Narrativa joven de México: Obed Noriega

Presentamos un cuento de Obed Noriega (Culiacán, 1992). Es cantautor y escritor. Ha publicado en la revista Fricciones de la misma ciudad y fue seleccionado para cursar el taller de la Fundación para las Letras Mexicanas en la categoría de narrativa. Participó en el festival de Rock Sinaloa y fue becado por Secretaria de Cultura Municipal con su proyecto musical Casa de Campo.

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Padre

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24 de enero del 2013

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México DF.

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Padre, me apena informarte que será necesaria otra dotación monetaria para poder concluir tu empresa. Sabes, las cosas no han ido del todo bien, al menos no de la forma en que lo planeamos.

Comenzaré por decirte que mi declaración en el ministerio público presentó diversas anomalías; en primera instancia, la testigo que debía declarar a mi favor en el caso fue ilegitimada al instante por el Señor Juez, quien alegó una falta de materialidad. Tal sentencia irritó mucho a Clara Ferdinand (ese es su nombre) quien tomando el cuerpo de nuestro abogado y vidente Pedro Schneider, comenzó a balbucear insultos en  húngaro a diestra y siniestra. Fue un verdadero fracaso te digo, el publico se reía de nosotros.

Dentro de lo rescatable fue curioso – y en cierto sentido hasta romántico- presenciar aquel conflicto grave de identidad suscitado en el cuerpo de Pedro. Por un lado, el espíritu rabioso de Clara lo poseía casi con lujuria, mostrando el rostro mas diabólico que aquellas delicadas facciones permitían, por otro lado, el de Pedro en un intento por controlar racionalmente el altercado, recitaba de memoria algunos fragmentos del discurso de Bellatin sobre la resurrección de la carne. Mas allá de los ojos blancos y desorbitados de nuestro amigo y abogado , lo que acabó con la paciencia del juez fue una determinada parte del discurso de Pedro, relacionada con la permanencia inmaterial onírica de  aspectos espirituales en el acontecer jurídico, el  juez no quiso oír ni una palabra más, pegó un malletazo  y dio por terminada la sesión.

Ya sabes, padre, estoy en las mismas, eso de los relacionamientos amorosos es siempre complicado,   las metáforas empleadas por los hombres con supuesto “sentido común” me parecen detestables, denota además, un alto grado de perversión en sus instintos primitivos. No lo comparto en absoluto. Estoy solo, padre, sentado en la mesa frente al computador, silbando absurdamente aquella melodía tan melosa de Noah and the Whale , Two bodys and one heart y casi por añadidura se me viene a la mente el caso tan sonado de los siameses- niño y niña- que compartían el corazón . Pedro Schneider  afirma que fue ínfimo amigo de los fenómenos; en 1968 , aprovechando el alboroto social publicó un articulo titulado sociedad de siameses, donde abordaba temas de amor , sexo y sadomasoquismo  en las relaciones sociales y  anexaba además una versión inédita ilustrada del kamasutra para siameses.

Clara dice que su relación con Pedro va viento en popa, considerando sus respectivas condiciones de fantasma intrascendente y de fugitivo de los sueños. En contraposición con el fenómeno de los siameses, ella afirma que un relacionamiento bien puede ser llevado prescindiendo de contacto sexual, usando solamente la cabeza, una sola cabeza.

¿Sabías que la región que habito era antiguamente un gran lago? Se dice que ciertos nativos de la región desarrollaron- en un proceso evolutivo normal-  la facultad de caminar sobre las aguas. Claro, ya  se cagaron en todo eso, el gobierno mandó construir una gran isla de basura para contrarrestar las inconveniencias causadas al mojarse los pies con el agua. Malditos infelices. Lo único que nos queda de aquello, es una especie de salamanca carroñera, los lugareños la llaman de ajolote.  La otra vez leí en internet que después de espolvorear un animal de esos con cocaína, el susodicho puede evolucionar en un monstruo sumamente destructivo. ¿Hacemos el intento?

Ayer soñé con la jungla otra vez, caminaba sobre las hojas,  el suelo crujía a cada paso. Supuse que  Pedro estaría cerca y que tendría hambre. Me escondí en las profundidades de un gran lago de leche.

Es divertido escribirte esto ahora, padre, mientras como cereal con leche y fumo un cigarrillo, me viene a la mente una escena llena de humo, que se va haciendo cada vez más denso. La cámara lentamente se adentra en la cortina de humo, mientras los chillidos de máquinas inundan el ambiente. Al final la cámara da con el origen de todo ese gas, en un rincón de la escena estoy yo, tengo los ojos rojos y la cara desencajada,  me coso por dentro, padre, expulso a presión todo este gas  por los 8 orificios de mi cuerpo .Sé que cuando leas esto- probablemente  a esta altura del texto-  pegues un malletazo y des por terminada la sesión.

