Presentamos la poesía de una de las últimas joyas de la poesía nicaragüense, Mario Martz (León, 1988). Es autor del poemario Viaje al reino de los tristes (2010), con el que fue uno de los ganadores del Certamen para Publicación de Obras Literarias que convoca anualmente el Centro Nicaragüense de Escritores. Obtuvo en 2006 el Primer Lugar en poesía del XII Certamen de Literatura “José Coronel Urtecho”.
PRIMERA Y ÚLTIMA EVOCACIÓN CONTRA EL MIEDO
Yo también
recuerdo a mi madre.
Me da miedo evocarla
a como quiso ser un día.
Pensó en los desaires
que provocaba
la maternidad prematura,
pero no fue obstáculo
para que enrollase la cuerda
de la caja de música
en la silla mecedora.
Llegó a un asilo de ancianos
muerta de miedo:
La guerra la sorprendió
en el parto.
Un día las calles quedaron
desiertas
de mujeres tristes
que sonreían
por haber visto morir el miedo
en sus pechos.
Y todavía hay misterios de goteras
que caen en la garganta
del niño muerto:
—el invierno que lejos llegó
de las colinas de sal.
Mi ciudad se encendió
luego que las rocas
fueron manchadas de sangre,
los hombres y mujeres
olvidaron que la paz
era la gloria perdida de los años
y que entonces,
la revolución de los miedos
era el triunfo sepultado
en el vientre
de las madres solteras.
(Del libro Viaje al reino de los tristes, CNE, 2010)
CONFESIÓN DE UNA MUJER CUALQUIERA
Mamá está orgullosa de mí
porque a mis veinte años
no he probado
ni una sola gota de alcohol
por eso cedió
darme permiso
de venir a este mundo.
Lo que ella no sabe
(qué tristeza mamá)
es que el orgullo que siente
por la ingenuidad
que Dios le imprimió en su frente
se proyecta en la falta de confianza
de ese doble mía
que anuncia la llegada
de la siguiente ronda de cervezas.
(Del libro Viaje al reino de los tristes, CNE, 2010)
UN HOMBRE CANTA Y RECUERDA
He aquí un hombre que canta
y recuerda.
Aris Disteos
A Salvador Cardenal
Por aquí vimos pasar
a los niños
que ahora son viejos.
Ya sé que el tiempo
es un joven avaro
que acusa a los buenos hombres:
Antes que naciéramos
eran infantes felices
jugando a la guerra
con soldados de barro.
Hice dormir al día
en el bolsillo de mi pantalón
y desde entonces
la noche construyó
casa en mi cuerpo.
Dejé desvanecer a las mujeres
que venían a mi encuentro
cuando torpe y sordo de corazón
preguntaban por el amor
que un día perdieron
por temor a lo ignorado.
Hace tiempo que olvidé el horror
y la lástima
porque el antiguo silencio
dibujado en las hojas de los árboles
era la vida del hombre
que en esta ciega tarde
canta y murmura su orfandad.
(Del libro Viaje al reino de los tristes, CNE, 2010)
LA ORFANDAD DEL MAR
El mar se ha quedado
huérfano, los marineros
y los barcos
declinan en una hoja
manchada en sangre
porque cada vez que viajan
al reino de los tristes
comprenden
que la vida es un viaje en paracaídas
y no lo que tú quieres creer
y yo he creído que tu sonrisa
es una lágrima sembrada en mis ojos
cuando mi tristeza muere
en tu cama de algas.
(Del libro Viaje al reino de los tristes, CNE, 2010)
TAMBIÉN UN VIENTRE LLORA DE ALEGRÍA
(patrimonio de la tristeza)
A este cementerio
de pájaros
a este niño muerto
encontrado
en el basurero municipal
lo han declarado
patrimonio de la tristeza
—nada extraño para mujeres como tú:
Te ves al espejo
y eres una anoréxica
ante esa muerte que te ampara
insistes en burlarte
de ella,
mientras ella
insiste nacer de tu vientre:
«!silencio! la tierra va a dar a luz un árbol»
el sarcástico silencio (ríe de tristeza)
duerme junto a ti
muere de alegría
y en ti sepulta el nombre
de quien escribió este poema.
