Poesía de Baja California: Elizabeth Algrávez (FOJA DE POESÍA NO. 470)

En el marco del dossier de poesía de Baja California, preparado por Mónica Morales Rocha, presentamos la poesía de Elizabeth Algrávez (Mexicali, B.C. 1972). Ha publicado Amor es una palabra aguda (Ediciones El Grafógrafo, 2013) Venenos (Ediciones El Grafógrafo, 2012) Trilogía de Arena (Monte Gargano, 1999) y Arenario (ICBC, 1995) entre otros.

 

 

 

 

 

 

Poemas al Amado

Para René
Todas las palabras del mundo.

 

 

I

He venido a cantar las glorias del Amado

He venido sin voz ni tinta
a contar lo que bajo la sombra del Amor viví

He venido con todas las fuerzas y la intención
y, he aquí, que ante la luz del Amado no existen las palabras.

Cegada estoy de verdad y lamentos.

Muda de visiones y alabanzas.

Vine a cantar y no encontró ritmo mi canción.

Vine a decir y no encontró eco mi voz, ni oído mis palabras.

He venido y como vine me voy sin más solaz que la certeza de la llegada.

 

 

II

¿Qué tierra? ¿Qué camino
conduce al amado?

¿Qué sendero de piedras y rastrojos recorrí?

¿Por qué sangra mi pie?

¿Qué vereda recorrió mi sandalia?

Guarda el agua y el aceite para un pie más noble,
mi pie se forjó de tierra y arcilla.

Mi pie reconoce su materia,
vacía ya el agua tibia, no es para mí.

Para mí es la tierra del camino,
para mí los guijarros y la ortiga.

Mis sandalias se rompieron y libré descalza el resto del camino.

Sangra mi pie, pero mi pie
no es mi corazón.

 

 

III

Mi corazón reverdece en el frío del otoño.

Es una brizna tierna y dulce
Que brota de la tierra.

Muerde mi corazón y alivia tu sed.

Lleva en tu aliento la savia de mi corazón que embriaga,
Muerde y arranca mi corazón reverdecido que intoxica.

Tómalo hoy, mañana será muy tarde.

Tómalo hoy, mañana el escarabajo y el gusano habrán hollado su verdor.

Tómalo hoy, que no hay mañana.

 

 

IV

Yo soy la rama que detuvo el curso del agua en el río.

Yo soy la piedra que cortó de tajo el camino.

Yo soy el cascarón vacío de lo que no fue.

Yo soy el agujero negro que engulló en sí al Universo y que contuvo toda la luz, y los planetas y el tiempo.

Yo soy la marca de la gota de agua que hendió la piedra.

Soy la orden que hizo enmudecer al silencio.

Soy la noche sin Luna, y la marca de la Luna Negra en el cielo y su ausencia de luz.

Y soy también a veces la canción que hizo moverse a los árboles
Y el golpe de viento que detuvo a las nubes en un soplo al oeste, uno al norte y otro al sur.

Soy el conjuro y la voz que convoca.
Y el cuchillo de mondar que consagré como athame
Y la copa vacía de pie quebrado envuelta en su capullo de seda.

Soy la vara que cortó una mano ajena para dar tres vueltas en deosil en mi círculo.

Soy el humo del sahumerio y la lágrima que bajó desde tu ojo enfermo.

Y sobre todo soy el caldero
Y soy todo aquello que no soy.

Por eso vine a cantar sin voz
Con mi mejilla recostada sobre el vientre de mi Amado.

 

 

V

No alcanzó mi espina alta para postrarme a sus pies.

No bastó la frecuencia de mi voz para ser escuchada.

No pude.

Pero queda la huella de mi cabeza en su almohada para decir
que tuve cabeza algún día.

 

 

VI

Él dice “toda la verdad de la verdad de la verdad ante ti,
si la aflicción de la duda te corrompe el alma, es cosa tuya”.

La razón y la convicción no bastan, todo cuanto creo y cuanto sé,
no colman lo que siento.

 

 

VII

Ah, no tengo convicción.

Él dijo:

“¿No tienes? Te has equivocado de sitio, aquí sólo cabe la acepción colectiva de dogma de fe, aquí sólo es aquello que no se ve ni se toca, aquí debes dar por hecho lo que no está hecho, porque no sabes si fue hecho en tu ausencia. Te has equivocado de casa, tú, amante sin convicción y has herido de muerte la fe de la fe de la fe del dogma de fe de este milenio en el que no cabes”.

Yo dije:

“Pero tengo un corazón de hierba que mitiga la sed, una fuente de vino que brota del pecho y tengo Verdad”

“Si no tienes convicción, siéntate y mira, y si no tienes ojos para ver, aguarda en silencio el tajo o inmólate a voluntad en presencia de Amistad, que Amor no sacia”.

 

 

VIII

No tengo convicción y no tengo palabra.

Pero tuve.
Tuve fe y verdad un día que vive en el olvido.

Y tuve palabra.

Mi voz fue canto un día.

Hoy no tengo palabra y no tengo convicción.

Elizabeth Algrávez
2008-2011

 

 

 Datos Vitales

Elizabeth Algrávez (Mexicali, B.C. 1972). Poeta y editora, ha publicado Amor es una palabra aguda (Ediciones El Grafógrafo, 2013) Venenos (Ediciones El Grafógrafo, 2012) Trilogía de Arena (Monte Gargano, 1999) y Arenario (ICBC, 1995) entre otros. Su obra ha aparecido en varias antologías, entre ellas Al otro lado/Across the line (Junction Press, 1999) y Mi cama es de flores/My bed is made of Flowers (CONACULTA-CECUT, 2005) con traducciones de Mark Weiss, Harry Polkinhorn y Olga Gutiérrez. Radica en Tijuana desde 1997 en donde se desenvuelve como escritora, editora y docente.

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