Presentamos el trabajo del poeta chileno Christian González Díaz (Santiago, Chile, 1974). Es poeta, narrador y activista. Especialista en plataformas para el desarrollo de iniciativas sociales, económicas y vitales. Escribió Del amor, el desamor, los encuentros y las fugas, 2005.
Ahora
Mis ojos ven permanentemente
a mi amada Valeria
viaja conmigo en cada paso
descansa cuando mi cuerpo cansado se detiene
derrama dicha en mis letras
me convierte en arrecife de mármol
cuando me amenaza el mar
Es mirada de libertad
cuando soy prisionero
late mi corazón
mi sangre está caliente
mi talento abusa de argumentos para tenerte
Nuestra soledad menosprecia lo humano
la muerte nos espera juntos.
Manifiesto por la Integración de los pueblos de Chile y Bolivia
Creemos que la poesía nos hará evadir lo propenso que estamos a tomar el camino incorrecto. Señalamos la necesidad de intercambiar palabras, visiones, magia, imágenes y sueños con nuestros hermanos bolivianos a través de la poesía, para adquirir una conciencia más profunda y rodearla de un aura luminosa que permita la integración de las raíces y de sus transformaciones, creando una atmósfera encantada de unidad y paz para los pueblos.
Declaramos que estas voces están vírgenes de prejuicios, nacen en el alba primera del continente, su precisión estará dada por los pueblos que se suman a convertir las probabilidades en certezas y su valor está marcado por todo lo que imaginamos. La Poesía pretende cambiar las cosas y extraer aquello que se vuelve caos, pues el mundo refleja sólo una parte del valor de las palabras más allá de la vista humana, directo a su naturaleza.
Desafiamos a la razón, para escuchar de manera cierta el estrechar de manos de estos pueblos, remontándonos al parto universal de la voz inmortal; amasando las tradiciones, los vocablos, las alegrías, las tristezas, los miedos, los rencores orígenes de un nuevo tiempo de paz que penetre la carne y encienda el alma en su plano superior.
Tendemos la mano a los pueblos para la ida y la vuelta, para caminar juntos al último horizonte, más alto que la cumbre en que nos encontramos, donde por el campo se extiende la vida, el espacio, el tiempo, la razón, la fantasía, el espíritu y la materia.”
A la generación que se levanta
Dulce manjar de la inocencia
descubres cada día la vida que llevas
vives en tus sueños el futuro de las huellas
que dejas sobre el pasto que pinta nuestra tierra
acércate
tiende tu mano sobre los vientos
arrulla mi mente
escucha el silbido del nacer de las flores
convéncete de lo bello en el horizonte
camina tranquila hasta que tus alas inicien el ruedo
avanza por las rocas húmedas del mar sereno
resiste ante la adversidad de los tiempos
incrusta el amor a manos llenas
vibra con las luces de las estrellas
en medio de la noche
pon tus pies sobre la tierra
para que tus sueños te levanten
Montevideo II
Me fui andando
hablando de jugar al ring raja
después del transporte al salón que no era el cabildo
dije una cosa en varias voces
Regalé imágenes difusas a los asistentes.
Gracias al medio ambiente.
Gracias al glosario para la conservación del medio ambiente
que preparamos con el maestro Leo Lobos
entre Santiago y Puente Alto,
desde el cerro Huelen al Manzano
en Montevideo y el cerro Catedral
las imágenes de Alex Chellew,
Fernández Rubí,
Carolina Labbé
Rafael Insunza las difumó al alemán
más tarde
los jarros y la salida por la ventana
me despertó frente a las flores
Aquel día como tantos otros
Por tantos otros
cogimos miles de horas para ordenarlas
había un lobo, fuimos a ver qué pasaba
grabados que hoy cuelgan de mi muralla
textos viajando por el desván en varias maletas
flora y fauna que corona este libro
escuchamos y viajamos sentados en el infinito
llegamos a ubicar otro sitio
las imágenes difusas se han perdido
podemos vernos claramente
creamos imágenes aquí en la tierra
para que miren el infinito, caminaron también primero
desde la estrella más lejana para aparecer en este sitio
caminaron o volaron tal vez este día y tantos otros
la luz se perdió entre la garúa
la oscuridad apareció en otros destinos
se despidió dos veces como de costumbre
les contestó a todos, aprovecho de desearles las buenas
les digo que el hambre no puede
Imágenes difusas X
Sólo
en medio del cemento
donde aún el pasto crece
la gente imagina muchas cosas.
