Poesía de Ecuador: Augusto Rodríguez

augusto rodríguez

Presentamos algunos textos del poeta ecuatoriano Augusto Rodríguez (Guayaquil, 1979). Ha merecido distinciones como el Premio Nacional de Poesía David Ledesma Vázquez (2005), el Premio Nacional Universitario de Poesía Efraín Jara Idrovo (2005), Mención de Honor en el Concurso Nacional de Poesía César Dávila Andrade (2005), Premio Nacional de Cuento Joaquín Gallegos Lara (2011). También es periodista y editor.

 

 

 

 

El cielo es un espejo roto

 

Quién es dónde está en qué parte dejó su sangre Sigue allí su piel su hígado sus huesos su corazón ¿todavía late su corazón, nos recuerda? somos su verdadero recuerdo, nos inventó o nosotros lo inventamos Está muerto, sigue escondido del mundo, herido en nuestro río de vanidades Lee para alejar a los demonios de su propio infierno o el infierno lo consume y le anubla la mirada Se está volviendo loco en su infierno ¿el veneno de la palabra lo está matando?

 

Se está volviendo sordo, nuestras súplicas no lo conmueven, su corazón se está llenando de nubes El cielo es un espejo roto que expulsa sangre a borbotones, la sangre inunda su cabeza, está muriendo solo en la habitación, trizado por las palabras vengativas de los hombres Los proxenetas del futuro esplendor Los proxenetas que no tuvieron fe en el propio hombre, lee pero los sentidos no responden, está solo como un pecador arrodillado ante la Biblia, el dolor lo inunda todo El hombre es un cáncer futuro

 

La poesía es un arma que dispara pájaros inmortales, la historia del mundo no tiene lágrimas en esta época, la poesía es una superficie de aire que traduce el infinito, los colores son poemas que no sabemos descifrar, un arco iris es un dios hermoso pero vacío Sueña el sueño de los ángeles extinguidos, ese sueño es digno del mejor recuerdo humano El lenguaje es una muerte fragmentada

 

 

 

 

 

 

Los huesos de los muertos

 

Los huesos de los muertos no tienen huellas, ni rastros de sangre Las mandíbulas están abiertas Ya no hay dientes sanos, ni ojos limpios Ahora todo es rojo y fuego Es rabia y melancolía como una vieja canción que baila en los rincones de las costillas Baila el pie y el sol de tus huesos Baila el corazón y el poema que se esconde en tus piernas Dónde están nuestros sueños Mi música Mis recuerdos Dónde están mis manos que acariciaron infancias en algún lugar de este infierno

 

La noche es un pasado que hierve en los párpados, es un artificio inventado por seres del futuro, la noche vuela y se esconde en mi axila de hombre perecedero y frágil, de un hombre que se masturba y ríe como un fantasma La noche es un abanico de posibilidades para los asesinos en masa

 

para mí es la esperanza de poder morir en tus vértebras en tus pulmones en tus raíces negras y profundas, en tu útero venenoso y planetario

 

yo voy enfermo y ebrio de suicidios, la historia se repite y muero en el crucifijo mientras tú preguntas sobre el hospital blanco la rosa la carne y la sangre de mi cuerpo Te repito no hay sangre en este cuerpo que habito, solo hay rabia y furia dolor, iglesias ardientes y ancianos degollados

 

El tiempo no se mide en los relojes, la arena es un espacio indefinido Se mide de atrás para adelante Miremos el futuro, el tiempo descansa en sus ojos, nos vamos destruyendo en todas las pieles de nuestros amantes La piel es una llaga abierta que no cicatriza, la piel es un delirio un árbol frutal una mentira piadosa de los cuerpos y del sexo, la piel no existe sólo un tronco de árbol dispuesta a ser destruido por ángeles violados

 

 

 

 

 

 

Los ahogados

 

Los ahogados regresan con sus ojos llenos de sal a buscar el origen y la respuesta, tienen las manos heridas, los pulmones destrozados, las venas cosidas, sueñan sin prisa el futuro que sí existe Los suicidas bailan a las orillas del río, todavía no escriben sus epitafios, todo es fuego y ceniza en esta noche que los cuerpos se incendian Las pieles son luces de bengalas en mis pupilas, la lluvia es un animal herido que no se conforma con el vacío

 

 

 

 

 

 

El miedo romperá los vidrios

 

 

Cuéntame de tu infancia/ allá en los primeros días ¿tienes miedo? dame una palabra que rompa todos los vidrios y destroce mi cráneo Tu cuerpo es una molotov que espera ser encendida No me digas nada y sólo destroza el mundo, quién dijo que el agua se disipa por tus labios, quién dijo que tienes luz en tu mirada, quién dijo que el mundo será borrado de la historia, quién dijo que todavía hay esperanza

