Era, es y no, cuento de Javier Chavelas

Javier-Chavelaz[1]Javier Chavelas (Puebla, 1992) estudia los primeros semestres de Comunicación. Es tallerista de Manuel R. Montes y de Álvaro Solís. Presentamos a continuación su primer cuento.

 

Era, es y no

 

También fue la puta que más amé.

Todo está sucio: huele peor que a mierda; los focos están por fundirse; las paredes incoloras, manchadas y opacas; y mientras orino, a sabiendas de que afuera tengo que presentar el espectáculo y mi basura irá a Polonia,  recuerdo, silente, la basura que fue mi padre. Recuerdo vagamente aquel 29 bisiesto de 1948.  Tenía yo los desapercibidos 14 años cumplidos y ya me habían apedreado el lado izquierdo: era como si me hubieran salpicado con mil alfileres el coxis. Me sentí con la necesidad. Tal vez le hice la pregunta más irracional, sinsentido y nefasta: “¿Alguna vez amaste, Papá?” .Ni siquiera me miró. Pude observar sin embargo la arritmia en sus manos sucias y lo trastornado de sus córneas. Y respondió, al tiempo bajaba las manos y se rascaba los testículos:

-Siempre fue una puta, la más puta; pero la puta que más he amado.

En primera instancia consideré a mi madre. Vi como Diego (el único latino radicado ahí) se la cogía en mi cuarto, en mi cama. Y comprendí, entonces, que mis padres no se amaban. Sólo intercambiaban fluidos y creían ser felices. Peor aún: pensaban que yo me tragaba su cuento. Ella no fue. Fue puta, pero no la que mi padre amó a desvarío. No era mi trabajo pero para comprender a mi padre decidí buscar a su puta.

Acudí, en primera instancia, a los álbumes de fotos. Busqué entre sus cajones, en los de mi madre, en todo sitio; y no hallé ninguna mísera pista. Yo sabía que él tenía recuerdos estampados, sin embargo, hasta hoy, nunca supe donde los arrojó. Quizás para no poder interpretarlo ni mucho menos cuestionarlo. Pudiera ser que todas las situaciones se le juntaron para volverse la escoria que fue: entró al circo a los seis años, y no salió sino medio cobijado por maderas; las secuelas de la Primera Guerra; la creación de Checoslovaquia; el exilio y el arropamiento a los alemanes. Pudo haber sido todo eso…o fue, reitero, la puta. Fue entonces que aquí, en el circo, indagué por completo para que alguien me diera solución. El primer paso dado fue con Jansen, el mimo. Y el único alemán que no se consideraba hijo de su país. Él pregonó alguna vez: “Alemania excluyó a mi familia, Checoslovaquia la arropó”. La familia de Jansen era muy cercana a la de Kryztof, mi padre, así que decidí preguntarle si, antes de mi madre, mi padre tuvo agonías amorosas. Me dijo que a él nunca se le vio enamorado y sobre todo que no daba tiempo para esas cosas. Con aquella respuesta vacía y derramada decidí ir con Sarah, la del fuego apabullante, la indio-rumana, la exótica. El solo pensar que acudiría a ella hacia que las piernas tambalearan. Sobra decir que estaba enamorado de ella. Ella realizando su acto de fuego: yo detrás del escenario masturbándome. Recité la misma pregunta. Recitó la misma respuesta. Quedé vacío; e iba con el ombligo desorbitado y los ojos cortados. Y otra vez me están llamando para presentarlos: “¡Kryztof, debes presentar ya!”. Retroalimentación: ¡Estoy cagando, ¿podrían esperar!?

¿En qué me quedé? Malditos bastardos. No recuerdo.

He terminado de cagar. Lavo mis arrítmicas manos. Me detengo a observar mi cara cicatrizada en el espejo…Y me duele no haber hecho nada con mi asquerosa vida. Este circo mal oliente postrado aquí, en República Checa, en Bohemia, en este pueblo desgraciado comparado con Praga. Este circo: de putas y bufarrones.

Voy directo a presentar. El pasillo apesta. El estómago se me revuelve. Quiero cagar otra vez. A mis 63 años no puedo estar viviendo así. Veo entre el público a una mujer extraña: morena y con vestido de ballet. Será otra trastornada. No es de por aquí. Y de la nada recuerdo a Miroslava, mi madre.  Y pienso, sin llegar nada: también fue la puta que yo más amé.

 

 

Datos vitales

F. Javier Chavelas Reyes (Puebla, 1992). Actualmente es estudiante del segundo semestre de Comunicación en la Universidad IDEA Siglo XXI.

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