Un poema virtual
podría verse
mis palabras, mis acciones
agua que lavó
mis manos, mis zapatos
padres hermanos
paradojas etapas
sueño
y cansancio
la fuerza de todos
Del amor… I
Escribo con mis ganas sobre tu pecho
te llamo desde la cúpula
con la pasión de mis brazos
vienes a mí desnuda
caminando por los nublos
¡mucho tiempo!
revientan el alma dentro
tus palabras,
tus gestos sonrojan mi carne
manos cálidas corren a desequilibrar la mente
suda tu rostro cuando te hablo
cada letra
en lo profundo.
me volveré gigante
para dormir como un niño dentro de ti.
De los encuentros…III
(Entre Santiago y Buenos Aires)
NO
te digo que NO
Recoge los pedazos de alma que esparciste en el cielo
despacio, tómalos uno a uno delicadamente
no te apresures que viene marchando la escolta
restriega sobre tus lamentos elixir de lo fecundo
inunda la tierra
levántate sobre sus olas
inmóvil calle que se te enfrenta
vuelve a tu sitio
mis brazos vienen a estrecharte.
No faltarás a mis ojos,
porque estás clavada a mis pasos
De las fugas… II
Si me dices ven
juntaré los segundos que he perdido bajo la cama
los reuniré hasta lograr el tiempo perfecto para ti
hoy no me has llamado,
¿Viajaré entonces por los aires
a ver si caigo en otros brazos?
Poetas en la Ciudad IV
Trenzo los brazos, cierro los ojos
trato de no oprimirme, carnes divinas aparecen
enciendo el fuego y preparo los dientes
retiro las pieles artificiales que han creado
manifiesta es la experticia, manifiestas son las ganas siempre
de mordisquear montañas, perderme en las quebradas
rellenar los espacios paredes de humedad fecunda
abrazan los deseos,
malditas las calles irrumpen mi camino con las falsas diosas
otros tiempos vivo yo quizás sólo
ya no creo en diosas, hambriento sigo en mi desesperación
peor que en mis tiempos de creyente
acompañado me encuentro y no quiero otras
manifiesta es la experiencia , devotas las ganas
devota es la mujer que acompaña y ama.
Trabalenguas
Sola en la selva, Silva la Sara, sal en la sopa, suple la sed, el sol del sudor, seca saliva, salva la santa, sede sativa.
Pescador de Presa XI
Vacío presente en ti que voy decidido a llenarlo
sabes perfectamente el resultado
lo conoces desde antes
mil años atrás y distantes
las lagrimas provocan notas
cuando caen en las cuerdas por las que camino
para no caer en el océano
para siempre.
Imágenes difusas I
Extraños carteros
editan en el tiempo
su cosmovisión
películas
historias
Instantes secretos
voces
Formas
caminos
difuse Vorstellungen I
Seltsame Briefträger
Drücken ihre Weltanschaung
in der Zeit aus
Filme
Geschichten
geheime Augenblicke
Stimmen
Formen
Wege
Imágenes difusas IV
Todo pasajero instante
dura
una vida
difuse Vorstellungen IV
jeder vergänlinche Augenblick
Dauert
ein Leben ( lang )
Traducción al Alemán por Rafael Insunza Figueroa (Yabar)
Poetas en la Ciudad III
El Señor
que está en la tierra y no en el cielo
quedó sordo de tanta palabra extranjera
perdió su voluntad, no quiso insistirle
dejó inmóvil su gran ponchera
hasta volverla tripa en su locura
el señor se volvió pequeño y flaco
no dejó de comentar que venía a salvarnos
fracasó en su intento
quedó atrapado con los nuestros
en el mismo infierno
vendiendo dulces a la salida de la escuela
manoseados de humedad y desencanto
olvidaron los niños hasta volverse ancianos
cuando fueron sus nietos a educarse
les dijeron el Señor esta en el cielo…
Poetas en la Ciudad VI
Relucientes del agua que los cubre
formando charcos del placer inmenso
las profundas palabras que aletargan.
Me conmuevo contigo cada día
brotan las flores
en cada esquina mientras camino,
sudan mis manos.
El sol consume las sombras
siembra su luz para que podamos vernos
en esta ciudad maldita por las gentes
bendita por los entes.
Vuela conmigo a través del tiempo
sube a este avión desbocado y chúcaro para dejarte caer en el cemento
el temporal se esfuma con las caricias
el smog no deja que vean lo bueno que somos
las aves acompañan el ruedo y ruedan en vez de volar en el cielo
mi garganta se asfixia de estos tiempos
las palabras no nacen todas han muerto
en esos segundos me pierdo infinitamente tu silueta, los colores, las almas, los jardines presentes germinan
la vida que soñamos en silencio.
