“Diarios chilenos reportan hoy la muerte del poeta mexicano Marco Fonz, de 48 años, quien fue hallado ahorcado en el pasillo de una vivienda que ocupaba en aquel país, donde residía desde hace un mes. Los periódicos La Estrella y El Mercurio, de Valparaíso informan que la residencia donde se hospedaba el autor se encuentra en la Calle 19 de Junio, en Forestal Bajo, en Viña del Mar, a una hora de la capital chilena, y su cuerpo habría sido encontrado el miércoles por un escritor argentino”. Daniel de la Fuente. El Norte.
Marco Fonz (Ciudad de México, 1965) fue poeta, editor y difusor cultural. Publicó Cantos siniestros a Chiapas, El ojo lleno de dientes o Los buscadores de Shavana-Lamar. Mereció el Premio Estatal de Poesía Rodulfo Figueroa. Recientemente había ofrecido talleres de poesía en Perú y Ecuador.
Muerte fiera
Cuando estoy que me lleva la chingada
vuelvo a Quevedo.
A leer entro,
alejar el corazón de una muerte fácil,
desdentada, sin mordida.
Cuando lo que quiero es una muerte fiera,
viva,
que me escupa aquello del dolor en el gusto por el ir
y que me arranque de cuajo el cuerpo
y que muela a palos el cuero.
Ahora que en este momento me lleva,
momento difícil es,
comparto a Quevedo.
VIII
Culto del culto amor y la muerte
y no del vulgo morirse y querer
nada más sentir como lechuga
siente el recuerdo del polvo
eres y al culto no le pasa jamás
morir por morir en vano
ni amar por amar tan solo
sin antes dejar su nombre colgado
en panorámicos anuncios que saludan
a la sabiduría del tonto
al ciego regional que habla de la muerte
lo confunden con la gloria espiritual
y cuando le hablan del amor
lo confunden con los premios y honores
que el culto de la muerte y del amor
nada tiene que ver con lo efímero
que vive en los ojos de los cultos.
VII
En medio crece un árbol de hielo
con las ramas azules de fuego
y las frases profundas se esconden
como víboras educadoras de Eva.
En medio, casi, como está el ombligo
obligado a ser pozo de lenguas
se encuentra este tronco de agua
relamido por tanto poeta.
No hay bien que se acerque
ni nadie lo ha visto
se sabe que existe por la hoja en blanco
que hiela la mano cuando se escribe
y como pájaros celestiales las letras
le ponen carne a los cielos
que en palabras se deshacen
sobre el árbol de vida
o los árboles de fuego.
VI
En un cuarto hostil como su cuarto
el poeta maldito contempla
a todas sus cosas estrellarse contra las paredes
y crujen sus negros dientes que machacan flor y retiro
y cruje el cielo y su techo en donde se acurrucan
asustadas y mortecinas auroras.
su desmayada luz se vuelve sable
y corta su cabeza.
En el hostil minuto que llega la conciencia
los ojos dan de topes contra el muro
la verdad huye por debajo de la puerta
y el pordiosero se viste de tierra
y la ventana le ve irse y al poeta se le ve
morir en las manos de las gordas.
Una lengua hostil como su lengua
se alarga por las noches y en descuidos
ahorca al infantil y maldito poeta.
III
El hombre y su escritorio son uno mismo
muerte vida y sueños sexuales
en un monstruo creado por la cosmogonía moderna.
Moderno funcionamiento de este ser
creado para detener todo lo que avanza.
Dique de seis patas con cabeza.
La imaginación quedó corta
y la Biblia no lo registra como apocalíptico.
Pero estos tiempos no podrían imaginarse
sin un hombre con su escritorio.
Monstruo inservible de la época pensada
tan libres que eran los dos
cuando uno era árbol
y el otro bajaba de él.
IX
La espalda es la cama natural del cansado
los ojos del que ve son espejos del que busca
el grito es el susurro del esclavo
la memoria es cosa inútil del que avanza.
Casa es el hombre con los brazos al cielo
sexo el martirio del cuerpo condenado
pasa la sonrisa de la muerte vuela
uno o dos son los que saltan
sin que los brujos futuristas puedan voltearles la cabeza
y el pecho es tierra si se mira a las estrellas
y el sol es ceguera que parte en dos al cerebro
los dedos pequeños del pie son zancos del presente
las manos mariposas llenas de pus
los labios besos de piedra nacimiento de la chispa
el estado natural del hombre es la mujer.
XI
A en la letra
su primer grito
pasos en la tierra y
poema con sus primeros
del tiempo, del cuento, del
y las escuchas en esta pirámide
chispas que precisan del hablante
moderno iluso duradera voz sobre las
mediocre mundo moderno que cada vez más
escribir con ese deseo de trascender en el
mágicos y no tan mágicos que hicieron todo menos
ritual y sus historias épicas y líricas de seres
es en la escritura que acompaña más allá que el fuego
Donde comienza el recorte preciso de la soledad humana
XV
Si habláramos sin hablar
en un juego sin jugar
de decir desdiciendo
todo o nada
confrontar sin confrontación
la palabra y el vacío
que no es lo mismo y sí lo es
estaríamos sin estar
ante la visión sin ver
de lo completo e incompleto
de la idea y su contrario
dentro y fuera
del lenguaje y su silencio
si hablamos sin hablar
y escribimos sin escribir
al final y en un principio
es lo que se intenta hacer.
XIX
Ya no cuentan los hombres que se vuelan la cabeza
y de extrañarme me extraña todo
el ahorcado que se cuelga de la noche
la loca que muere congelada
el abrigo flotando en el río sin Virginia
de extrañarme me extraña todo
menos el odio que siento y la pena que siento
por los que nos dejan morir sin hacer nada
sin detener el veneno ni la soga ni la navaja
ni la palabra
el balazo a un corazón niño
la amable y despiadada locura
el cuerpo enamorado de Nerval
o las huellas digitales de un poeta
sobre su propia calavera
y de extrañarme me extraña todo
menos el odio que siento y el vacío
por la puerta por la náusea por la muerte lenta
diferente a la muerte de los que nos matan
y de extrañarme me extraña todo
menos el buscar delante
las otras fantasmales caras.
XXI
El polvo despierta de su letargo
es carne
la carne toma conciencia
es hombre
Él sabe que un día morirá
es tumba
la tumba por tiempo termina olvidada
y se hace invisible como el polvo.
Entre el cielo y la carne siempre está ese dios ignorado.