Presentamos algunos poemas de Davo Valdés (Cuernavaca, 1988), pertenecientes a Ignoto (Colección La Hogaza, Secretaría de Cultura de Morelos, 2013), Poemario ganador de la Convocatoria para publicar obra inédita en 2011. Durante 2012 se trabajó en el Taller de Poesía y Silencio con el poeta Alfonso D´Aquino. Fue editor de la revista La Piedra durante cuatro años.
Aridez
I
Siempre he de escribir el mismo poema (de cierto mar) Desde que nací fui árido lleno de fe en los ojos pero tan triste en las cejas Nunca supe de poesía hasta que estalló el mar en mi frente y el sol huyó detrás de dos nubes rosadas enseñándome que hay veces que es de noche SIEMPRE HE DE ESCRIBIR EL MISMO POEMA seco (péndulo de agua) estéril (ola que estalla en la costa) baldío (oleaje violento) infecundo (maremoto) árido (océano del fin del mundo) desolado (mar nocturno) ABANDONADO
VIII
Cuando la memoria se desvanece
como una sombra sobre lo que fue el mar
pareciera que la tierra vuelve a ser fértil
pero es sólo una ilusión que surge entre las grietas
La melancolía viaja siempre en espiral
Anochece en el desierto
y se escucha navegar sobre la arena
el recuerdo de altamar
como en el interior de un caracol
Y el rumor incierto del oleaje
mece entre las dunas una vieja barca
Vaivén
IV
Los barcos olvidan pronto
van fundiendo su proa contra la muerte
y poco a poco se hunden
callados en la bruma
Un barco se detiene a la mitad del mar
cuando dos amantes deciden volver
la mirada de la bóveda del cielo
a las aguas de sus ojos
En el centro de todo
en la parte más turbia y disforme del mundo
ocurre el milagro
dos labios se vuelven cuerpos
VI
Una estrella lánguida flotaba aún en el infinito
Thomas Mann
La luz había devorado a la sombra en una lucha inútil
y en el mar callado se respiraba un olor a muerte
Escondido entre la niebla y las rocas
afuera del cielo azul cobalto
un viejo barco se lamentaba
La noche cedía a unas nubes
cargadas de lluvia y vapor
y yo inmóvil miraba el sol
rasgar la bóveda celeste
No he visto aves volar este cielo
El aire se movía ferozmente
pero el mar inmutable parecía dormir
eterno
desde el fondo emergía
un grito sin voz
un alarido profundo y ancestral
La oscuridad volvió con la tormenta
y dejó caer su llanto
sobre el horizonte inacabado
Los párpados del cielo se abren
Vía
I
Ahora el mar es tan sólo una evocación lejana Lo escucho atrapado en los montes En el llano mortecino veo hombres con redes de pescar vacías a sus espaldas Caminan en círculos como planetas errantes Intentan hacer brotar el agua del suelo con golpes desesperados Sospechan que bajo las grietas existía una marea Recuerdan haber olido el océano en sueños Los recuerdos son pájaros muertos en la arena Pájaros muertos en la aurora cayendo en espiral Las aves condenadas a volar hacia dónde va el sol se convierten en el monumento de sí mismas Volar es ir deprisa hacia la muerte Frente a la luz la vida se desploma ciegamente en las estepas Como una flor que se abre se expande el instinto de volar Y cuando el sol atraviesa el meridiano pliega sus pétalos Me pregunto qué pasaría si el cielo y el mar se tocaran en el abismo Me pregunto si todas las barcas encontrarán su rumbo i todos los amantes cansados de amar la noche volverán a sentir su propia piel Calla María alada y escucha crujir el cielo una vez más como un hueso roído Ahora lo sabes el mar está oculto en el desierto
V
Este cuerpo contiene todos los mares del mundo y aun así sigue seco He navegado tanto tiempo durante tanto tiempo que el tiempo ya no es nada Nunca he necesitado nada más que tus labios para decir algo Y no importa que los muros tengan ojos y el cauce de las llagas nunca seque Necesito nadar sobre los vértices de tu recuerdo El recuerdo único de tu piel sobre la mía como una ola inmutable He despertado convertido en árbol El océano me recorre Mis raíces se pierden en los pueblos fantasmas de las profundidades Tiento las sombras y un agua turbia me alimenta Riego semillas en las grietas Soy un árbol Llevo el mar en mis entrañas
Datos vitales
Davo Valdés Cuernavaca, Morelos, 1988. Estudiante de Letras Hispánicas en la Universidad Autónoma del estado de Morelos. Forma parte del Colectivo La Piedra. Fue editor de la revista La Piedra durante cuatro años. Columnista de cine en La Jornada Morelos. Beneficiario del Programa de Estímulos para el desarrollo y la creación artística en 2009 con Sopor Aeternus (cuento) y en 2011 con Las mariposas (novela). En el 2010 publicó su primer libro de cuentos Relatos de un mundo depravado (EdicioneZetina). A finales de 2011 fue ganador de la convocatoria para publicación de obra inédita del Fondo Editorial del Instituto de Cultura de Morelos con su libro Ignoto (poesía) que salió publicado en 2013. Su más reciente libro, Despertar fue editado por Astrolabio. Forma parte del Grumo de Escritores de la Barba Naranja y organiza el encuentro Plumas Verdes de literatura para Cinema Planeta: Festival Internacional de Cine y Medio Ambiente de Cuernavaca.