Un poema del poeta búlgaro Rumen Stoyanov (Draganov, Bulgaria, 1941) en la traducción de Eduardo Langagne. A través de una alegoría sobre la casa, Stoyanov levanta una poética. Autor de Poemas no Brasil, Poemas lentos o La semana del hombre, ha traducido al búlgaro obras como Cien años de soledad.
Consejos del albañil
Toda cosa sirve para escribir una casa, siempre que finques las bases del poema sobre la
tierra firme.
Construye con letras fuertes la pared, sin buenos ladrillos el verso se derrumba.
Con la pluma coloca la argamasa hecha de amor, sudor y esperanza y acomoda cada
palabra en su lugar como una piedra tallada.
No es obligatorio que la estrofa tenga cuatro paredes, pero debe quedar
terminada como un cuarto.
El título es el tejado del poema: con él la casa roza la vastedad.
Cuidado con la armazón de dolor y alegría:
el error más mínimo en su honestidad, y cualquier estructura será vana.
Y recuerda: una ventana abierta es más linda que una cerrada,
no te amuralles en el poema porque los otros no podrán habitar su belleza y vivirás en
ella solitario.
El resto es cuestión de gusto y de acabado.
Traducción de Eduardo Langagne.
Tomado de
Stoyanov, Rumen. La semana del hombre. Monterrey: Oficio Ediciones, 1994. Trad. Eduardo Langagne.
Datos vitales
Rumen Stoyanov (Draganov, Bulgaria, 1941). Es poeta y traductor. Ha publicado poemas en lenguas como el portugués y español, además de los títulos en su lengua materna. Podemos mencionar Poemas no Brasil, Poemas lentos, La semana del hombre; este último en colaboración con Eduardo Langagne. Inició la carrera de letras búlgaras en la Universidad de Sofía. En 1967 se licenció en Lengua y literatura hispanoamericana en la Universidad de la Habana. Ha sido profesor de castellano y de civilización hispánica en su natal Bulgaria. Entre 1983 y 1988 se desempeñó como profesor de búlgaro en el Centro de Enseñanza de Lenguas Extranjeras de la UNAM. Es traductor al búlgaro de Cien años de soledad, además de diversos libros de Julio Cortázar, Vicente Aleixandre, Graciliano Ramos o Alejo Carpentier. También tradujo al búlgaro el Popol Vuh.