Poetcast: Iván Cruz

Iván Cruz Foto Álvaro Solís

En voz del autor, presentamos poemas de Iván Cruz. Tanto de Tiempo de Guernica (Editorial Praxis, 2005) como del recientmente publicado Contracanto (Ediciones Malpaís). 

 

 

Poetcast Pista 56. Iván Cruz: Tiempo de Guernica
Descripción:

Que tus legiones te sacien de oro, que sea próspera tu batalla en los valles cerrados y

brumosos de mi reino. Que te sirvan de alimento aquellos que se oponen a tu espada.

Que la sangre de mi pueblo te colme de gloria. Que salgas victorioso. Que tus Dioses

icen sus banderas y que exhiban nuestra sorda eternidad, nuestro inofensivo nombre

indigno del mañana. 

 

 

 

2

(9/11)

Con qué certeza

nos encaminaban al matadero,

con qué abyecta paciencia

consumieron generaciones

y orinaron a nuestros muertos.

Hoy, la abundancia de sus certezas,

la abyecta paciencia de sus legiones

se mide en el raudal de sus escombros.

 

 

 

3

No volvió la espada a su vaina.

No se desprendió la mano que oprime el hierro atroz.

 

 

 

6

¿Hasta cuándo estaréis así echados?

¿Cuándo tendréis, jóvenes, el alma valiente?

Calino.

Al contemplar su muerte,

en vivo y en directo,

las veinticuatro horas del día,

se perfecciona el exterminio.

No estás muerto, lo sabes:

cuando te extingas,

te lo dirá el televisor. 

 

 

 

, IRAQ,

No hace falta explicar con sintaxis

los colmillos filosos de la fiera,

ni con esta tinta la sangre de la víctima.

No hace falta recitar poemas,

ni siquiera escribirlos, rabiosamente

contra el escritorio.

Hace falta el silencio

en la pluma, en las vísceras, en los versos,

hace falta cerrar los ojos,

                         cerrarnos

         los unos a los otros

                            los ojos

          como a los muertos.

 

 

 

11

No somos mejores ni distintos

a nuestros padres y abuelos.

No hay por qué sentirse superiores,

ni la internet ni los autos aerodinámicos

ni el teléfono celular nos distinguen

del telégrafo, de las carretas tiradas por mulas.

Como ellos hemos venido a morir,

a irnos sin dejar huella,

a hacerles compañía en el fracaso.

 

 

 

13

(Coda)

“Por favor: no dramatice;

ya ha vuelto la calma,

todos han hallado su lugar

y toman asiento discretamente.

Será mejor que se habitúe,

seguir de pie,

desentona.”

 

 

 

Poetcast Pista 55. Iván Cruz: Atalaya (Contracanto)
Descripción:

Atalaya

Los vi partir con el fervor gastado a cuestas,

con una palabra sin edad asfixiando su pecho,

con un ramo de nardos creciendo entre sus manos,

antes de los siglos de la historia.

 

Los vi partir con el odio y el amor perdidos,

deseosos de encontrar

un nuevo corazón en el mundo,

y volver los latidos

a la tierra largamente viva

en la podredumbre de sus héroes,

en la desnudez de sus hijos muertos.

 

Los vi como bellos ángeles

negarse

al amor de los falsos adioses,

y tirarse al desamor

en las cantinas

mientras alguien tejía todas las muertes

que nos corresponden

con una pequeña sonrisa

y los ojos manantiales

hundidos en el silencio.

 

Los vi partir

mientras amanecía en el Cuzco,

antes de irse al mar

de donde vienen los dolores.

Y no he olvidado los barcos,

que se llevaron su canto,

desaparecer

en la furia de los cielos,

en la recia tormenta del océano,

en el grito de las nueves

convertidas en odio.

 

Los vi y hoy debo clamar su huida

en este suelo desangrado,

en este páramo de las altas mentiras

como un chingolo solitario

o un quetzal desnudo.

 

Yo los vi desde estas alturas,

y sólo ruego a los dioses

el fin de mi triste faena

o acaso la ceguera

para mis ojos marchitos

que ya no sueñan,

que ya no recuerdan el descanso.

 

 

 

Poetcast Pista 54. Iván Cruz: Andrés Bello (Contracanto)
Descripción:

Andrés Bello

 

Navegué toda la noche 

con la mirada fija en los días por delante,

con el miedo apretado en los puños.

 

Algo de la Tierra que dejé atrás

ha labrado mi sombra y mi abismo,

y aún no sé de qué patio,

de qué puerto sin brillo partí

con los sueños desvanecidos.

