Presentamos, en versión de la traductora palestina, radicada en Nicaragua, Ghadeer Abusnieneh, tres textos de tres poetas palestinos contemporáneos: Mohammad Hudaib, Najwan Darwish y Fakhri Ratrout. Huidab ademas de escribir poesía se dedica al periodismo. Darwish es el editor de poesía del diario árabe, publicado en Londres, con mayor influencia en Europa. Fakhri Ratrout es Palestino y jordano. Vive actualmente en Nicaragua.
Mohammad Hudaib
Mañana
no sé si mañana es miércoles
tal vez uno de nosotros lo aplace
a otro día.
esto quiere decir que estamos ocupados
yo:
porque he visto desde el balcón
un carro tirado por un mulo y un burrito
y que el té se derramó sobre mi camisa
lo que me molestó un poco.
luego volvió a ser azul el cielo,
regué entonces las plantas
y recordé las virtudes de mis muertos
tú:
porque has nacido por primera vez
en Jericó.
Y porque la casa más lejana del cielo
está en Jericó
y porque noestás seguro si es bueno o malo
el augurio,
y que se derramó sobre tu bracito el agua caliente
y te caíste del álbum familiar
perdiendo la conciencia.
Quizás invertiríamos los papeles:
sufro yo un cólico de riñón
por sobredosis de certeza
y sufres tú un texto irónico
más allá de esta certeza
pero no podemos tú y yo
sino vernos.
Es muy probable, pues, que mañana
sea miércoles.
Najwan Darwish
(1978)
Elegía de un niño dormido
¡Hijo!
Vengo del recuerdo de los asesinados
del recuerdo que no distingue entre el niño asesinado y el dormido
El campo esta despierto alrededor de ti en el cuadro
Y yo, a media noche, enfermo y despierto
en este frio
Escucho golpes de lluvia oscura
Mientras tú estás tomando una siesta
no escuchas la lluvia ni mis presentimientos
¿Cómo te puedo dejar satisfecho para dormir?
El campo está despierto alrededor de ti
y alguien como yo sólo piensa en tu largo adormecimiento
en tus pinturas de aceite
en la mano del pintor que te cubre con una capa de aire oscuro,
como un niño asesinado.
Fakhri Ratrout
(1972)
Mis noticias
Todavía estoy renovando mi vida contra la muerte,
ante la alta palmera.
En la columna de las palmas
guardo mi espíritu,
las llanuras, bosques y sueños verdes.
Otro año en Jericó
me convierte en una palmera.
En Jericó, no tengo
ni barcos, ni mujeres, ni cielo:
sólo tengo el alma de una hormiga
que sube por el tronco de una palmera.
En sus sendas,
se escuchan los susurros de los profetas.
¡Oigan!
La profecía está oculta
en el tronco de esa palmera.
Corre a ti esta noche
una palmera que quiere dormir en tu cama.
Rechaza la noche del trigo, del espíritu
y te devuelve el verdor.
Jericó es un amaranto de dátales altos que no se alcanzan.