Tiempo fuera
¿Dónde dejó
este viejo milico
fondeados los razonamientos?
que tanta gente anda perdiendo el tiempo
soldadito de plomo que guarda el niño en su cesta de juguetes
siento en mi cabeza un helicóptero que cae desde el closet
no tengo miedo
lo que mata en estos tiempos es el estado de cuenta
la suma y la resta entre pasivos y activos
las monedas sueltas en el bolsillo del pantalón de los viejos tiempos
la ropa que te cubre
los favores hechos y los que vienen
lo que mata es no tener el tiempo para divertir tu mente
tu reloj lo tiene con dos palitos titilando
en el circular de la vida y el tiempo
cuando recuerdas por las mañanas observarte
te das cuenta que no estás muerto
que la vida no es inercia
Patria de sangre, única tierra que conozco y me conoce,
única patria en la que creo, única puerta al infinito.
OCTAVIO PAZ
Ciudad Erótica
Duermes mientras te busco
trabajas cuando mis horas se presentan
sueñas cuando vuelvo del viaje que te busca
estudias cuando mis palabras quieren ser tus respuestas.
Aquí estoy
en el ir y venir de siempre,
entre que estas aquí y te siento
entre que escribes,
te leo,
te escribo
te pienso
entre que eres te sueño,
bebo de tus poros
en este y en otros momentos.
El cuerpo es resbaladizo amor mío
(Ilhan Berk)
Ciudad erótica uno
A veces cuando te miro desde arriba
imagino los edificios como seres
las casas como seres menores
las calles como calles interiores
cierro los ojos sólo un poco para recordar lo que sueño.
En la realidad busco la señal
pinto las fachadas con mi brocha
llego firme a los recovecos secos ahora húmedos
clava la brocha en la piel con mi pintura suavemente
las murallas muestran las grietas del tiempo,
brotan las vertientes entre sismos oscila hasta caer sobre los seres
pintándolo todo, cerrando los ojos, descansando en paz
cierro los ojos de nuevo para recordar lo que sueño
cuando te miro desde arriba y veo tu espalda
salto los muros y escapo dentro de ti
arrastrando tu piel sobre caminos
inventados por el movimiento.
Ciudad Erótica una
No quieras lo que no tienes,
quiero que me encuentres, jugar despacio a escribirnos
ver tus letras que me dicen que estás aquí
bien cerca.
Pasar por ti al hotel
y perdernos en un nuevo abrir de puertas cerradas,
asomar la mirada y mover las cortinas
volver a cerrarlas y verte atrapada
en la habitación
sobre la cama,
sobre la alfombra,
sobre tu sudor y tu sombra
piensas que pegada la piel no hay distancia.
Te fundes entre las maniobras que se abaten del alma
sudas las palabras que me apuntas en la mañana,
llego de nuevo y bebo lo que me cuentas
te suplico que creas mis deseos se pronuncian
para convencerte mientras obstruyes los ojos
me persuades tú misma que tu hircismo acabado,
me abarcas tiernamente pasmada en otra galaxia
atasco los sentidos, eres todo lo que me cerca.
Tiempos modernos
Mi índice presiona
la musiquilla del ventilador apasiona mi esperanza,
la contraseña conecta
avaricia que nace
la cámara muestra lo que ambiciona mi carne,
las letras emprenden a ensimismarse
oscila sobre mí resbalando mis manos
la imagen sobre la mía que es la misma
en punta de pies a media noche como es costumbre.
Para el desayuno, el café sobre la cama
cruza la cordillera y llega a Buenos Aires
los temblores me los presentó la niña y la bestia
se viste del uniforme de otros años,
juega conmigo a examinarse
rendirle cuentas al regente para flagelarse
los deseos que la mueven agrandándola,
transformándola
dejando su flor como hortaliza sobre la mesa
del almuerzo familiar del domingo
bajo la mesa sin prenda interior
mis dedos teclean mi contento.
“Sentir el aleteo por última vez, la inquietud,
enterrar los alfileres”
María Ramírez Delgado
Enciende
Frota la piedra, saca la chispa
sube la llama por las rendijas,
la piel arde cuando pasan las horas
por eso no me quedo sedentario
por eso me quejo y suspiro.
El aire se eclipsa y aparecen los espasmos
la lluvia interna me rodea como las nubes a la tierra,
todavía la carne jugosa aparece entre la ceniza que cae
el cigarro se enciende y roja la punta quema los ojos
agujeros que acoplan con los pensamientos
para siempre perpetuarás el sabor del tabaco
te olvidarás de lo que se hizo humo en el viento.