 

Pero sé que no habrá regreso,

porque nadie vuelve

para atizar los rescoldos

de su propia ceniza.

 

 

 

Poetcast Pista 53. Iván Cruz: Corifeo (Contracanto)
Descripción:

Corifeo

 

Vengo de gritar tu nombre,

de clamar a la vastedad de la noche

una palabra inofensiva

que sonó como el nombre de una patria.

Vengo de gritar

que Malintzin ha muerto

y que su corazón quedó torcido

como el alma de sus hijos,

que Cortés llora la ausencia

mientras ordena

las cargas sobre las muchedumbres,

y los pueblos se dispersan

como archipiélagos marcados con tiza.

 

Vengo de gritar tu nombre,

pero eso no importa,

la noche es blanca en los Andes,

y estoy solo,

y necesito una mujer

que no diga

que no es tiempo para el amor,

que amar en estos tiempos

es lo mismo que flotar como un cadáver 

frente a las playas;

por eso grito tu nombre

y traigo estas viejas piedras

desgajadas del Chimborazo y el Aconcagua,

la arena sedienta del desierto de Sonora,

y este buchito de agua del lago Titicaca

para que sonrías

y pronuncies mi nombre,

que no recuerdo,

que me fue arrebatado,

y que quiero escuchar de tus labios.

 

La noche es blanca en los Andes.

Yo vi los triunfos en Cochabamba,

en Junín,

en Guanajuato.

Vi a Hidalgo y a San Martín

admirarse cuando Quetzalcóatl

sangró su miembro

sobre los huesos polvosos

de Lautaro y Cuauhtémoc

para tornarlos al mar de la vida

como hombres nuevos

y hacerlos pelear

por el país que pendía bocabajo

como un ahorcado.

 

Vengo de gritar tu nombre,

de enseñar ola tras ola

el mar de mi desesperación.

Vean mi sombrero, vean mi reloj,

yo pude ser Margaret Thatcher

y ganar una guerra más grande que ésta,

y hablar de países lejanos,

y poner mi bandera en islas

donde me cabe un solo pie.

 

Yo pude ser Pancho Villa

o Ernesto Guevara o Sandino,

y agitar en el aire nuevas banderas,

y llevar en la garganta

como un solo canto

a nuestros pueblos,

pero las banderas se han vuelto trapos

flotando sobre los paredones,

y yo sólo soy un montañés

que no pudo ser un vagabundo de los puertos,

que no conoció los bares flotantes

de Rotterdam ni de Marsella,

y en cambio miró a Mar del Plata,

a Cartagena,

a Veracruz,

a Valparaíso,

y pudo sentir el rumor de todos los mares,

y los labios salados

de todas las mujeres de las costas.

 

Vengo de gritar tu nombre, 

de ver a los marinos que tienden las velas,

y confían a los mares su destino.

Los heraldos han dicho

que la pampa está en llamas,

que arde el sitio en Cuautla,

que Morelos agita el doliente de Hidalgo,

que el Pacífico y el Atlántico

revientan en los cascos de los barcos,

que una mujer pasea sus lamentos

en las calles angostas

 

No vendrá nadie

a contar tu ceniza,

nadie gritará tu muerte,

invocarás su nombre,

pero ella no vendrá,

nadie te espera,

nadie te ha buscado nunca.

 

La noche es blanca en los Andes.

A diario cantamos un epitafio,

una historia más de desamor.

Todo el continente es desamor,

no un viñedo mendocino

abriéndose paso hacia la cordillera,

no el desierto boliviano buscando la salida al mar.

 

Vengo de gritar tu nombre,

pero eso no importa,

siento que he gritado todo el amor

y toda la desolación de nuestros padres,

sin dejar de estar solo,

sin dejar de tener miedo,

como un marinero a la deriva

que sólo espera el grito de las sirenas.

 

 

Datos vitales

Iván Cruz Osorio nace en la Ciudad de México en 1980. Poeta, ensayista y traductor. Terminó la carrera de Lengua y Literaturas Modernas Inglesas en la UNAM. Actualmente se desempeña como secretario de redacción de la revista de literatura Viento en vela. Es autor de Tiempo de Guernica (Editorial Praxis, 2005); poemas suyos aparecen en el libro colectivo Espacio en disidencia (Praxis, 2005); y en antologías como: Los mejores poemas mexicanos. Ediciones 2005 y 2006; Anuario de poesía mexicana 2005 y 2006; y La luz que va dando nombre [1965-1985]. Veinte años de la poesía última en México. En 2008 obtuvo el primer lugar en el 1er. Certamen Internacional de Poesía Bernardo Ruiz.

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