(Del libro Viaje al reino de los tristes, CNE, 2010)
A UNA MESERA
(Marilyn Monroe)
Terminó de recoger sillas y mesas
con una sonrisa subjetiva de perfil
y en nombre de mi cuenta
la invité acompañar a mi soledad.
(Del libro Viaje al reino de los tristes, CNE, 2010)
TU NOMBRE ESCRITO EN LA ARENA
Entre la nada y el sueño
cruzan mis horas insomnes
las sílabas de tu nombre…
Octavio Paz
I
Queda la línea del abrazo perdido
escrita en la arena.
El poema hecho carne
lo he arrojado al mar
para que tu fe sea ciega
cuando de amarme se trate.
Estamos solos,
solos de nosotros dos:
sola tú de tu otra yo
y solo yo en la cuesta de esa línea
de abrazo con dudas.
He doblado el lápiz
para escribir bajo la tenue luz
las innombrables noches en vela
que en el sueño
de mis ciegos días olvidé,
cuando tu nombre hecho piedra
bordeó las costas de mis párpados.
II
De las siete líneas grabadas en la piedra
una se muerde los labios
cuando noche adentro
todo es desierto en el mar
y tú, ajena al olvido
observas cómo tus mareas
medidoras del tiempo
irrumpen en las camas galantes de las algas;
fuera de todo aquello
que debe escribirse con los dientes,
es tu nombre el que debe olvidarse del mar.
(Del libro Viaje al reino de los tristes, CNE, 2010)
HABITACIÓN DE HOTEL EN SILENCIO
A Claribel Alegría
Construida a molde
de nocturna
me he encontrado
en esta habitación.
El silencio impropio
muda a travesti viento suicida
y el salón de cristales paganos
yace en el reglón
de soles nocturnos
que puestos uno sobre otros
han muerto en ausencia de los días.
De vez en cuando viene un señor
a tocar mi puerta para recordarme
que no soy yo
quien habita este cuarto:
—Es un pequeño infierno
el que me habita
¿o acaso la sombra del hombre
que habita este cuerpo?
Pasarán los días y las noches
y con ellos me iré
antes de que mujeres vírgenes
concilien el sueño
con sexo envejecido.
(Del libro Viaje al reino de los tristes, CNE, 2010)
EPITAFIO DE UN JOVEN CARTERO
Es locura vivir sin la sonrisa.
Czeslaw Milosz
Aquí yacen los restos del joven
que nunca vio la sonrisa
petrificada en el polvo
—fue un cartero de vida—,
entregó tantas cartas
que nunca nadie respondió
a sus remitentes;
ahora que usted lee la última
y sabe que su soledad
fue honda y ancha:
Corresponda
y confirme a la muerte
la compra de su boleto
en esta vida,
antes que le sorprenda el día
sin haber hecho nada.
(Del libro Viaje al reino de los tristes, CNE, 2010)
LOS FALSOS SECRETOS DE LA MUERTE
(pequeñas simulaciones)
La muerte: una niña
perdida en Madrid,
—es ingenua, tierna
y melancólica.
No sabe perdonar
pero dice estar enamorada
del chico que simula
morir en las cursivas líneas
de este poema.
No comprendo el porqué
del empeño
de los hombres malos, piensa
y casi sin fuerza
se envuelve en las sábanas
de una camilla
cuando escucha en la radio
la noticia de una mujer asesinada
en Ciudad Juárez.
En este suburbio rural
no se escuchan noticias como éstas, advierte.
Hay noches en que sonríe a la tristeza
—le avergüenza admitirlo—
pero no es ella quien sufre,
sino la niña de la televisión
que fue violada por su padre.
Esta vez
no seré humana con ellos, vacila.
Se toma un vaso con agua
y con las manos a ciegas
en los bolsillos de su overol
emprende su nuevo camino.
Mañana será otra niña muerta
y la mano que la invocó
será el homicida prófugo
de la página en blanco.
(Del libro Viaje al reino de los tristes, CNE, 2010)
EL NOCTURNO DIURNO
(poema para leerse en bicicleta)
No demostréis carecer del sentido
de las conveniencias ni poseer mal gusto respecto al creador.
