Nueva poesía colombiana: Luis Arturo Restrepo

Presentamos, en el marco de la serie Nueva poesía colombiana, preparada por Federico Díaz Granados, algunos textos de Luis Arturo Restrepo  (Medellín, 1983). Fue ganador de las beca a la Creación Artística Ciudad de Medellín, en la modalidad Poesía, en el año 2009 y el 2013.  En 2010 Tragaluz Editores publicó Apuesta de cenizas, su primer libro.

 

 

 

 

 

 

nada es olvido cuando descubro las sombras que me acechan. Comprendo que el sueño y el recuerdo yacen juntos. Invoco mi imagen frente al muro pero como respuesta sólo obtengo golpes de oscuridad.

 

 

 

 

tiento en el vaho la posibilidad de descifrar las palabras que por mis dedos salen.  Descubro entonces que mi mano es sólo un puño al que se anudan la escarcha y la sangre. Cuando abro los ojos el perro que me lame huye de mí.

Nuestra mirada es un sólo trazo que nunca más borrará la noche.

 

 

 

 

 

la mano hace un recodo que alberga la luz. En cada paso advierto el corazón bajo mis huesos. Entre la garganta la niebla aspirada se aferra al hilo de sangre en que sucumbo.

Ahora lo comprendo: el sustento del mundo es el fuego que del hombre mana, no la voz sino el callar que celoso lo consume.

 

 

 

 

 

aunque una gota de agua no sea siempre la misma, es su repetición, su terca reiteración, la que deja su impronta sobre la piedra. A ella debemos el trazo, límite en el tiempo. A ella nuestra vida, vencida al margen del camino que nos ha sido impuesto.

 

 

 

 

 

 

las astillas se imponen sobre la sed. Nubes que se adivinan rojas se deshacen sobre la arena. Sus granos tiemblan entre los dientes. La lengua agota sus fuerzas en el lodo.

 

 

 

 

 

 

 

nos han dado los ojos y sólo en el privilegio de ver arder la casa se justifica todo.

La madera retiene el fuego, lo ata a las raíces donde antes fuera árbol, sabe que su arder es el reposo de la semilla. Fecundidad en donde el suelo brotará sus secretos.

 

***

 

Nos han dado las manos. El tacto con la tierra después del incendio procura por el entendimiento. Los dedos se estrechan al vientre donde una vez nacieran nuestros pasos.

Ahora comprendemos que llevamos todo en préstamo, la tierra no es más que soledad compartida.

 

 

 

 

 

 

palpo las estrías en que se abre la madera. Todo en ellas es sutura, líneas que convulsionan ante el sol. Yo padezco así mismo la aridez. Cada surco se aferra a mi tacto. Cada surco desemboca en el hastío que soy.

 

 

 

 

 

 

contra la voz, choca la voz. El camino de una palabra a la otra se hace abismo y grieta por grieta, para no morir de hambre, las sílabas se aferran al último aliento.

 

Y son los pájaros que tiemblan aferrados a la tenue línea de la vida  los que ahora buscan la muerte.

 

Qué decir entonces a la luz que ahora se oscurece bajo la mano, si ya el silencio se impone y las últimas palabras  hacen parte de nosotros en la huida.

 

 

 

 

 

 

 

Grítales a los  niños que junten la ceniza

y la siembren.

Giorgos Seferis

 

Nos fue devuelta la tierra que antes fuera de nuestros padres. Nos fue devuelta grano por grano. Toda sobre la frente que carga con el aullido de la muerte.

 

Madre yace, suponemos, bajo la hierba que se seca al sol de la ira.

 

Padre, según nos han dicho, padece aún la repartición de sus miembros y en las noches sin luna implora por encontrarse.

 

Nos fue devuelta la tierra que antes fuera de nuestros padres. Intentaremos remover cada raíz que se ata al pasado. Después de recoger la nueva siembra, dejaremos los surcos abiertos. Nuestros pasos en los suyos, se encontrarán codiciando la sangre.   

 

 

 

 

Sin el fin de la oscuridad y la muerte, habría que hacerse con la palabra  una casa, réplica del canto, reposo austero del cuerpo; vivo surgimiento de la luz, débil y precaria por cierto, pero luz al fin y al cabo. Resistencia contra el olvido que no perece en sangre, que no merece la sangre, hecha ritmo del corazón que latiendo bajo fuego, resistiendo, sílaba anhelada, se niega a resurgir ceniza. Porque ceniza sobre ceniza es la palabra con silencio y todo.

 

 

 

 

 

Datos vitales

Luis Arturo Restrepo (Medellín, 1983) Profesor de la Universidad de Antioquia. Ganador de las beca a la Creación Artística Ciudad de Medellín, en la modalidad Poesía, en el año 2009 y el 2013.  En 2010 Tragaluz Editores publicó Apuesta de cenizas, su primer libro. En 2011 participó en el XXI Festival Internacional de Poesía de Medellín como ganador  del Primer Premio de Poesía Joven, organizado por dicho festival, con el libro Réquiem por Tarkovski, libro publicado en 2012 en coedición del Ministerio de Cultura de Colombia y Sílaba Editores.

 

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