Foja de Poesía No. 394: Carla Pravisani

Presentamos la poesía de Carla Pravisani (Argentina, 1976). Además de poeta es narradora, periodista y directora de arte. Ha publicado el libro de relatos Y el último apagó la luz , el poemario Apocalipsis Intimo (Mención de Honor en el VI Premio Mesoamericano de Poesía “Luis Cardoza y Aragón”); el libro de semblanzas y foto documental El Museo del Apodo y el libro de cuentos La piel no miente (Premio Nacional Aquileo Echeverría , 2012).

 

 

 

 

 

POEMA SOBRE LA RISA

Me gusta reír hasta que
se me secan los ojos
La boca, los dientes.
Hasta que se me tuerce
el estómago y todos los órganos.
Hasta que salta algún verdugo
y mira con cara de muerte.

Y también me gustan
los amigos que ríen,
los esposos que ríen.
los hijos que ríen,
los padres que ríen.

Me gusta la risa abierta.
No me gustan las cobardías.
Esos que se tapan la boca.

Me gusta el silencio
cercenado por la risa.
El color de ese aspaviento.

Me gusta la noche y la risa.
Y aquello que la provoca.
Ese tropel de caballos
que dinamita el aire.

Me gustan los borrachos que ríen
pero solo quienes logren sostener
su alegría en pie. Los prefiero
a los cariñosos, a los que reparten
abrazos de bribones.

Me gusta la risa de los niños.
Las que turban la tarde. Las que suben
y bajan la marea del tiempo
y suenan con eco.

Me gusta el público que ríe.
Reír entre desconocidos
es una hermandad hecha de fuego.
No hay manera de odiar
a quien compartió la risa.

Me gustan las amigas cuando ríen
Las mujeres que sueltan sus demonios
y se vuelven una legión indestructible.

Me gustan los tímidos cuando ríen
y se les desliza de la boca
algo más vergonzoso que un pedo.
Me gustan los enfermos cuando ríen
Porque a todos nos contagian de salud.

Y me gustan esos que capaces
de reír para las fotos. De ellos depende
inmortalizar la alegría.

Me gustan los espontáneos,
los ingeniosos, los que sacan
de cualquier lado carcajadas

de galeras.

También me gustan las excursiones,
las clases, los ascensores, hasta las leoneras
cuando ingresan turbas de risueños.

¡Pero no sé por qué
no me gustan los payasos!
Quizás porque a la risa
la prefiero siempre autónoma
libre, empoderada.

 

 

 

 

 

 

EL VACIO DE LAS PALABRAS

 

 

¡Estar tan vacía me asusta!
Adentro de mí arrasa un viento huracanado

y se lo ha llevado todo y me ha dejado en silencio,
sin palabras.

¡Las palabras que son mi entretenimiento
mi refugio, mi llanto, mi destino!
¿Quién sabe adónde se habrán ido?
¿A cantar a qué coro? ¿A reír con qué nombre?
¿A sufrir sobre cuál espejo?

Se las ha llevado la confusión
el atolondramiento cotidiano
el ir y venir de los días y su insaciable afán
por vaciarme de sentido.

No sé ni cuando comenzó esta fogata
este incendio atroz, este desquicio.
pero se ha llevado mi tesoro más preciado
mi joya predilecta.

Y aquí estoy desvalijada y atontada
desnuda, estupidizada,
sin ganas de ser ésta.
La que espera. O la que escribe.

 

 

 

 

 

EL OFICIO DEL EXTRANJERO

 

Descubro bajo mis pies raíces casi secas.

Se aferran al suelo con la suavidad de una hoja caída.

Basta un soplo para levantarme en el aire,

pues mi voluntad tampoco conoce de macetas.

 

Me acostumbro a la rutina del vuelo.

Turista que empaca la nostalgia del viaje.

Por mi sangre corren las migraciones,

semillas de todos los transplantados.

 

El nono se aferró como un náufrago a su Italia

convertida en un puño de letras.

Papá también ensució con tierra de provincia

el asfalto de la capital. Y desde España,

bajaron del barco hambrientos los abuelos

a juntar el pan del piso.

¡Bendita tierra de abundancia la mía!

 

Pero yo

fiel a mi destino de pájaro

también escapé de las certezas.

Quizás algún día a todos nosotros

nos pertenezca el viento.

 

 

 

 

 

 

Datos vitales

Carla Pravisani (Argentina, 1976). Es escritora, periodista y directora de arte. Master en Creación Literaria. Ha publicado el libro de relatos Y el último apagó la luz (Perro Azul, 2004), el poemario Apocalipsis Intimo (Mención de Honor en el VI Premio Mesoamericano de Poesía “Luis Cardoza y Aragón”, 2010); el libro de semblanzas y foto documental El Museo del Apodo (Fatherland, 2012) y el libro de cuentos La piel no miente (Premio Nacional Aquileo Echeverría , 2012). Algunos de sus cuentos aparecieron en las antologías Pasajeros en Arcadia (Ed. Belgrano, 2000, Argentina), Poetas y Narradores del 2010 (Instituto de la Cultura Peruana, Miami), y 12 relatos centroamericanos (Editorial Catafixia). Actualmente coedita la revista digital Literofilia.com

 

 

 

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