Es preciso que la crítica ataque la forma, jamás
el fondo de vuestras ideas, de vuestras frases.
Arreglaos
Lautrèamont, Cartas y Poesías
I
«HAY UN ÁRBOL SEMBRADO EN EL AGUA»
Suspendido al aire muéstrase como almidón de polvo; la noche se apaga contra el filo de los árboles y el día perenne camina sin pies sobre la sombra de agua.
Agua. Noche. Tierra. Aire. Día
Agua de día
Noche de agua
Tierra de aire
Y aire de día-noche-agua-aire
Sombra diurna derramándose en el papel
Ojos y zapatos estilados en el botero
¡Qué maravilla!
«HAY UN MAR EN MI GARGANTA»
Billy
¿Sí?
Ya te dije cuando ahorcaron al Nocturno
No
Fue cuando los días y las noches fueron una manecilla de puerta y la reyerta volteaba hacia la izquierda, al otro extremo de la mano de Dios.
Carmesí, carmesí, carmesí
Que hay olvido y muerte lo sabemos
Que los diarios son un montón de hojas impresas
Que mañana será un estambre de polvo
¿Nada? También lo sabemos
«HAY NOCHES CON AMANECERES DE DÍA»
Lo llevaron pequeño a la escuela. Decían que se paseaba largas horas por los pasillos; nunca entraba a clase y casi siempre estaba sentado con un cuaderno en medio de sus piernas. Solía visitar la tienda de libros usados.
Picapedreros ruidos de libros forrados en pieles
¡Qué maravilla la ignorancia!
¿Qué hacía?
Lloraba por la muerte de su madre, y de vez en cuando esculpía el llanto en el papel.
¡Pobre!
Sí
Se la pasaba horas mirando tristemente a la primavera nocturna.
[PEDALES, BOCHORNOS DE GENTE EN MOVIMIENTO, EL PARQUE VACÍO, TIEMPO: ¿QUÉ HORA ES?]
Casi la mitad del día
¿Y qué fue de su vida luego?
Fue zapatero, vendedor de diarios, astrónomo, piloto, obrero, lustrador y lo mismo de siempre: Poeta
Pero dime
—si puedes—
¿qué haces,
allí,
sentado,
entre seres ficticios
que en vez de carne y hueso
tienen letras,
acentos,
consonantes
«HAY DÍAS CON VOCALES DISTINTAS »
Lunes Delena va al mercado a comprar flores
Carlos compra el florero
Regina paga la cuenta del Bar y echa cerveza a las flores
Mario cambia de lugar el florero
Viernes, llega alguien lejos de aquí, da una vuelta y reaparece el florero
Sábado Ernesto quiebra el florero
Domingo, deja de ser simplemente un cuadro y se vuelve a escribir la misma historia
¡Dios, perdónanos, hemos olvidado el nombre de los días!
Caminábamos por las laderas de la costa, como el agua que viene y va a desembocar a la boca de los bañistas.
(El expreso del tiempo aguarda
en la esquina de los gestos ficticios,
¡apuraos niños!, que la noche pronto despierta)
No bastaría toda el agua del mar para lavar
una mancha intelectual
y menos la vergüenza de ignorancia.
¡Bondad de los Nocturnos
haber dejado los hologramas en la arena!
II
Mirar el fondo del vaso
mirar el fondo del mar
mirar el fondo del sueño
mirar el fondo del silencio
mirar el fondo de la risa
mirar el fondo de la arena
mirar el fondo de la boca
mirar el fondo del cielo
mirar el fondo del florero
mirar el fondo del rastro
mirar el fondo del metal
mirar el fondo de la tierra
mirar el fondo del agua
mirar el fondo del fuego
mirar el fondo del fondo
que mira desde adentro del fondo.
Cuando miramos el fondo del vaso
y la gota de cristal
mira el fondo del mar
el sueño revienta en llamas dentro del silencio
(me da risa decirlo)
pero debo describir cómo la arena desem-boca
en las playas del cielo
dentro del florero;
el rastro
de metal frío le quiebra la cabeza a la tierra
del fondo del agua afuera del fuego
que mira el fondo del fondo del vaso.
