En el marco del dossier Nueva narrativa ecuatoriana, preparado por Xavier Oquendo, presentamos un relato de Valeria Muñoz (Quito, 1976). Ha publicado dos libros de cuentos: Fiel en el crepúsculo (2000), Mujer de película (2006). Dirige talleres de animación a la lectura y escritura creativa para niños y niñas.
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Predestinada
( Repertorio clásico en tres escenas)
La luna inmensa se dejaba ver cautelosa e imperceptible, como suele ser, aquella noche. Unos tacones sonoros perturbaban la quietud de la vereda y atraían los olores de los sifones malolientes. La mujer, corría apresurada, mientras el chocar del viento le quitaba la respiración.
Era casi la hora y en medio del festín abrumador de luces y vendedores se repetía así misma la escena final.
Imaginaba la cara adusta del público y la aclamación posterior luego del debut. Sus gestos debían ser apropiados, tal como lo haría una actriz griega: clásicos e imponentes. Sus movimientos debían mostrar la grotesca actitud del personaje inundado por la sangre de sus entrañas. Pero sobre todo, no podía
demostrar debilidad cuando el coro la acosara con lamentos y cuando los calcas le adivinaran el futuro.
Al fin, tras cruzar la avenida, termina el deambular de ideas y la mujer se dirige segura a la entrada del teatro. El momento había llegado, la recibe un hombre de color con un traje blanquecino, que le sonríe incrédulo y le dice:
-Bienvenida, los demás están tras bastidores.
Ella se dirige angustiada a los camerinos porque el tiempo se le viene encima y pregunta dónde está el suyo. Frente al cuartucho iluminado logra ver el traje
que usará: es una túnica plata con una cinta para resaltar la figura femenina del personaje. Cuando al fin se decide a entrar, una voz grave le dice:
–Apresúrate, la gente desespera.
Tras hacer uso de vestuario y maquillaje, se convence así misma, una vez más, que es Medea. Comienza a sentir la angustia del personaje, la sensualidad de la mujer y la locura de la madre, mientras sus ojos deambulan perplejos en el espejo del camerino.
Al fin sale, los ojos del auditorio la recorren. La escena primera es sobria: la hija del Dios del sol es sensual, es una gran hechicera. Está parada junto a su padre, el Rey de Cólquida. La mujer también pretende ser sensual, se convierte en la bruja que se enamora de Jasón, de a poco.
Regresa al camerino como la mujer, aún no se ha apropiado totalmente de la actuación. Retocan su maquillaje, es otra vez Medea. Sale a enamorarse del emprendedor argonauta y lo ayuda en su búsqueda del vellocino de oro. Medea es atrevida, inteligente y cauta. Hace uso de sus artificios y logra enloquecer a Jasón. La mujer también pretende hacerlo, se apropia más del personaje, ama y sufre desesperadamente.
Otra vez en el camerino, la mujer se siente distinta, cree que lo está logrando. Suda, mira la escarlata que debe llevar para la última escena y piensa en sus
hijos. Sale Medea a cumplir con su obligación, debe matar a todo quien se interponga en su fatídico amor por Jasón. Está de repente en Yolco
cumpliendo su destino. De pronto, la sensual Medea, la hechicera, es una descomunal figura, manchada de rojo, con ojos lunáticos y que solo piensa en
venganza. La obra concluye en medio del lamento del coro y el público aclama estruendosamente a Medea, no a la mujer.
Medea regresa exhausta y lunática al camerino, tras bastidores oye gritos ensordecedores de felicitación. Le dicen: – ¡Estuviste magnífica … Vamos, ésto hay que festejar! – Ella finge sonreír entre sollozos. Se dirige hacia la salida del teatro. Le gritan: – ¿Acaso, no piensas quitarte el vestido?
De vuelta al exterior, la nueva hechicera camina lento por el filo de la vereda, embebida en remordimientos, mientras unos hombres comentan en una esquina el asesinato brutal de unos niños por una madre lunática, que al parecer fungía de actriz clásica.
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Datos vitales
Escritora quiteña nacida en 1976. Licenciada en Letras y Literatura. Máster en Proyectos Educativos y Sociales. Máster en Literatura Infantil y juvenil. Ha publicado dos libros de cuentos: Fiel en el crepúsculo (2000), Mujer de película (2006) y más de 15 libros de texto de Lengua y Literatura. Su labor literaria se ha concentrado en la docencia a nivel medio y superior. Dirige talleres de animación a la lectura y escritura creativa para niños y niñas. Apasionada por el cine y las artes, ha incursionado constantemente en la crítica cinematográfica. “La literatura y el cine han sido mis medios y mis ritos de vida para convertirme en esta mujer; pero por supuesto, cada uno debe buscar los suyos. Muchas veces he logrado salir de la película y trascender, otras me he quedado encerrada tras la gran pantalla, pero así sucede en ocasiones en todo, hasta en la vida.”