En esta ocasión presentamos algunos textos de la hawaiana Laurel Nakanishi. Su poesía ha sido premiada con una beca de la Fundación Fullbright, la beca Richard Lugo y el premio Greta Wrolstad. Laurel ha publicado en numerosas revistas literarias, y en 2013 ganó el premio de las ediciones en plaquette Epiphany por su libro Manoa Makai. La traducción corre a cargo del poeta y traductor nicaragüense Francisco Larios.
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MANOA MAKAI (fragmento)
Supón que no creciste aquí
……….No comiste mochi en Año Nuevo No aprendiste
……….a construir túneles de arena hundiendo ambas manos hasta juntarlas
…………………………Conociste el invierno
Conociste las caducifolias Nunca te
dormiste a la sombra de una higuera de Bengala
………………..No aprendiste
…………………………un Hula para celebrar la primavera en sexto grado.
No besaste a tu novio de la escuela
……….en el mirador de Diamond Head Nunca has venido a Hawai
El aire no se acuesta pesado en tus pulmones
………. No esperas
………………..en la acera la furgoneta gris de tu madre
………………..en su tercera vuelta alrededor del aeropuerto
Supón
……….que apenas bajaste del avión
………………………………….y has respirado el aire de la plumeria
y contemplado por primera vez a Waikiki bañada de sol
Supongo que te habrías tropezado con una especie de paraíso
Hay historias que viven en nosotros
Nos retienen húmedos en sus bocas Estoy enlazada a lo profundo
y nado hasta mis ojos Desde dentro de mis oscuros aliados—Paseo de
………………………………………………………………………………Kuhio Saratoga
no hay océano no hay montañas
El cielo dividido en láminas ventanas de altos cristales
ella entra Esto también es Hawai—la arena que nos venden en Australia
……….Esto también es Hawai—hoteles encorvados al borde del agua
el mar chapotea de regreso: el concreto el cloro la varilla de acero la pintura de plomo
……………………………………………………………………………………….Historias que viven en nosotros
un colectivo anhelo de vacación tropical
–dramáticos macizos montañosos
…………………………………………………………………………………………………………………. –bahías de aguas turquesas
…………………………………………………………………………………………………………………. –vastas costas arenosas
…………………………………………………………………………………………………………………. –volcanes
…………………………………………………………………………………………………………………. –olas gigantes
…………………………………………………………………………………………………………………. –Hawaiano auténtico
…………………………………………………………………………………………………………………. –espíritu de aloha
…………………………………………………………a 2,000 millas de cualquier continente
Por el aeropuerto la boca de la isla
han venido pálidos y floridos cargando sus tablas de surfeo
……………botellas de agua bolsos de playa flotadores guirlandas leis de plástico
Caminan de un lado a otro de la avenida Kuhio
La playa Kuhio Entran y salen de las tiendas Pasean en tranvías
…………………………cenan fuera Van de excursión tomando fotos
…………………………siestas las vistas tiempo ya de atardecer
sobre el océano y ver el verde destello
Beben maitais en la costa
……………y nadan en Enero– ¡Es como agua de bañera! Se adentran en el mar
……………dejan sus llaves sus lentes oscuros las tarjetas de crédito que podrían hundirse
columpiándose en el agua con su bebé de diez meses
untándose bronceador
…………………………De tiendas por un
adorno para su celular cruzando la calle cuando la señal indica
……………Sienten el sol sobre sus brazos por primera vez en meses
hunden sus caras en el agua
……………tan cerca que pueden tocarse Cuán frágil somos realmente
……………………………………………………alejándonos abrazados
……………Hebras de balsa ensucian el suelo las canoas talladas y ausentes
…………………………Y Waikiki aquí chorreando químicos y humos de escape
……………………………………………………………………………………………Es nuestro
……………No hay manera de dejarlo Las torres se quedan La carretera se queda
Los corales vivientes
y los peces en esos corales y las anguilas y el kril y las tortugas se marchan
………………………………………………………………………………El tiburón se marcha
La playa de Waikiki está muerta bajo sus brillos Solo erizos de mar
………………………………………………y pejepuercos y el granuloso fondo del mar
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TRES AGUAS
Una
: idílica.