Hablamos en una lengua muerta
y aprendemos a obrar con la palabra en los pies
vuelta arriba y abajo
sonriente a la infeliz concepción de los astros.
[UNA FUENTE MUERTA, IGLESIAS AZULES ADORNANDO EL FONDO DEL PARQUE, AGUA AMARILLA VERTIDA EN UNA ESQUINA: ¿QUÉ SIGUE?]
El discursillo barato de las vaquillas sagradas
y de los maniquís
de piel tersa, muda y triste.
(Arbitrariamente hablábase
en otros tiempos
del ritmo de las palabras
y los orificios que estas
dejaban en la tierra espumante)
«HAY CIUDADES MUERTAS EN EL MAR »
y entonces:
«¿en qué lugar desamparó el vacío que siempre le imperó?»
en la frigidez de la tierra
(corríase de las nubes de invierno
en el verano del vigésimo sueño
¡apuraos niños!
¡No hay tiempo que perder!)
Sacaba una hoja y limpiaba sus lentes de felpa. Daba un rodeo y entraba nuevamente al fondo del vaso: un letargo infernal de sueños frustrados.
«¿Publicó libro en vida?»
Nunca, habíasele que rogar para que lo hiciera
¡Pobre!
Sí, pobre de sí mismo el pobre.
¡Pobre por todas las cosas que le rodeaban!
Hacíase parecer al monólogo insumiso
(los demás trastes viejos del tren
aguardan en la esquina del tiempo,
los gestos están tirados junto a los hologramas en la arena;
ahí he depositado mi pedacito de cielo
para que los feligreses y religiosos vean su santo rostro
petrificado en el mar
ahora que el poema de Adán se ha vuelto espuma
en las arterias de los inocentes)
y la pantomima de muerte viviente
reflejábase en el frasco de frío barato
día, noche, agua, y arena vertida
en el frasco de lo muerto: —de lo muerto que muerto está.
(Del libro Viaje al reino de los tristes, CNE, 2010)
EL RECORRIDO DE LA NOCHE
Días y noches van,
nosotros vamos con ellos.
Konstanty Galcynski
La noche cabalga de día
en su caballo de plata
su r e c o r r i d o es el mismo
que trazo en esta hoja
—ahora descansa en los ojos vacíos de mi madre.
(Del libro Viaje al reino de los tristes, CNE, 2010)
TENGO MIEDO DE MÍ
y de las cosas que acompañan
a mi abandono. De este viaje
tengo mucho que contar:
El grito de la mujer saliendo del tren
el sueño del niño tocando la flauta
el dolor de mi madre pariéndome
y el aborto del día
que el mendigo recicló
en sus madrugadas de frío.
El mar ya no soporta
tantas palabras. El grito
sigue cayendo de gota en gota en mis ojos
y el fantasma de mi hermano
sigue amenazándome
con una sonrisa disfrazada de muerte.
Me levanto. Es de noche.
Sólo conservo en mis manos
un puñado de sombras.
Y una vez que verifico mi existencia
me doy cuenta
que sólo he sido el eco del niño
que entre la multitud espera a su padre.
(Del libro Viaje al reino de los tristes, CNE, 2010)
Datos vitales
Mario Martz nació en León, Nicaragua, en 1988. Es autor del poemario Viaje al reino de los tristes (2010), con el que fue uno de los ganadores del Certamen para Publicación de Obras Literarias que convoca anualmente el Centro Nicaragüense de Escritores. Obtuvo en 2006 el Primer Lugar en poesía del XII Certamen de Literatura “José Coronel Urtecho”, de UPOLI. Dirigió por dos años la revista literaria Voces Nocturnas. Ha escrito también los guiones performáticos Para que nos llamen ángeles caídos, Marilyn Project: Ser rubia no es tan cool, y El sueño de Billy Blue, presentado en la fundación Casa de un Mundo, de la ciudad de Jena, Alemania. En la actualidad dirige NotiCultura (www.noticultura.com), portal cultural nicaragüense, auspiciado por la holandesa Fundación Príncipe Claus para la Cultura y el Desarrollo; y coedita el blog iberoamericano elnocturnodiurno (www.elnocturnodiurno.com).
Website: www.mariomartz.com