 

 

 

 

 

 

 

el vuelo del pez

 

 

Por qué el pez no llegó a volar Quién le dijo al pez que debería seguir ocultándose al fondo del río y del mar, si el mar es un espacio vacío, un puente que no existe entre nuestras ideas y el cráneo Dónde se esconde el sueño del pez

 

Por qué no vuela se escapa perfora los caminos de la historia Acaso es digno vivir y morir así, ser parte de una historia macabra e indefensa Quién le dijo al pez que es pez y no salga a herirnos de muerte

 

Dónde está su rabia y su veneno dónde está su envidia a estos dientes negros y careados que intentan usurpar su rabia y su carne por qué el pez no roba y sale corriendo del espanto Dónde está su fuerza acuática que puede cambiar el mundo Dónde está el pez, sus alas, su sistema y su grito de dolor

 

 

 

 

 

 

 

 

Una mano indefensa no regala flores

a Dina Bellrham

 

 

No me digas cómo la muerte vino a buscarte Ni con que ojos te miró ni la mano que puso encima de tu espíritu No me digas cómo la muerte apareció en tu baño y te regaló flores azules, moradas o naranjas No me hables de pastillas ni de recetas médicas Sabes que la muerte no ríe, ni llora sólo es una máscara, unos labios falsos, una mano indefensa que quiere tocarte

 

No me digas que sabe bailar tango o que te cautivó con palabras diminutas No me digas si eres feliz, que estás triste o que lloras No me preguntes si me extrañas o si yo te extraño, ni por los de acá Por tu madre por tu padre hermanos por tu abuela por tus mascotas favoritas o por tus amigos

 

No me digas que quieres fumarte un cigarrillo o que quieres una copa de vino No me digas lo que hay del otro lado del muro Ya es tarde Solo te diré un secreto te extraño mucho

 

 

 

 

 

 

La muerte del cordero

 

 

Qué es la muerte Dónde está la muerte Dónde quedó la vida Qué pasará con nuestros huesos, con nuestra piel, con nuestros órganos, con nuestros recuerdos Para qué vivimos en un mundo que no entendemos Vamos hacia delante, vamos hacia atrás Las calles están llenos de muertos Los cementerios llenos de vivos Para qué respirar si nos dan una muerte de animales

 

Nos matan como corderos Nos asesinan, nos descuartizan, nos sacan la piel, nos llenan de balas, nos acuchillan, nos roban los órganos Hombres-animales hombres-asesinos hombres-chimpancés hombres-robots que no sirven de hombres y que sólo caen a los abismos de la corrupción, la rabia y el dolor

 

Los ojos son cristales que no sirven para mirar el agua que nos inunda, el fuego que hierve, la miseria que nos invade, la mugre, la sangre derramada, la ira, el abandono El hombre es el último asesino del hombre el último cordero de dios ha muerto

 

 

 

 

Datos vitales

Augusto Rodríguez (Guayaquil, Ecuador, 1979). Periodista, editor y escritor. Catedrático y director de CILEL (Centro de Investigación Literaria, Escritura y Lectura) de Universidad Politécnica Salesiana de Guayaquil. Ha publicado los poemarios: MATAR A LA BESTIA Guadalajara, México 2007: Mientras ella mata mosquitos (2004), Animales salvajes (2005), La bestia que me habita (2005) y Cantos contra un dinosaurio ebrio (Barcelona, España, 2007). EL LIBRO DE LA ENFERMEDAD Madrid, España 2013: El beso de los dementes (inédito), Voy hacia mi cuerpo (Lima, Perú 2010), La enfermedad invisible (DF, México 2012) y El libro del cáncer (Lima, Perú 2012). En cuento: Del otro lado de la ventana (Lima, Perú 2011), Adrenalina y fuego (2012) y Los muertos siempre regresan (2012). En novela: El cuaderno de K (Lima, Perú 2011) y Masturbación (Monterrey, México 2012). En entrevista: Palabra viva, entrevistas desde un Quirófano (2012). Ha obtenido el Premio Nacional de Poesía David Ledesma Vázquez (2005), el Premio Nacional Universitario de Poesía Efraín Jara Idrovo (2005), Mención de Honor en el Concurso Nacional de Poesía César Dávila Andrade (2005), Premio Nacional de Cuento Joaquín Gallegos Lara (2011). Finalistas en prestigiosos concursos de poesía en España. Miembro-fundador del grupo cultural Buseta de papel. Parte de su obra poética está traducida al inglés, al árabe, al portugués, al catalán y al francés (actualmente se lo traduce al italiano y al alemán). Editor de El Quirófano Ediciones. Director del Festival Internacional de Poesía IEC (Ileana Espinel Cedeño).

 

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