Aún resplandeciente en las postales
Diamond Head Waikiki Cielo encendido y brillos
Los hoteles y sus vistas se deslizan igual que nosotros
Girando sus caras una tras otra
……………Vemos directo hacia el fondo del mar como si todo estuviese ahí
Dos : playa
Conocida y conocida
…………………………Una: Una
………………………… : correr al mar : la venta
Exacta medialuna pesada de sal
……………Arena arrastrada en pendiente hasta la playa
…………………………Parada de árboles hau estación de excursionista
…………………………Transportada por el viento aferrada a sus láminas
Dos:
Levanto las algas estriadas y estrujadas
con ostras abriéndose y cerrándose asomando sus cuerpos
cada una con doce pequeños brazos
Ella vende opihi al lado del camino
Ella vende tarjetas postales bronceadores playas
Costas costa mar
Tres:
……………Profunda en la profunda sangre el agua en mí
……………Fibra rozando fibra
……………O quizá sea la sal densa y chispeante ola reflujo y estela
Sostuve esa mano azul y deseosa me sumergí
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EL PACÍFICO NALUAKA
Día ocho: isla de perdigones
Apenas es mañana y las largas cavernas gimen. He tenido otra visión. La madre emergió primero, empujada por la orillera. Parecía nadar con más aletas que las que vi el martes. Al arrastrarse hacia la playa, su piel parecía tiritar, relajarse y saltar de nuevo con cada movimiento. Avanzó una buena distancia y posó su delicado rostro (con pico de loro) en la arena. El viento sacudió su cola y su aleta e hizo ondear y erizar su piel como una ondícula.
Día doce: jueves
He contado tres bebés. Son muy pequeños, más o menos como mi mano. Los encontré acurrucados en el solar de la piedra negra. La madre no estaba cerca, así que aproximé mi cara justo al borde de sus cuerpos (tan quietos como el agua en una poza) para aspirar su irresistible aroma.
Día diecinueve: coro
He notado siete llamados distintos, cada uno con su propia función. Gutural bajo—la madre sale del agua, sus fosas nasales se dilatan y resuellan. Gruñido agudo—apartándose de la madre donde ella toma el sol, llamando a sus críos. Bufido (vacilación). Chillido de furia—salen reptando del agua blanca. Ladrido – y chasquido entre ellos. Su piel tirita- -ronroneo—como si una criatura se moviera bajo su superficie. Silbido—el aire moviéndose en su cuerpo (corriendo por tubos y cámaras).
Día veintitrés: contando
Sus aletas se multiplican o encogen proporcionalmente a su felicidad. La piel devuelve la luz en escamas centelleantes, cada una de las cuales punza un minúsculo orificio.
Día veintinueve: hambre
Los bebés no se han movido de su exigua sombra. No han entrado al agua o desempolvado de sus espaldas la arena (ahora seca y melosa). Tienen pocas aletas. La madre se ausenta varios días a la vez.
Día treintaidós: tempestad
Esta mañana desperté en medio del rugir de un gran oleaje. Vanamente corrí hacia donde se habían apiñado contra unas raíces. Dos cuerpos temblorosos. Di un vistazo a la costa, la espuma empujaba, adentrándose, el reflujo jalaba mis rodillas hasta doblarlas. Busqué un destello de piel, un brote, algo que resaltara del azul.
Día treintaisiete: el este necesario
Ella ha vuelto con una multitud de tiburones muertos. Los vi ondulando sobre la orillera, completos a excepción de los ojos, y la madre (con su filoso pico) sacaba entrañas en listones. Me uní a ellos, arrancando los trozos más blandos para los bebés que escarbaban y caían al suelo, abriendo sus picos a la espera de más.
Día cuarenta: la pausa
Duermen a todas horas, especialmente en la tarde. A los bebés les ha dado por dormir sobre mis botas. La madre se tumba bajo mi toldo, maracaná.
Día cuarentaicuatro: un sueño
Que lo había encontrado apenas flotando en la marisma. Tomé su cuerpo translúcido en mis manos y soplé suavemente su cara. Se llenó de aletas.
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Datos vitales
Laurel Nakanishi (Honolulu, Hawai). Se graduó con una Licenciatura en Artes en el Lewis & Clark College y completó una Maestría en Bellas Artes (MFA) en la Universidad de Montana. La poesía de Laurel Nakanishi ha sido premiada con una beca de la Fundación Fullbright, la beca Richard Lugo y el premio Greta Wrolstad. Laurel ha publicado en numerosas revistas literarias, y en 2013 ganó el premio de las ediciones en plaquette Epiphany por su libro Manoa Makai. Ha sido instructora y directora-fundadora de Nicaragua Artists-in-Schools, una organización internacional sin fines de lucro que promueve la alfabetización, creatividad y apreciación artística a través de clases de teatro y poesía a los niños de Nicaragua. Antes de vivir en ese país, Laurel enseñó inglés y literatura en Japón, Ecuador, Portland, Oregon y Honolulu, Hawai. Actualmente Laurel enseña como escritor-residente en el Missoula Writing Cooperative de Montana y en el Pacific Writers’ Connection en Hawai.