Catulo para sobrevivir la ruptura amorosa

Cornejo

Presentamos un poema de Catulo, en versión de Ernesto Cardenal, siempre útil para sobrevivir la ruptura amorosa.  En la fabulación de Marcel Schwob, Clodia, la de grandes ojos de vaca, murió al recibir repetidas puñaladas en un lupanar. Su cadáver, con párpados abiertos, fue lanzado a las aguas del Tíber.

 

 

 

 

Si es un consuelo para el hombre recordar
las buenas acciones pasadas, y pensar
que uno fue bueno, y que uno ha tenido
un buen corazón, y que fue sincero,
muchos goces tendrás en tu vida, Catulo,
y aun cuando fuera muy larga tu vida,
gracias a este amor tuyo no correspondido.
Porque todo lo que uno pudiera hacer
o decir, ya lo hiciste y lo dijiste tú,
y sin recompensa, porque fue para un corazón ingrato.
¿Entonces por qué te atormentas todavía?
¿Por qué no renuncias a ella de una vez?
Los dioses no quieren tu tristeza.
¿Que es difícil dejar de pronto un largo amor?
Es difícil…Pero tienes que hacerlo, sea como sea.
Es de vida o muerte. Tienes que ganar.
Lo tienes que hacer, puedas o no puedas.
Oh dioses, si sois misericordiosos, o si alguna vez
socorristeis a alguien en peligro de muerte,
tened misericordia de mí, y si yo le fui fiel,
libradme de este contagio, de esta peste,
que invadió como un letargo mis articulaciones,
y expulsó de mi corazón todas las alegrías.
Ya ni siquiera os pido que me corresponda,
y menos todavía (puesto que eso es imposible)
que me sea fiel. Sólo pido curarme de esta fiebre maligna.
¡Concedédmelo en premio de mi corazón fervoroso!

 

 

 

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