Foja de Poesía No. 388: Camila Charry

Presentamos algunos textos de la poeta colombiana Camila Charry. Ha publicado “Detrás de la bruma” editado por la Fundación Común Presencia, Colección Los conjurados. Es profesional en estudios literarios de la Universidad Javeriana y trabaja como profesora de Arte y Literatura. Ha dirigido talleres de creación, poesía y cuento, para jóvenes.

 

 

 

 

Del  libro  Detrás de la bruma. Fundación Común presencia, Colección Los conjurados.

 

 

 

Del  libro  Detrás de la bruma. Fundación Común presencia, Colección Los conjurados.

 

 

 

1.     Secretos

Yo guardo secretos, madre,

que me matan

esta fugacidad

es una manera de nombrarlos:

tanto deseo de todo

y la nada ya tan dentro.

 

 

 

2.      Tempestad

El deseo

íntima batalla de insectos radiantes que se alzan

como una tempestad en medio de mi noche.

 

 

 

 

 

3.      Lenguaje

En esta hondura que es mi cuerpo

laten el agua    el miedo

el goce de mirar tus ojos

calmos

limpios

como cualquier palabra

muerta.

 

 

4.      Olvido

Estarás lejos

cuando en las tardes el aguacero de siempre

esconda golondrinas y gusanos.

Sabrás al fin que olvidar es sólo

esquivar entre las calles

fantasmas

que la luz  de los faroles imagina.

 

 

 

 

5. Señales

Llueve sin afán

el día huele a ti;

atento

mi corazón palpita y desconfía

sabe

que a pesar de todas las señales

jamás vas a volver.

 

 

 

 

6.      Rito

Entrar en el silencio

mendigo que lava mis culpas.

 

 

 

 

 

(Inéditos)

 

 

I

Era por estar vivos

que nos desnudábamos

y reconocíamos

la furia en el colmillo de la noche

y era

por este apego a la carne

que día tras día

las manos quemadas por tanto sueño

arrancaban de las espinas

la luz roja de la tarde.

 

Hemos bebido, Señor

la sangre y la imagen que había en la sangre, Señor.

Paul Celán

II

Te arrojo el brillo de mis lágrimas

las tripas del sacrificio

y la cabeza muda del buey.

Te arrojo la semilla

que crece apretada

en este lado de mi noche.

A ti debo

estas pesadillas

y la respiración ausente del corazón.

 

 

 

III

Cuando al fin

los perros se callen y tras la puerta

el eco de la noche

repita mi nombre

hasta el amanecer

me habré reconciliado

con cada una de las apariciones

que la memoria trae impasible

como un trueno.

 

IV.

Al final

cada hombre escucha sólo su propia voz

como una culpa

la única.

 

Podemos imaginar un rostro en el vacío;

en ese caso el vacío nos llama la atención por su

   parecido a nosotros.

Edmond Jabés

V.

Vuelve la imagen

y el fantasma en el espejo

hace un gesto con las manos

indescifrable.

Señala una mancha en medio de su frente

y desliza su fantasmal dedo por la boca herida.

Sabe

que un largo silencio

lo sacó de la luz y que ahora

ronda  tu cuerpo que le duele

como una brillante espina

varada en su memoria más lejana.

 

 

 

 

La muerte no la conocéis, y sois vosotros mismos vuestra

muerte. Tiene la cara de cada uno de vosotros, y

todos sois muertes de vosotros mismos.

                                                                         Francisco de Quevedo (El sueño de la muerte)

 

 

VI.

Noche adentro

El perro muestra frenético sus dientes

y corre con su presa entre la boca

llanura adentro;

ha sido largo el suspiro exhalado por el que ahora es un cadáver

banquete que entre mordiscos el hambre y el instinto riñen.

El perro cruza luego la noche

la tiniebla que para él resulta el mundo humano.

Jadea, lame las magulladuras de sus días

sabe entiende

qué son la soledad y el destierro

pero desconoce la función del tiempo

su impostergable cometido;

envejecerlo todo acabarlo todo.

Como el perro

mis labios riñen con la vida y tragan luz

jamás sacian su hambre,

ya adentro la luz es un rayo

y se extiende por las entrañas del cuerpo

que también cruza la noche

magullado solitario

consciente de que será cadáver

banquete del tiempo;

ese otro perro

que llanura adentro noche adentro todo lo devora.

 

VII.

Yo escribo como hablo

desde la desgarradura de la tarde

cuando el último pájaro trina

en una rama

mientras lo imagino.

 

VIII.

Habrá que hacer como las hojas en otoño

caer sin retorno y esperar el tránsito de lo desconocido

que surca y esquiva

el recuerdo del árbol que un día se habitó.

 

IX.

De lejos vi que la montaña ardía;

eran fuegos y veranos los que brillaban en mis ojos.

Era acá, en este cuerpo

en donde ese espejismo

era el deseo y su recuerdo perdido.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Datos vitales

Camila Charry Noriega nació en Bogotá, Colombia. Tiene publicado el libro “Detrás de la bruma” editado por la Fundación Común Presencia, Colección Los conjurados. Sus poemas y reseñas han aparecido  en antologías, revistas y magazines de Colombia, España, Portugal, Argentina, México, Chile y Canadá. Es profesional en estudios literarios de la Universidad Javeriana y trabaja como profesora de Arte y Literatura. Ha dirigido talleres de creación, poesía y cuento, para jóvenes. Coordinó y dirigió el I Concurso de poesía intercolegiado en la institución donde trabaja, convocando a estudiantes de diferentes colegios de Bogotá. Actualmente prepara la segunda versión de dicho concurso. Fue finalista en el IX Concurso de poesía convocado por la Librería Mediática de Caracas y recibió mención de honor en el I Concurso de poesía organizado por la Revista Abisinia de la Universidad Javeriana de Bogotá y Mención de honor como primera finalista en el XVI concurso de poesía Ciro en el 2012 por su libro, en preparación, “Era por estar vivos”.

 

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