Has de entender que en mis condiciones actuales me es imposible continuar asistiendo a la escuela, los trámites burocráticos y las diversas vueltas mentales que el caso me genera, me obligan a quedarme el día entero en casa, asistiendo series japonesas y fumando marihuana- de forma medicinal que quede claro – ya que  podrás entender que el estrés que todo esto me causa produce en mí problemas de índole mental. Por otro lado– y creo que esto si que te dará gusto- conseguí un empleo de medio tiempo en la web. El nombre de la empresa es AdultFriends, osea amigos adultos, suena interesante ¿no? Te cuento, mi función es simple, tengo que levantarme a las 4 de la mañana, conectarme a internet y activar la cámara web.  Acto seguido, me dispongo a ligar al mayor número de viejos pervertidos que pueda, haciendo uso tan solo de mis tetitas. Me pagan 70 centavos por encuentro. Já ¿ te das cuenta? Siempre fui  una puta demasiado barata.

Ya estarás enterado de la fama que nuestro amigo y abogado Pedro Schneider  se ha creado por estos lares. Dejando por un lado el penoso episodio en el ministerio público, ya suman centenas las denuncias ciberespaciales en su contra, el ministerio virtual onírico lo publicó hace unos días en un cartél de justicia en manos del pueblo, se trata de un holograma de su persona parado sobre una silla y con una soga al cuello, quien pase cerca tiene la obligación moral de derribar la silla- esto por medio de un detector de movimiento integrado en el dispositivo – y darle de esta manera una muerte , aunque simbólica , justa.

Pedro  me ha dicho que según el código civil onírico de la ciudad de México, la pena máxima para un delito de mi envergadura es de cadena perpetua. Esta puede ser cumplida tanto por  arraigo domiciliar como en el penal del Martirio, ubicado en la delegación Moctezuma , dentro del sueño del día 23 de enero, en una siesta vespertina, del Juez de Distrito número # 78.

Clara Ferdinand me invitó a tomar un café a su casa; dejó un escrito pintado en el vidral de mi departamento  dándome señas exactas de cómo llegar y cuáles eran las rutas más aconsejables en hora pico. El domicilio estaba ubicado en la colonia Candelaria, que más que colonia, era una inmensa vecindad aparentemente circular, que albergaba en su área circuncentrica, innumerables pasillos y callejones estrechos. Llegué, no sin la ayuda de los vecinos, al lugar que me indicó Clara, toqué el timbre, instantes después me recibió doña Doñita – así la llama todo el mundo en la Candelaria-  me invitó muy amablemente a tomar un café y me dijo que había cuartos en renta en la casa, después de negarme con excesivos gestos de gentileza me marché a mi casa. De Clara Ferdinand ni rastro.

Vivo en una ciudad sin nombre,  sin sueño, sin vigilia, todo es lo mismo, la misma mierda,  en una de esas jaulas que el gobierno construyó  en los años noventa para los ciudadanos de extracto social bajo. Este tipo de vivienda pende de cuatro alambres gruesos de aluminio que están soldados a las coladeras.  No es tan mala la vida aquí, padre,  tengo una perspectiva maravillosa de lo que pasa en la ciudad, lo veo todo desde adentro, como del centro de la tierra. Además- y esta es la mejor parte- por las noches las aguas negras suben hasta mi jaula, todo es turbio en esos momentos, padre, como un chocomilk, aunque me queda el consuelo y la ilusión de ser un descendiente de aquella antigua raza que habitó estas milenarias tierras de agua.

Eso es todo por el momento, todo sin resolver  padre, espero que lo entiendas y me perdones. Quedo a la espera de la dotación correspondiente.

Siempre tuyo:

Oscar Obed Noriega Verdugo

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Datos vitales

Obed Noriega es un joven cantautor y escritor nacido en Culiacán en el año de 1992. Ha publicado en la revista Fricciones de la misma ciudad y fue seleccionado para cursar el taller de la Fundación para las Letras Mexicanas en la categoría de narrativa. Participó en el festival de Rock Sinaloa y fue becado por Secretaria de Cultura Municipal con su proyecto musical Casa de Campo. Actualmente estudia la carrera de letras modernas portuguesas en la UNAM.

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