

acurrucada en mis brazos   lacia

llorando el amor perdido

fumándote la tarde en un pinche marlboro,

pateándole el fundillo al tiempo

refrescándote la vida con un vaso de boone’s

llorando el amor encontrado

besándome con tanta devocía

cabalgando mi cuerpo

peleando con tus putos fantasmas

desnuda de frente   de espalda   de tres cuartos

y la más reciente   gabriela

sentada frente a mí zurciendo el reloj de la sala

por donde nuestras horas

nuestros mejores momentos

hoy de mañana se nos escapan

                                               se escapan

escapan

 

 

l

 

quisiera seguir escribiendo

pero hay veces las musas celosas se marchan

y las palabras como las hojas en otoño

prefieren acabar en el suelo pisoteadas

 

es una lucha cabrona   gabriela

esta de escribir poemas

que para muchos no sirven para nada

no reviven a un muerto

no armonizan la vida

no detienen el tiempo

no sanan las heridas

no salvan al amor   por lo menos no el nuestro

no evitan las guerras

no te traen suerte

no cumplen los sueños

no saben llorar

 

difícilmente son más bellos que una puesta de sol

o que una mirada tuya cuando te despiertas

o que una despedida de grandes amigos

o que el vicio de cigarro que he vuelto a adquirir

 

 

ll

 

gabriela   ¿sabes de qué lado se encuentra el corazón?

yo no   se me ha olvidado

hace tiempo que me lo arrancaron

 

pero hay veces

cuando estoy con socorro   mi terapeuta   mi amiga

me miro en el espejo líquido de su cuerpo

escucho a lo lejos sus latidos que me llaman

y voy a su encuentro

 

 

m

 

las despedidas siempre son tristes

así me lo han hecho ver

uno se va y no sabe si regresa

 

nuestra despedida siempre será triste

tú te vas y yo sé que no regresas

 

porque “hay amores que duran algo menos que un beso

y besos que han durado algo más que una vida”

me lo enseñó un amigo que hoy descansa en su tumba

 

 

n

 

aquel día esperé como un pendejo

que llamaras… y nada.

 

sé que habrá una excusa muy temprano

una verdad desnuda   una mentira rota

 

aquel día esperé como un pendejo

que llamaras… y nada

 

¡dios! un colibrí

se ha colado por mi ventana

 

 

ñ

 

con los cuerpos de mis muertos

he abonado tu porvenir

para que con tu llanto crezcan flores en tus ojos

 

gabriela   frente al mar de soledades

de sol y edades

de soledad es que cuento

las olas que me quedan de vida

 

ahora que estoy enfermo de ti

dejo escrito mi testamento

sobre la arena

en la playa de tu cuerpo

 

 

Datos vitales

Juan Carlos H. Vera (México, D. F., 1963). Poeta y editor. Estudió la. Licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas en Facultad de Filosofía y Letras de la unam. Actualmente es editor en la Facultad de Filosofía y Letras de la unam. Director, editor y fundador de Ediciones Arlequín. Desde los noventas viene publicando en revista y suplementos de circulación nacional. Su obra poética abarca los siguientes libros: Cuarto de siglo (México, Cuarto Creciente, 1990); 49 poemas y una carta (México, Ediciones Lagarto, 1994); Donde la espiral termina en un ombligo (México, 69 Ediciones, 1994) y Sin antes ni después (México, Tintanueva Ediciones, 2004). Anatomía de una despedida (México, Raíz del Agua/Juan Carlos H. Vera Editor, 2009). Asimismo es coautor de: Archipiélago Carnal. Poesía-Narrativa (México, Praxis, 1988); Anuario de Poesía 1990 (México, inba, 1990); Poesía en la Facultad. Antología. Selec. y próls. de Elsa Cross, Federico Patán, Eduardo Casar y Hernán Lavín Cerda. (México, ffyl, unam, 1990); La sangre de su sombra. Homenaje a Xavier Villaurrutia (México, man/cnca/inba, 1995), Eco de voces. (Generación poética de los sesentas). Selec., present. y notas de Juan Carlos H. Vera (México, Ediciones Arlequín/Sigma Servicios Editoriales/fonca, 2004) y Animales distintos. Muestra de poetas argentinos, españoles y mexicanos nacidos en los sesentas. Juan Carlos H. Vera, coord. . Selec., present. y notas de Ana Franco Ortuño, Antonio Portela Benjamín Barajas y J. C. H. Vera. (México, Ediciones Arlequín/Sigma Servicios Editoriales/fonca, 2008).

 

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