En el marco del dossier de cuento chileno preparado por Reinaldo Marchant, presentamos la narrativa de Verónica Klare. Es Ingeniera comercial y ha publicado en distintas revistas chilenas. Es una de las narradoras jóvenes más interesantes de aquella tradición.
Amigos del Alma
–No era del todo malo ese cuento breve –deslizó generoso Poe, tomando una copa de la vitrina.
–Después de todo era breve –agregó Maupassant.
–Breve como nuestras vidas –balbuceó Chejov, dejando caer su copa intencionalmente.
–¡El dueño de casa y su invitado duermen!
–¿No los ha despertado aún el chirrrido de esos goznes?
–Ese autor es de aquellos que creen que al escritor le corresponde escribir algo con sentido pero al lector descubrírselo. Filósofo… –ironizó Maupassant.
–Al que escribe por mandato del alma, culminado el oficio, le arrebatan y cuando demora le esperan –prosiguió Chejov con nostalgia–. De haberlo sabido…
–Bueno, en nuestro caso Edgar, frente al delirio sin cura…
–Tampoco aceptaba la inmortalidad del espíritu –agregó pensativo Chejov.
–Liberado sea el cuervo de toda culpa…
–Amigos del alma, me parece que a ese hombre deberíamos ayudarlo –exclamó Chejov–. Tal vez pudiéramos nosotros inspirarle un cuento.
–¡Sobre nosotros mismos!
–El verdadero protagonista es aquel que observa.
–¡El título se lo dejaremos a él!
–¿Y el final sorprendente?
–Aquí mañana a la media noche, en la casa de Usher, ahora debo reencontrarme con Leonor –respondió Poe con una sonrisa, diluyéndose entre las sombras del salón.