Presentamos, en el marco de la serie “La bella kurva”, dos textos de la poeta mexicana Silvia Tomasa Rivera (El Higo, Veracruz, 1955). Ha merecido distinciones como el Premio de Poesía Paula de Allende UAQ, el Premio Nacional de Poesía Jaime Sabines, el Premio de Poesía Alfonso Reyes, el Premio Nacional de Obra de Teatro para Niños y el Premio Nacional de Poesía Carlos Pellicer para Obra Publicada 1997
Qué diera yo por saber
qué hago aquí
sobre este raído sofá masturbándome,
con un amante ausente
que me pega –y que amo.
En la calle es lo mismo.
Me duelen los hombres que me dicen
alguna palabra creyendo que es obscena ,
son como pájaros heridos que se estrellan
en una ventana sin cristal.
Soy mujer fuera de época.
Justo cuando deseaba ser locamente amada
por un estibador, o revolcarme con un asesino
sobre un costal de papas, decido guardar mi sexo,
mis pechos, mis cabellos, en un cuarto a medialuna,
y salir con la pura alma a corretear gorriones.
Los pechos de Magaly
Los pechos de Magaly
son dos enormes girasoles
que penden de su cuerpo.
Atropellan desconocidos
y se desbordan sin recelo.
La cintura no es estrecha,
pero la curva de sus caderas
es como para entrar en la vida
y no salir sobria.
Su monte de venus…
un inmenso clavel negro.
Yo quisiera leer los pechos de Magaly
y encontrar a Dios entre sus piernas.