En este lunes un acercamiento a la poesía de la colombiana Fátima Vélez (Manizales, 1985). Vélez ha realizado estudios de literatura y filosofia en la Universidad de los Andes. Actualmente, se encuentra cursando la maestría en escrituras creativas de la Universidad Nacional de Colombia.
Primera orilla
Alejando al cuerpo
del desprendimiento de sus partes
no pudimos evitar que la marea descendiera
y allí
un hombre tendido
abierto
fragmentado
como todo aquello que intentábamos salvar.
Acercamos la mirada
La limpiamos para confirmar que no fuera otra de sus manchas
-cuerpo de hombre confirmamos-
y entonces abrió su voz
abrió su voz y dijo:
“eso que otros han llamado abismo
es lo que yo llamo tierra adentro”
Y si la tierra tembló mientras él me miraba
no fue porque en su cuerpo resucitaran mis raíces
fue porque de nuevo los cielos eran fértiles
y podíamos sembrar jardines que se ondulaban en la nada
porque dimos vida a los mares que crecieron entre peces
porque el cuerpo se mantuvo firme
y fue evidencia
revelación
de que entonces no era la tierra la que temblaba
sino el silencio.
Promesa del día muerto
El día congela mis párpados ante la espera
pero la mañana no nos besa las manos
ni traza con firmeza sus líneas
y una luz no se instala en nosotros
con voz propia mostrándonos el camino,
y un grito no traspasa el instante del abandono
de todo lo que habita y nació muerto entre nosotros
Pues donde había corazón
sólo una piel que se resiste a tomar forma,
y la complicidad del silencio
extendió sus dominios
con raíces oscuras,
y nosotros
contemplando la lluvia
cuando ciegamente creíamos en el cielo azul de esta mañana.
Ojos abiertos
Sin poder distinguir si soy yo,
o es la distancia apresurando el cuerpo,
enmudeciendo los pasos que se acercan,
vigilando los rincones que no están
pero que a ti se dirigen
con esa voz de donde huyen las cosas
Yo,
o en el fondo algo que amanece
sin poder asegurar que sea el sol
o el deseo de verter mi corazón sobre todo lo que veo
Yo
o mi presencia el día en que del cuerpo estalle
para velar el sueño de una muerte anticipada.
Tercera orilla
Si hemos de callar todo este tiempo
que sea para siempre.
Tú dirás que no es posible hablarme con el cielo mojado
y que ahora que empieza a inundarse
no puedes distinguir si son tuyos
o míos
los cielos que se abren,
los mares que se aproximan a la catástrofe.
Si es por eso que se te enmudecen los ojos y las manos
y andas ciego de voz
y las palabras se vuelven mariposas
que te enredan la garganta,
si es por eso,
que sea para siempre.
Yo por mi parte
puse las manos sobre una piedra oscura
sin saber que iba a morir,
que iba a ser un acto milagroso despertar
para suplicarte que no estallaras,
que no estallaras
mientras estuviera envuelta
en esa niebla que escogiste respirar.
Datos vitales
Fátima Vélez Giraldo, poeta nacida en Manizales en el año de 1985. Ha realizado estudios de literatura y filosofia en la Universidad de los Andes. Ha participado en varios talleres de creación literaria en la ciudad de Bogotá. Actualmente, se encuentra cursando la maestría en escrituras creativas de la Universidad Nacional de Colombia.