Entonces me di cuenta de que
el poema estaba
en el límite exacto del pecado mortal.
Jorge Robledo Ortíz
Campanadas
La cabeza cansada echa un vistazo,
hacia abajo mientras rezan
cierran los ojos y nos desbandamos.
Las salas de reunión vacías y los jardines
también ociosos,
se tropiezan con ella, la única de ojos abiertos
la virgen con sus velas encendidas habla con dios
lo negro rodea la luz y buscamos la sombra
unos árboles caídos empantanan el paso no de nosotros.
Nuestra amiga se quedo observando
la gente creyó que rezaba mientras llegaba tarde
nos dijimos que era necesaria la escapada
cayeron las ropas sólo un poco
por los curiosos que quizás con los sollozos
y suspiros aparecieran divinamente
mientras entre movimientos
buscábamos la luz que si bien divina
se alejaba de las buenas costumbres de los rezos.
Contacto
Tibios tus labios
dejan caer tus gotas
que inquiero por todos medios.
Desde el extremo me desmonto
me malgasto infinitamente en tu presencia
remiso en el vigor,
Desvanezco bañado en el sudor
que viene desde dentro,
ahí donde habita el corazón y las entrañas.
Vestidura
Alzó su falda por el lado
dulce juego feneció a la hora
después de la cacería en la selva despoblada
metido en los muslos del río,
dejó encendido el cirio y lo metió en el olvido
posó su flor en el brasero y espero que acabará la noche,
despertó por la mañana enterrada en una lanza
la miré a los cielos buscando agarrar las nubes
saque provecho de mis grandes manos
hundiéndome de nuevo
su falda falto a este acto
desnudo enjuagué mi cara
guarde los restos en mis ropas,
moribundas al costado
abandonadas
hasta que alzo su cuerpo para encontrar su falda
no dije que nada que se entendiera
más no faltaron armas.
Dama Graciosa
Dime dama graciosa
que no te importan tus pequeñas montañas
enredadas en mis manos.
Dime que cuando cantas recuerdas
los momento encerrados
la primera tarde después de la escuela
los primeros años del despertar de las flores.
Dime si volaste conmigo la primera noche
que agarré tu bicicleta
después los espasmos siguieron los temblores
después de que tus ojos se cerraron esperando mi consulta,
después de todos estos tiempos
dime si temes todavía que mire tu cuero
marcado por el paso de los cuerpos,
dímelo al oído para que los otros no logren escucharlo
dame tus palabras sin sueños
dame el titulo de dueño
que sueño mientras acaricio tus letras.
Constancia
Retorciendo al galán furioso
en el cielo luminoso que tiene fuego lujurioso
con dulces meneos blandos y duros como huesos;
travieso atravieso el sabroso
sabor de la leche que me cuentas mirando al techo
tu lecho frutado es de puta aprobada.
Delgada silueta te quiero despierta en esta noche
que no termina
con la mañana
con los días que vienen,
soñando su rosada aventura de carne colgada
del miembro recién nacido de nuevo.
El usado señuelo reconoció no ser de veras,
digo caballerosamente para desnudarte
robo tu ropa cuando me pervierten las ganas
amarro tus brazos y tus piernas cuando no quiero que escapes,
te cabalgo para que veas los movimientos circulares e infinitos
quiero que repitas las primeras veces en tus encuentros
te pido como un tonto cuando se acaban los argumentos
duermes en la cama que apareces
cuando solo mis manos vienen a escucharme
aseguras calidad y entretenimiento
perversamente duradero
aún cuando mustio me encuentro.
Datos vitales
Christian González Díaz (Santiago, Chile, 1974). Poeta, narrador y activista. Especialista en plataformas para el desarrollo de iniciativas sociales, económicas y vitales. Su actividad literaria se ha desarrollado en Chile y en países como Uruguay, Argentina, España y Dinamarca. Entre sus publicaciones destacan: Manual de formación de Lideres, todo nace en tus ideas, 1996. Imágenes difusas, Montevideo, Uruguay, 1997. Formulación de proyectos sociales, 1998. Imágenes difusas – difusse Vorstellungen, Bonn, Alemania, 1999. Del amor, el desamor, los encuentros y las fugas, 2005. Selección de 9 cuentos infantiles, La lagartija Hija, 2006. Poetas en la Ciudad, Viña del mar, 2009. Actualmente trabaja en la publicación de “Maleta Uno”, texto que recopila parte de su obra y recoge su relación con el Chile contemporáneo.